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Kiko Ramírez se despidió de la afición del Castellón en una rueda de prensa sin precedentes, enfrente de un hotel del Castellón al que le impidieron entrar para atender a los medios de comunicación. Ésta se tuvo que realizar en la calle y rodeado de medio centenar de seguidores que se acercaron para decirle adiós al entrenador que casi asciende al equipo a Segunda B.
“He tenido la oportunidad de quedarme doblando mi sueldo porque ha habido gente anónima que así me lo ha ofrecido, pero entendía que esas no son las formas", dijo el entrenador tarraconense, que el viernes se veía medio renovado y que el sábado se vio obligado a rechazar la oferta. No estaba de acuerdo en varias cláusulas del contrato que le enviaron a Tarragona y las calificó de “abusivas”. No se cerró puertas y dijo que “sé que volveré a este gran club, espero que más temprano que tarde”.
Con todo ello, Kiko Ramirez palpó "una falta de confianza” hacia su persona. “Cuando un entrenador firma un contrato, no puede firmar por otro durante doce meses: Así que si yo soy destituido por una de esas cláusulas, mi familia no come en ese tiempo”, denunció. En la despedida estuvo el ya exdirector general Jordi Bruixola, que dimitió el sábado nada más conocer que el entrenador no iba a continuar.
Y tuvo palabras hacia sus futbolistas, que estaban todos de su parte por la forma en que los ha defendido estos últimos meses, donde se iban acumulando las mensualidades sin cobrar. "He tenido a unos gladiadores involucrados hasta el último momento, a pesar de los problemas económicos, Este equipo ha estado muchos meses sin cobrar, sigue estando sin cobrar, como su entrenador. Hemos tenido verdaderos problemas en el día a día, pero todo el mundo se ha ayudado en el vestuario”, destacó Kiko Ramírez.
