Enrique Domínguez. Economista.
Seis meses después del 20D hemos vuelto a votar; lo hemos hecho bastantes menos personas y, algunos (entre los que me encuentro), con muchas dudas.
Dudas que provienen de la constatación de la falta de auténticos líderes que, por encima de sus convicciones de partido, sepan discernir lo que puede ser relevante o primordial para que los ciudadanos puedan hacer frente a sus problemas: paro, desigualdad, empleo, etc. En fin, líderes que entiendan que hay asuntos que precisan de un consenso que dure bastante más de una legislatura y ciudadanos que tengan claro que el pactar no es perder.
Visto lo visto y oídos los comentarios y las declaraciones de los que se consideran 'líderes', mucho me temo que después de seis meses vamos a tener más de lo mismo. Incluso si se consigue que haya pronto un gobierno, su estabilidad y duración en el tiempo me temo que no será muy larga.
La Comunidad Valenciana y la provincia de Castellón todavía tienen más de un 20% de paro, si bien esta tasa ha ido descendiendo aunque con contratos que, apenas en un 10%, han sido indefinidos; esta característica de los contratos se ha dado, al menos, desde 2005 en plena burbuja inmobiliaria. Por el contrario, esta comunidad ha sido la de mayor crecimiento del PIB en 2015. Algo falla.
Los políticos, como alternativa, hablan de la necesidad de un cambio de modelo económico, de diversificación sectorial, de reindustrialización. He manifestado alguna vez, y vuelvo a hacerlo, que no se trata de hacer tabla rasa y abandonar paulatina o progresivamente los sectores maduros que tenemos; sería necesario aprovechar lo bueno de lo que sabemos hacer y hacerlo mejor y, sobre todo, invertir en investigación e innovación.
El I+D+i es algo que queda muy bien en los programas pero que requiere una implementación clara, creíble y duradera. Y tener en cuenta que es un proceso a medio plazo, que los beneficios tardan en ser palpables. Ello es fundamental si se quiere mejorar la cadena de valor de nuestras empresas y pasar de vender por precio a vender por calidad. Y con un precio superior.
El empleo es otro de nuestros debes. Existe todavía un desajuste entre la formación que ofrecen las universidades y la FP y las necesidades de los sectores económicos que tenemos y de los que tendremos; los cursos de formación y reciclaje se han convertido, en bastantes casos, más en cumplir un trámite que en una forma de ayudar realmente al trabajador. Tenemos trabajadores teóricamente formados pero con una escasa aplicación práctica. La creatividad será muy importante y, sin embargo, seguimos apostando para que nuestros hijos sean los primeros y no los más creativos.
Si uno de nuestros sectores clave para incrementar los empleos y reducir la temporalidad es el turismo, tenemos un largo camino a realizar; es imprescindible, en el caso de nuestra provincia, adecuar los diferentes productos turísticos que decimos tener y aprovechar la climatología. Además de preparar a los trabajadores en los distintos cometidos, promocionar los diferentes productos en los mercados más adecuados y, lógicamente, crear las plazas turísticas necesarias.
También hemos escuchado hasta la saciedad a nuestros políticos hablar del Corredor del Mediterráneo. Hablar y hablar pero sin hechos tangibles. Y hay que pasar a la acción: Nuestros políticos, locales, provinciales y regionales, si quieren que el corredor sea útil para la economía de la autonomía y, sobre todo, para la de Castellón, deben desde el primer día en que se constituya el nuevo gobierno del país, insistir e insistir en que se invierta en el mismo porque, si no es así, puede ser que el nuevo Canal de Panamá lo haga innecesario. Y si no, al tiempo.