Los propietarios de algunos de los grandes grupos ponen a la venta en el mercado empresas como Italcer o Neolith por 500 millones de euros cada una
R. Pardo/Castellón Información
La fortaleza del sector cerámico que apoya la rentabilidad de su negocio en las exportaciones le hace atractivo para los fondos de capital. Una tendencia detectada y confirmada antes de la crisis sanitaria y que, ahora, en fase de superación de la misma se reactiva. Y es que rentabilidades de dos dígitos, alrededor del 20 por ciento, logran captar la atención de esos fondos que buscan nichos de inversión seguros. Una tendencia que se deja sentir entre las empresas del clúster cerámico castellonense que ha vivido ya algunas de esas permutas de titularidad.
En ese marco, Miura y Mandarin Capital Partners han puesto en el mercado Italcer por 500 millones de euros y simultáneamente, Investindustrial ha decidido hacer lo propio con el referente en encimeras de cocina, Neolith a un precio similar, según analistas del sector. Buscan así concitar el interés de los inversores y seguir los pasos del fondo estadounidense Carlyle, que vendió hace unas fechas Cupa, empresa gallega líder mundial de pizarras para cubiertas, por 900 millones de euros al grupo canadiense Brookfield por 900 millones, o la adquisición de Lone Star por Altadia, por más del doble, 1.900 millones de euros.
En este contexto se sigue dejando el sector en unas pocas manos a la par que continúa el proceso de reducción del número de empresas, cediendo paso las familiares a esos grupos inversores. En todo caso, dos grandes compañías de la Comunitat Valenciana, la familia Aparici que son dueños de STN Cerámica y Fernando Roig, que capitanea Pamesa Grupo, copan entre el 40 y el 50 por ciento de la producción azulejera nacional, fruto del crecimiento por absorciones o compras y a buscar zonas de extracción próximas para asegurar el abastecimiento de sus plantas.
Ese crecimiento de los grupos cerámicos ha contado también con el importante impulso que supone el relanzamiento del sector de la construcción, tras el parón de los últimos años, agravado con la ralentización económica impuesta por la pandemia. Los datos del ICEX apuntan que las exportaciones y ventas de productos del sector azulejero al exterior dan entre el 15 y el 20 por ciento de retorno o rentabilidad, algo que no pasa desapercibido entre los gestores de grandes fondos de inversión.
Una característica de la industria azulejera española es su concentración en Castellón, cuyo triángulo cerámico alberga la mayoría de las empresas , ocho de cada diez y genera el 95 por ciento de la producción nacional.
