Castellón Información
La situación de la Sanidad Penitenciaria en España y los retos que afronta centran los objetivos del XI Congreso y XIX Jornadas Nacionales de la Sociedad Española de Sanidad Penitenciaria (SESP), que se celebrarán en Castellón del 10 al 12 de noviembre, en el Hotel Luz, donde se reunirán más de 200 profesionales y especialistas en esta materia llegados de toda España.
Este colectivo profesional considera necesaria una mayor coordinación de la sanidad penitenciaria con el sistema público de salud. Entienden, como apuntaron Julio García y Agustín Herrero, presidente y vicepresidente del Congreso, que “se ha creado una sanidad paralela que genera problemas”.
Este sistema sanitario dual es uno de los problemas que se abordaron en el congreso, en el que “plantea la necesidad de mejorar en la coordinación entre la atención sanitaria penitenciaria y la extra penitenciaria. Esa coordinación actualmente es casi inexistente. Nos encontramos con dos sistemas paralelos que a veces se comunican de forma aislada, por ello es preciso mejorar esa relación. Algo que se puede hacer cumpliendo la ley que dice que la sanidad penitenciaria debe integrarse en los sistemas sanitarios autonómicos, lo que facilitaría la coordinación entre sistemas y por tanto el control y seguimiento de estos pacientes una vez salen de prisión y se reintegran a la sociedad”, apostilla el doctor García Guerrero, quien recuerda que son múltiples las proposiciones no de ley y acuerdos en las Cortes y el Senado para hacer esa transferencia de competencias. La última hace una semana en el Senado, con el respaldo de todos los grupos.
En las distintas mesas de debate programadas se abordarán otros temas que ocupan a los profesionales de la salud penitenciaria, como la evolución de las patologías de los pacientes reclusos que han pasado de los problemas de salud mental de hace una década a patologías propias de la atención primaria. “Estamos alcanzando niveles similares a los de cualquier centro de salud del sistema sanitario, problemas de hipertensión, diabetes...”, recalca García Guerrero. Asimismo se abordarán los cambios en el patrón de consumo de sustancias tóxicas pasando de la heroína al consumo de drogas de diseño y los psicoestimulantes.
En España los más de 400 médicos, los 500 enfermeros y los 118 auxiliares de clínica se encargan de atender a una población de 62.000 reclusos. En estas cifras se incluyen los profesionales que trabajan en Cataluña y el País Vasco, que tienen transferidas las competencias en materia sanitaria penitenciaria. Ellos son quienes les tratan de trastornos mentales, hepatitis C o de Sida, enfermedades de mayor prevalencia en prisión. Estas patologías junto con los efectos de la drogadicción son algunas a las que se enfrentan casi a diario este grupo de sanitarios de prisiones.
Esta labor es trascendente desde el punto de vista de la Salud Pública, ya que, por un lado, en prisión se trata a personas con poco o ningún contacto con el sistema sanitario y cuyos hábitos de salud son muy precarios y por otro, se diagnostican y tratan de forma efectiva enfermedades infectocontagiosas que pueden suponer un peligro para la Sociedad, por la movilidad de los presos y la permeabilidad de las prisiones, apunta, el doctor Julio García Guerrero, presidente del Comité Organizador del Congreso de la SESP.