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Durante el recorrido de la imagen de la Virgen, dos de los acompañantes han atraído un buen número de miradas. Se trata de los gigantes Mercè y Blai, que se convierten en reflejos perfectos de la incorporación que Borriana vivió de la tradición de los gegants i cabuts’ catalanes
El barrio de La Mercè de Borriana es uno de los núcleos históricos de la ciudad y con la llegada de la celebración del día de la Mare de Déu se ha echado a la calle para honrarla. Durante la tarde, varios representantes municipales han participado de los actos del traslado de la imagen de la Mare de Déu desde la iglesia de Sant Blai hasta la Cofradía, de la posterior misa y de la procesión que ha recorrido las calles del centro. Durante el recorrido de la imagen de la Virgen los gigantes Mercè y Blai, que se convierten en reflejos perfectos de la incorporación que Borriana vivió de la tradición de los ‘gegants i cabuts’ catalanes han acompañado a la imagen. Fue el sacristán barcelonés Carles Romero quién al llegar a Borriana en la segunda década del siglo XX y quedar destinado a la parroquia de la Mercè, importó la fiesta de los gigantes y 'cabudos'. Hoy son dos figuras que sustituyen a las dos originales que se podían observar también a las puertas del templo, las que acompañan a la procesión y que siempre han estado al cargo y cuidado de las mujeres Cofradía de la Mercè
Los actos más populares se han trasladado a la noche con la celebración del tradicional 'Pà i porta' que cada año reune a centenares de personas en la sede la Falla de la Mercè. Además, durante el encuentro alrededor de la mesa también se ha realizado una campaña de recogida de alimentos que se destinarán a Cáritas. Después de que la lluvia amenazara con aguar uno de los actos más populares de La Mercè como son los 'cabuts’ durante la jornada del viernes, su celebración sirvió para comprobar la resistencia de los renovados ‘cabuts’ a los golpes de centenares de niños y niñas y a la humedad de la jornada. Durante la tarde del sábado, de nuevo la meteorología dio la tregua necesaria para la celebración de los actos en la calle y permitió que, un año más, los vecinos y vecinas del barrio de La Mercè y de buena parte de Borriana mostraran su devoción y participación en los actos populares y religiosos en honor a la Mare de Déu.