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jueves, 21 de noviembre de 2024 | Última actualización: 19:57

Charo Belenguer, María Gargallo, Charo Safont y Juani Navarro, las primeras mujeres de la Policía Local de Castellón

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Este año han cumplido 35 años de servicio y, por encima de todo, son personas que mantienen viva la ilusión y la vocación

En 1981 la ciudad de Castellón incorporó por primera vez a cuatro mujeres al cuerpo de la Policía Local. No eran las primeras mujeres policía de España, pero sí de la capital de la Plana; cuatro mujeres, cuatro historias diferentes y 35 años de servicio, orgullosas de trabajar para su ciudad. Vivieron los primeros años duros, contribuyeron a cambiar la historia de Castellón, pero además y, por encima de todo, están los valores, la capacidad de mantener viva la ilusión y su vocación de servicio a la ciudad.

Esperanza Molina /Castellón Información        

Policía Local F 1981 5Corría el año 1981…  España estrenaba poco a poco los primeros ayuntamientos democráticos nombrados en un estado constitucional… las cosas empezaban a cambiar. No hacía tanto que las mujeres habían sido reconocidas en sus derechos más elementales… porque unos años antes no podían siquiera abrir una cuenta en el banco sin permiso del padre o del marido… e incluso, Valladolid, uno de los lugares pioneros en incorporar a mujeres a su Policía Local, en el año 1972, exigía como uno de los requisitos, no estar casada.

Castellón crecía, superpoblada con las inmigraciones de la década de los 70; proliferaron los barrios periféricos, y la ciudad, que hasta entonces era poco más que un pueblo grande, se transformaba también… con calles y plazas. El primer ayuntamiento democrático de Castellón, presidido por Antonio Tirado, aprobaba una medida novedosa: permitir que las mujeres pudieran presentarse a puestos que, hasta entonces, solo habían sido ocupados por hombres, entre ellos, unas oposiciones a la Policía Local de Castellón.

La media no fue bien vista por todos. Para unos, porque estaban convencidos de que las féminas debían ser eso, femeninas, hijas, esposas, madres… trabajadoras quizá, pero en su sitio, como marcaba la naturaleza.

Edificio Municipal antiguaPara otros… porque ¡donde se había visto que mandara una mujer!.

Y con aquella mentalidad que quería ser moderna sin romper las antiguas usanzas, se convocaron las primeras plazas que permitían a las mujeres acceder a cuerpos como la plantilla de la Policía Local.

Pero no hay que llamarse a engaño, no eran plazas para mujeres, ni oposiciones para mujeres. Pero podían presentarse. Podían competir con hombres en las pruebas teóricas y físicas a las que solo ellos habían podido acceder antes, con los mismos condicionantes, entre ellos, la talla mínima, 1,70 de estatura. Y tampoco había nada preparado de antemano. El mismo vestuario, los mismos servicios…

¡Pero sucedió!. Una decena de mujeres optaron al puesto con otros tantos hombres. ¡Solo cuatro lo consiguieron!. Cuatro chicas, jovencitas, con una media de 19 años y muchos ideales en la cabeza: Charo Safont, María Gargallo (Mavi), Charo Belenguer y Juani Navarro.

Y cada una de ellas con historias muy diferentes pero con una vocación de servicio que las convirtió en las precursoras de un camino sin retorno: la igualdad. En cuestión de caracteres, Mavi es quizá la más políticamente correcta…; Charo Safont, con sus enormes ojos, parece la más sensible. Charo Belenguer es, sin duda, la más atrevida a la hora de enfrentarse a retos… y Juani Navarro, que inicialmente se queda en la retaguardia, es directa y completa a la perfección el cuarteto.

Cuatro historias, cuatro vidas

Policias locales Feminas Castellón Charo y María Margallo (Mavi) 20IX16 (8)Charo Safont: “La primera mujer policía que yo vi, fue en Andorra y me dije: ¡yo quiero ser como esa mujer!. Me acordaré siempre. Mi padre era policía. Yo soy hija del cuerpo. Estaba preparando tres oposiciones porque a mi padre le habían diagnosticado  un cáncer y le daban 7 meses. El que hoy es mi marido preparaba oposiciones y ¡claro!, a mí, si el me cantaba los temas era mucho más fácil, porque yo además también hacía las pruebas físicas con él. Pero yo más que policía quería ser militar pero hasta el 83 no entraron mujeres. Entonces, ¡qué menos que ser policía local!. Me gustaba y me gusta el servicio.

Policias locales Feminas Castellón Charo  y María Margallo (Mavi) 20IX16 (6)María Gargallo, conocida como Mavi, afirma que lo suyo fue vocación, desde siempre. “porque yo, desde pequeña siempre tenía la ilusión de ser policía… En cuanto cumplí los 18 años estuve mirando para presentarme al Cuerpo Nacional de Policía… pero me lo quitaron un poco de la cabeza. Mi padre, porque hace 35 años las cosas no estaban como ahora… el Cuerpo Nacional de Policía, tener que salir fuera de aquí… Me lo quitaron de la cabeza, entre él y mi novio, el que es hoy mi marido. Y luego, cuando nos pudimos presentar aquí, yo creo que a mi marido le remordía un poco la conciencia y fue él el que me informó de que iban a haber plazas para la policía local, y fue él el que me estimuló y me animó a presentarme… Y ¡muy bien! Yo me presenté a la policía local y ya estaba casada…”

Policias locales Feminas Castellón Charo Belenguer 20IX16 (23)Charo Belenguer:  “Pues lo mismo, por tradición. Porque mi abuelo fue un guardia de asalto, aquí en Castellón, y por vocación. Yo dudaba entre dedicarme a ser policía o a la educación física. Siempre me ha gustado ayudar a personas con discapacidad…¡Por vocación!. Sin pensarlo. El día que cumplí 18 años fui a hablar con Segarra (superior de la policía). En la academia conocí a mis compañeras, íbamos por la noche a estudiar, durante el día trabajábamos, y por la noche a estudiar…. Empecé al día siguiente de cumplir 18 años”.

Juani Navarro: “Yo… trabajaba en una fábrica textil, nos mandaron a todos a casa… y me quedé en el Policias locales Feminas Castellón Juani Navarro y Charo Belenguer 20IX16 (40)paro. Me enteré de que había plazas y a mí me hacía mucha ilusión y me presenté y aquí estoy. No tengo familia policía… mi marido… si, pero entonces éramos novios… Mi madre no quería, decía : ¿pero dónde vas tú?. Mi padre, en cambio, estaba más pagado que pagado. Decía: “Ya me puedo morir, tú ya estás colocada para toda tu vida”… (las compañeras ríen), ¡ Es que es verdad!, es que fue así… A mí me gustaba.

Y sin sospecharlo, el Ayuntamiento de Castellón hubo de enfrentarse a todo tipo de interrogantes, como por ejemplo: el uniforme, la logística más básica, los puestos que debían ocupar y, sobre todo ¡qué hacer con ellas!.

Y es que la mentalidad de los políticos y del cuerpo tampoco había evolucionado tanto como se quería aparentar… De hecho, recuerda una de ellas, uno de los políticos que posteriormente sería funcionario de ‘la casa’  llegó a realizar comentarios  que ahora serían inaceptables: “Si os quedáis preñadas como vais a salir a la calle?”

Oposición aprobada y golpe de estado sobre la mesa

Policía Local Castellón 1984La entrada de estas cuatro mujeres supuso una revolución en todos los sentidos pero ¡ojo!, lo mejor de todo sucedió nada más aprobar las oposiciones en el mes de febrero. No habían tomado posesión de su plaza cuando se produjo el golpe de estado del 23 F.

Fue un estreno a lo bruto.

“No sabíamos lo que era un golpe de Estado, ni lo que teníamos que hacer…” Inmediatamente nos dijeron: “A partir de ahora quedan ustedes inmovilizadas. Todos en casa hasta nueva orden. ¡váyanse a sus casas!, tranquilamente y allí hasta que las llamemos… Y nosotras preguntábamos ¿Vamos a tomar posesión?”.

24 horas más tarde, España recuperaba la calma, se controlaba el golpe de Estado y el país se recobraba del susto. Las ‘niñas’ tomaron posesión.

Los primeros uniformes: ‘las mujeres llevan falda’

Policía Local F 1981Los primeros uniformes no admitían réplica, falda para las mujeres. Luego llegaron las faldas pantalón y luego los pantalones… y ellas no acaban de ponerse de acuerdo sobre qué era mejor o no. Porque los pantalones marcaban demasiado y los compañeros gastaban alguna broma a su costa…

“Pero es que con falda, el obstáculo para algunas actividades era más que evidente”, señala Charo Belenguer. “Yo quería ser motorista, sí o sí. ¡Y claro!, como no querían motoristas y no me podían decir que no... pues se buscaron la excusa de que  primero tenía que ir un año con la Grúa. ¿La Grúa?, dije yo… y me saqué el carnet de Grúa, y fui un año con la Grúa. Y un día le dije: ‘Jefe, no puedo con la falta, necesito pantalones….’ Y a partir de entonces, se aceptó y nos pusieron pantalones”.

La igualdad sin igualdad  

Pero en el Castellón de entonces las cosas no eran tan fáciles. Tal como relatan las cuatro policías, su situación no fue lo que se dice fácil. Dentro del cuerpo, unos, fundamentalmente los agentes más mayores, las súper protegían y ayudaban… porque para ellos eran como sus hijas… Otros se sintieron, de repente, en una tierra de nadie, desbancados, donde su competencia más directa era la de ‘cuatro mujeres que jugaban a ser hombres en sus duros puestos de hombre’.

Era un cuerpo machista”, reconocen, pero a la vez reconocen que hubo de todo. ¿Era machismo o súper protección? ¿jugaban con ventaja porque las destinaban a las calles del centro… o castigo por ser mujeres?.

Policias locales Feminas Castellón Juani Navarro y Charo Belenguer 20IX16 (43)Todas ellas, en la entrevista realizada por Castellón Información, recuerdan aquellos años como difíciles pero bonitos. De los mayores aprendieron; con los compañeros, se curtieron… con los políticos fueron como una bombilla brillante para demostrar lo mucho que avanzaban los tiempos, porque además, se las colocaba donde podían ser más visibles para el ciudadano…“Pero nosotras queríamos demostrar que podíamos hacer lo mismo que los demás…”, afirman. “Y más, añade Juani Navarro, corriendo con tacones y atrapando cacos, y saltando vallas con la falda…”.

Y tampoco faltaron las bromas, unas más pesadas que otras, como encontrarse un gato en una taquilla… por poner un ejemplo. “Nosotras no nos quedamos quietecitas y también las devolvimos…”

Imagínese el lector lo que podía ser en aquel de entonces, cuando una de estas mujeres llegaba al vestuario (el mismo para todos), mientras uno de los compañeros, completamente desnudo, se cambiaba con tooooda parsimonia…

Plaza Ayuntamiento, antiguaPero como ellas no se arrendaron, imagínese el lector, también, que pudiera pasar que, en algún momento, alguno de aquellos chicarrones duros de la Policía se pudiera encontrar, ‘sin querer’, solo, con las cuatro juntas, dentro del cuartito donde ellas se cambiaban… ellas vestidas, por supuesto, y dispuestas a que el otro les quisiera repetir la escena del vestuario antes mencionada…

La otra cara de la moneda estaba en la calle: “algunos nos decían de todo, cuando les llamábamos la atención o les poníamos una multa”: “a cualquier cosa le ponen una gorra”, “iros a fregar”… y no faltaban los más chuletillas…

Pero lo cierto es que la cosa funcionó; y, no solo eso, es que, como dice Juani Navaro: “imagínate si lo haríamos bien, que en la siguiente promoción entraron doce mujeres de golpe. Se presentaron muchas más mujeres, pero también muchos hombres… pero en este caso ellas les superaron, entraron 12 mujeres y 3 hombres…¡Eso ya no se ha vuelto a repetir!”.

Momentos duros, sensaciones positivas

Policias locales Feminas Castellón Juani Navarro y Charo Belenguer  2 28IX16A lo largo de estos 35 años han pasado muchas cosas, unas mejores que otras.  pero lo que sorprende cuando se habla con estas cuatro mujeres, es su capacidad para intentar recordar solo lo mejor, y la positividad que demuestran.

Está el caso más duro, el de Juani Navarro: “no se me olvidará en mi vida el día que me agredieron, estando de servicio en la feria. A mi compañero le rompieron las gafas, le rompieron el tobillo y a mí me dejaron la rodilla hecha polvo… eso no se me olvidará en la vida…”

¿Pasaste miedo?

“¿Qué si pasé…? Que venía con un bate de béisbol, la gente, que le pegáramos un tiro, nos decía… y los compañeros vinieron… pero a mí se me hizo eterno hasta que llegaron. Pero si, quitando eso, ha habido momentos muy bonitos”.

Luego, confirma Charo Belenguer, “también era muy duro, cuando tenías que dar la noticia a un familiar de que alguien que quería había fallecido… Ahora eso ya no nos toca a nosotros, pero era muy duro”.

La impotencia sin conformismo

Y lo siguiente más difícil, comenta la agente y confirman sus compañeras, la impotencia. “La impotencia de ver algo que tú no puedes solucionar, que tú no puedes hacer nada…”

Situaciones en la que cada una de ellas ha tenido que cargar con momentos, sensaciones, historias, que han sido incapaces de olvidar cuando se despojaban del uniforme…

Policias locales Feminas Castellón Charo Belenguer 20IX16 (28)Porque lo que llama la atención de las cuatro policías es su humanidad. La posibilidad de vivir y de ver, de comprender, y de asumir. La falta de herramientas para dar soluciones… ¡y por qué no!, cuando se han visto obligadas, a realizar cosas que en el fondo les dañaban el alma… “que tengas que desalojar a un sin techo, porque se ha quejado un vecino que tiene casa y está caliente… y tengas que hacerlo”. “La sociedad se ha vuelto muy insensible, y eso hay que decirlo”.  Lo peor, opinan, es que se han perdido los valores.

Los problemas de género, la atención a mujeres y menores, que son aspectos en los que se muestran especialmente sensibles… porque, como en todas partes, hay personas y personas… pero una mujer, quizá una mujer pueda ser mucho más receptiva a ese tipo de temas… igual que las víctimas… sin lugar a dudas, una mujer con problemas, un menor, se identifican siempre, mucho antes con una mujer policía, porque se reconoce en ella…

Policias locales Feminas Castellón María Margallo (Mavi) 20IX16 (12) al final de todo, sobre la mueca amarga asoma la sonrisa, porque para ellas estos 35 años han merecido la pena. “A mí la Policía me ha servido para crecer, como persona, y yo lo agradezco todos los días… he aprendido mucho, de la gente de la calle y mucho de la gente de dentro…” (Charo Safont)

La Policía Local de Castellón, como la ciudad, han cambiado mucho en estos 35 años.  “mis experiencias… declara ‘Mavi’, han sido muchas, muy variadas… y muy bonitas, sobre todo, de los primeros tiempos…  era una plantilla reducida, una gran familia, una plantilla unida… ahora quizá, la plantilla ha crecido mucho…”

“Yo echo de menos aquellos tiempos, indica Charo Belenguer, y lo intento, porque tengo la oportunidad, intento inculcar eso a mis chicos… pero es verdad que esta es otra época diferente. La gente te respetaba… nos hicimos de respetar, como mujeres y como policías…. Yo, la Policía, para mí, lo ha sido todo. Yo era la persona más feliz del mundo con mis compañeros, hasta que ves que todo va creciendo y toca distribuir tu vida de otra manera… la palabra exacta es: ‘compañerismo’.