Dos jóvenes castellonenses que realizaban su Erasmus en Ankara tuvieron que volver a España debido al peligro constante que las rodeaba
La difícil situación que vive Turquía ha afectado considerablemente a todos aquellos estudiantes que durante este año vivían su erasmus en ese país. Los continuos atentados que han vivido ciudades tan importantes como Ankara, donde muchísimos universitarios vivían su experiencia erasmus, han dificultado mucho la vida de los estudiantes en el país otomano.
Víctor Palacio/Castellón Información
Normalmente, la experiencia erasmus es para los estudiantes un año lleno de emociones. Los jóvenes conocen culturas nuevas y gente de muchísimos lugares, pero el último curso ha sido de todo menos fácil. En Ankara, la capital de Turquía, estudiantes de Castellón se disponían a finales de 2015 a comenzar una nueva etapa en un país culturalmente muy rico, pero lo que en un principio parecía idílico acabó siendo una verdadera odisea.
El primer ataque que experimentaron los estudiantes fue el que tuvo lugar el 10 de octubre durante una manifestación que se realizaba durante un mitin por la paz, el trabajo y la democracia. Esta protesta, que se centraba contra la política del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), de carácter islámico, acabó en tragedia tras el ataque terrorista que asesino a 86 personas.
A partir de ese día, la vida de los jóvenes estudiantes en Ankara cambió totalmente. Los mensajes desde las distintas organizaciones de erasmus comenzaban a ser de precaución. Ya no se recomendaban locales para salir de fiesta, ahora se vetaban por el peligro que podían tener los universitarios acudiendo a ellos. La intranquilidad y el sentirse inseguros comenzaba a provocar que algunos estudiantes no volviesen tras las vacaciones de año nuevo a Turquía.
Pero la situación lejos de mejorar, empeoró. Las continuas protestas sociales, la amenaza de más atentados y los rumores de que se estaba caldeando un golpe de estado crearon más inseguridad a los universitarios. Pese a ello, la burbuja en la que se vivía impedía ver las cosas como se apreciaban desde el exterior. Pero el hermetismo al que estaba llegando Turquía comenzaba a ser peligroso, los bloqueos de la aplicación Twitter cada vez que ocurría algún tipo de ataque evitaban que los estudiantes pudieran enterarse bien de lo que estaba pasando realmente.
Un segundo atentado en Ankara, en uno de los barrios más llenos fue la gota que colmó el vaso para la mayoría de los erasmus. En el caso de dos estudiantes castellonenses, el atentado ocurrió a dos calles de la casa en la que vivían, por lo que la sensación de peligro aumentó considerablemente y la incomodidad comenzó a convertirse en miedo. Las jóvenes estudiantes de la UJI volvieron a sus casas tras estos acontecimientos y decidieron acabar el curso a distancia. Una decisión que también tomaron varios estudiantes debido a la cada vez más difícil situación.
El próximo curso universitario está lleno de incógnitas para todos aquellos estudiantes que decidieron tomar como destino Turquía. El reciente intento de golpe de Estado, unido a una situación civil complicada tras el aumento del islamismo ha convertido a este país en un tabú para los familiares de aquellos que pretenden ir.
A falta de movimientos oficiales, los jóvenes estudiantes siguen organizando su año en el país otomano. Un país que este año recibirá menos estudiantes que en anteriores, ya que pese a que no se ha realizado todavía ningún movimiento oficial, muchos universitarios se niegan a correr el riesgo debido a la situación complicada que vive Turquía.