Aunque les “suene a chino” a la inmensa mayoría de los españoles actualmente, esta fecha tuvo su importancia y significado para quienes nacimos en la España de la postguerra.
Entonces, se honraba la Memoria de José Antonio Primo de Ribera, fundador de la Falange Española, que fue asesinado en la Cárcel Modelo de Alicante en esa fecha del año 1.936 si no me equivoco, por el Gobierno de la República.
Curiosamente, la Historia quiso ser caprichosa hasta el extremo de que cuatro décadas más tarde y en el mismo día falleció también Francisco Franco Bahamonde, Jefe del Estado Español, lo cual simbólicamente vino a completar la singularidad de esa fecha del calendario como una de las más recordadas por la derecha española.
Con una incipiente sonrisa en mi rostro, pienso en estos momentos, dentro de la última hora de esta fecha, que unos mismos hechos, producirán sentimientos controvertidos entre los españoles de mi generación.
En unos, se generará la opinión de que “cualquier tiempo pasado, fue mejor”.
En otros, que todos aquellos hechos nunca tuvieron que haber ocurrido.
Y en un tercer grupo más o menos tan cuantioso como los dos anteriores, que tuvieron que concurrir todas aquellas circunstancias, para poder llegar al punto en que nos encontramos hoy.
Y yo me pregunto automáticamente:
“¿En qué situación estamos hoy?”
“¿Debemos de estarle agradecidos a la Historia de España por todo lo que hemos tenido que pasar?”
“¿Hemos aprendido lo suficiente, para evitar que se repitan los mismos hechos en similares circunstancias?”
Desde mi punto de vista personal, aunque parezca mentira ni hemos aprendido ni tenemos el menor interés en aprender.
Los grandes acuerdos conseguidos a la muerte de Franco y que nos permitieron ingresar en la Europa Comunitaria se han convertido en “papel mojado” y la España de la Transición se ha pervertido hasta extremos inconcebibles por obra y gracia del "cerrilismo de unos politicastros de pacotilla", que se han empeñado en destruir la unidad y concordia nacional de todos los españoles, para medrar, figurar, robar y arruinar ese proyecto común que es nuestra nación, única e indivisible.
Independientemente del color de las ideas de cada cual, de lo que no me cabe la menor duda, es de que tanto José Antonio como Franco, querían a España y lo que ella representaba para ellos, mucho más que los Zapateros, Pedros, Pablos y demás “Rufianes” que pululan hoy en nuestro arco parlamentario, sin más proyecto para todos, que el que les permita a todos ellos llenarse los bolsillos mientras el resto de los españoles discutimos entre nosotros “el sexo de los ángeles”.
¡Por mí, les pueden dar morcilla a todos ellos!
Me quedo mil veces antes con los dos personajes que murieron en esta fecha, que con los que nos gobiernan actualmente y nos tienen metidos en un callejón sin salida, del que ni saben cómo sacarnos, ni quieren aprenderlo.
Por eso, no me importa celebrar esta fecha, como 'Día del Dolor'.
Mucho más dolorosas fueron esas pérdidas, que lo sería si perdiéramos de vista para siempre a todos los Pedros, Pablos y demás "Rufianes" que nos esquilman y se ríen de nosotros sin el menor recato.
Hasta la semana que viene amigos.
