Marisol Linares. Ex diputada del PP.
Después de asistir al espectáculo dado por el PSOE para que Pedro Sánchez abandonara la secretaría general, el partido socialista se enfrenta a una situación de crisis que puede convertirlo en un partido residual como pasó en Grecia.
El PSOE y sus dirigentes no se enfrentan solo a una investidura de Rajoy o a unas terceras elecciones, la organización tiene problemas de mucho más calado. De hecho, están atravesando una situación histórica, se enfrentan a un dilema sobre su propia esencia que según como lo resuelvan marcará el futuro de este partido.
Los que hemos vivido la vida interna de los partidos durante muchos años sabemos que la disciplina de voto, el acatamiento a las directrices de los órganos que dirigen el partido y el respeto a los valores que dan soporte a una ideología son incuestionables e intocables si no se quiere fracturar el partido. No obstante, los debates internos, las familias, los intereses personales y las discrepancias siempre han existido y existirán, pero al final, tiene que predominar el partido por encima de todo y de todos.
Cuando existen voces representativas de un partido que públicamente muestran sus discrepancias internas de forma reiterada haciendo caso omiso a la dirección del partido significa que la fractura es profunda y va tener que pasar mucho tiempo hasta cicatrizar las heridas.
El PSOE tiene que recuperar ante todo su ideología, es decir, un socialismo europeo y moderno acorde con la sociedad actual, un discurso único para todo el territorio nacional y dejar de coquetear y llegar a pactos con Podemos y otros partidos de extrema izquierda en Ayuntamientos y Comunidades Autónomas que le están costando una sangría de votos como jamás había sufrido en sus 130 años de existencia.
Y toda esta situación se le debe al señor Pedro Sánchez que ha sido capaz de vender la unidad de España por una silla en la Moncloa.
Mientras, el Partido Popular ha mostrado su respeto y lealtad no haciendo leña del árbol caído, pudiendo ir a unas terceras elecciones que le benefician y, sin embargo, ha seguido con la mano tendida para poder gobernar lo que nos une a todos: España. En esta importante tarea, el PP está dispuesto a ceder y sumar acuerdos, esperemos que el PSOE esté a la altura por el bien de nuestro país.