Los medios aéreos han vuelto esta mañana a intentar apagar el pulmón de la Plana Baixa. Han tomado el relevo de los más de 400 efectivos terrestres que han estado trabajando esta noche en la extinción del incendio de Artana. El problema fundamental es la orografía del terreno; barrancos a los que nos e puede acceder por tierra, completamente secos, llenos de maleza, donde el fuego, medio extinguido volvieron a cogerse cuando los medios aéreos dejaron de trabajar por la oscuridad. La noche ha sido larga pero de momento no ha sido necesario evacuar a nadie.El presidente de la Diputación, Javier Moliner mostraba esta mañana su "satisfacción contenida" por las "buenas noticias" que llegaban desde Artana, donde aseguraba que "apenas queda llama".
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Pocas cosas son tan impresionantes y producen tanta impotencia como un incendio. Si además, el viento sopla, no se puede hacer nada, sino seguir el rumbo de las llamas y contemplar, con toda la entereza que queda, como bosques, zonas de indescriptible valor ecológico son arrasados por el fuego... ¡Y ya está!. Como si fueran ardillas, las piñas de un pino en llamas, estallan, y saltan como bombas, contagian al resto de la maleza, cruzan caminos y el fuego se extiende. Ya solo queda trabajar y más trabajar, coordinar los perímetros y esperar la llegada del alba para que los medios aéreos puedan volver a levantar el vuelo.
Ayer fue un día de desesperación para muchos, con un solo consuelo, la solidaridad. Todos los efectivos, habidos y por haber, de comunidades como la Valenciana, la de Aragón, Cataluña o Castilla la Mancha, la unidad Militar de Emergencias (UME), Guardia Civil, los servicios sanitarios, los voluntarios de Cruz Roja, trabajaron a destajo para evitar que las zonas mínimamente controladas volvieran a arder... para que el fuego no obligara a desalojar viviendas... y para intentar controlar, en lo posible, que el pulmón de la Serra de Espadá no se convirtiera en una tea.
Al final de la jornada eran casi 1.400 hectáreas las que habían quedado arrasadas por el fuego. Una proeza, si se tiene en cuenta que ayer por la mañana la zona afectada rondaba las 1.000 hectáreas de monte y vegetación.
Poco se puede hacer contra el fuego, sino prevenirlo, y ese fue, precisamente el mensaje unánime de todos quienes trabajaron en este incendio y de los responsables como el Consell de la Generalitat Valenciana o la Diputación de Castellón, que a primera hora de ayer visitaban la zona.
De leve humareda a volcán en erupción
El fuego se inició el pasado lunes, al mediodía. Hay quienes definen lo que pasó como una "gran llamarada" sobre una columnita de humo que, de repente, se elevó en el cielo, o como "un gran volcán que estallara en erupción". De hecho, ese es el contenido de muchas fotografías remitidas por muchos de los lectores de Castellón Información.
Pronto, el lunes, el cielo se tornó gris, luego amarillo, al final color calabaza, mientras las cenizas se expandían con el viento y alcanzaban kilómetros de distancia, en Vila-real, Castellón, Benicassim, Tales, Sueras, y sobre todo, en Eslida y Onda.
El viento avivó las llamas en ambas direcciones.
Se llegó a pensar en evacuar a las personas... aunque finalmente no fue necesario.
Aunque el fuego se produjo en el término de Artana, los que más miedo pasaron los que se encontraban en Onda o en Tales.
En Artana, un lector comentaba que el huerto de su padre, el de toda la vida, había quedado completamente arrasado; las llamas no llegaron a la vivienda. En Onda pudieron oler el humo e incluso divisar el fuego.
Las redes sociales contribuyeron para que autoridades de los diferentes municipios conectaran con los vecinos y comunicaran lo que se vivía en cada momento, los caminos que estaban cortados y pidieran calma y tranquilidad.
A primera hora de ayer, los medios aéreos volvieron a la carga. Incuso el Puerto de Castellón se puso a disposición del Puesto de Mando, y cerraba el tráfico marítimo para que las avionetas pudieran recoger agua para apagar las llamas.
El principal problema seguía siendo el mismo: el terreno, abrupto, inaccesible, con numerosos barrancos. Hay vecinos que se quejan de que los recortes no les han favorecido en nada, porque los bosques están sin limpiar, las sendas han desaparecido, la maleza crece por todas partes y las pistas forestales son intransitables. Las brigadas que antes limpiaban el monte ya no están y la maleza lo llena todo.
Un combustible demasiado exquisito para un fuego que no conoce fronteras.
En al reunión de Coordinación celebrada en el Puesto de Mando, ayer martes, se reconoció que el fuego no estaba controlado. Gran parte del esfuerzo se centraba en controlar la dirección de las llamas, en que el incendio no arrasara el parque natural de la Serra Espadá. Pero en Onda, se avivaron también los avisos de zonas donde con el calor hacía resurgir las llamas y también fue necesario desplazar retenes y dispositivos.
Según el comunicado difundido ayer: Un dispositivo coordinado por el Consorcio Provincial de Castellón, que integra efectivos de Bomberos, UME, Bomberos Forestales, Unidad Logística, personal de coordinación, Protección Civil de Diputación, UME, Generalitat, aviones Air Tractor, Helicópteros con Brigada Helitransportada y medios de administraciones como el Ayuntamiento de Castellón, el Ministerio, y las Comunidades Autónomas de Aragón, Cataluña y Castilla La Mancha. También la Policía Local, Autonómica Guardia Civil y servicios sanitarios están colaborando en todas las tareas necesarias.
Durante el martes todos los efectivos terrestres han debido luchar contra la complicada orografía del terreno, escasa en accesos forestales. Los medios aéreos y terrestres han trabajado de forma coordinada para incrementar la eficacia de la respuesta.
También, reconocían en el comunicado, han tenido lugar reproducciones, aunque Fernando Kindelán ha aclarado que por la tipología de este incendio “se reaviva al tocar el fondo de cada barranco, creando altas columnas de humo. Se trata de la evolución esperada pero no significa que se esté descontrolando más“. A lo largo de la tarde, estas columnas eran cada vez menos visibles.
Una vez retirados los medios aéreos, esta noche volverá a ser de vigilia. Más de 400 dispositivos terrestres trabajarán mano a mano para intentar que la situación no se les vaya de las manos. Hasta el momento, son ya 1.495 hectáreas quemadas...
"Cuando el monte se quema, algo tuyo se quema", decía aquella antigua campaña de publicidad. El lunes, ayer y hoy Castellón tiene el corazón en un puño. El fuego lo devora todo, solo queda decir gracias a quienes han venido de todas partes y a los que han aportado todos los dispositivos posibles.