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jueves, 21 de noviembre de 2024 | Última actualización: 19:52

Fidel Castro ha muerto: ¡Descanse en Paz!

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Miguel Bataller. Ciudadano del mundo y jubilado.

No voy a emitir mas juicios sobre la persona, porque ya carece de sentido.

 Pero si voy a hablar de su obra, de las consecuencia de sus decisiones, de lo que era Cuba cuando llegó Fidel Castro, y de lo que hoy es, cincuenta y siete años después de su llegada al poder.

Me cuidare mucho de ponderar positivamente al Gobierno de Batista, ya que por lo que leí en la época y por los testimonios gráficos que posteriormente han llegado a mis manos, parece ser que era lo que sus opositores llamaban 'El Prostíbulo de los Estados Unidos' y los visitantes y turistas de la época, la disfrutaban como luego han disfrutado toda su vida de Miami y en general del Estado de Florida, es decir su lugar preferido de vacaciones de invierno.

Siempre he pensado, y sobre todo en cada ocasión que he estado en Miami, que esta ciudad no sería lo mismo sin los inmigrantes cubanos, que en cierto modo han convertido a zonas determinadas de la ciudad en pequeñas Habanas.

Pero volviendo a la razón fundamental de esta columna, quiero centrarme en la evolución de Cuba, en los últimos cincuenta años, dándoles los siete primeros años post revolucionarios a los 'castristas', para estabilizar la situación y reemprender el camino hacia la recuperación.

 Y por mucho que me he esforzado en encontrar factores positivos, créanme, ¡No he encontrado ni uno solo!

Si empezamos por un tema que para mi es muy importante, como es el arraigo que sentimos todos por nuestra tierra, es decir el lugar donde nacimos y crecimos, parece evidente que un una nación de la que la cuarta parte de la misma, decidió salir en los primeros años, jugándose la vida en el Mar Caribe, en pequeñas barcazas de goma y remar los kilómetros que separan la isla de los cayos de Florida, después de superar la vigilancia de los guardacostas cubanos, no era plato de buen gusto.

Nunca en condiciones normales, el Gobierno cubano permitió la salida libre de sus ciudadanos y solo excepcionalmente y en una ocasión que yo recuerde, bastantes años después, facilitaron la salida en un grupo importante, de todos los que ellos consideraban delincuentes, y cumplían penas en sus cárceles.

Imagino que sería para evitarse los gastos de manutención, aunque también se dijo en su día que entre ellos, infiltraron a bastantes adictos al régimen castrista preparados en labores de espionaje, para trabajar desde fuera para el Partido Comunista Cubano.

 Consecuencia inmediata a esa política restrictiva de emigración, para la gente que quiso salir, ha sido la dispersión y desarraigo familiar de los cubanos que durante todos estos años no han podido ver a sus padres, hijos o hermanos, e incluso a sus esposas e hijos.

 Si hacemos un análisis comparativo de la Cuba de los años cincuenta y la actual y hacemos el mismo análisis de la generalidad de los países de su entorno geopolítico de Centro y Sudamérica, nadie niega que entonces era la sociedad mas prospera entre todas ellas, y hoy es evidente que lucha con Haití como la mas deprimida y con peor nivel de vida de todas ellas.

 Se ha destruido la poca industria que existía y sus dos fuentes de riqueza agrícola de la época, como eran la caña de azúcar y el café, se han visto reducidas a una mínima expresión, siendo sólo el Turismo la única fuente de riqueza que ha prosperado y sustenta la lamentable economía cubana, gracias a las inversiones españolas y europeas, y que bien pronto vendrá acompañada por la inversión norte americana, es decir que seis décadas después volverán al punto del partida en que se encontraban hace sesenta años, pero sin haber disfrutado del menor progreso en todos esos años, con un pueblo empobrecido, sojuzgado y masacrado por un comunismo caribeño 'sui generis', mientras que los cubanos que salieron del país ya fuera a EEUU (preferentemente a Florida) o a Puerto Rico (entre los que tuve muy buenos amigos a los que hace años que no veo) han alcanzado posiciones importantes en la vida civil y disfrutado de una calidad de vida muy distinta.

 Es decir, que como se ha demostrado en todos los países comunistas del mundo, todos han acabado fracasando (la URSS fue el detonante) porque sus ciudadanos en un momento determinado ya no pueden soportar la opresión ni la miseria, y quienes quisieron hacerles creer, que iban a sacarles del Imperialismo Capitalista, les hundieron en la Miseria Comunista.

 Pasaron de ser mano de obra industrial al servicio del desarrollo y bien estar de sus países, a ser proletarios de unos regímenes comunistas, en los que la aristocracia social, la componen los altos cargos del Partido Comunista y todo el aparato del Partido que son quienes disfrutan y se reparten lo poco que hay, ya que al no haber productividad, no hay rendimientos para los ciudadanos y lo poco que se genera va siempre al bolsillo de los líderes, por eso las fortunas de los líderes comunistas del mundo, siempre figuran entre las mayores del mundo, porque ellos no tienen que rendir cuentas a nadie.

Por lo que se refiere a la prostitución que había en 1959, por lo visto era de lujo y no por necesidad imperiosa para poder comer.

El Copacabana o el Havana Club eran los puntos de encuentro entre clientes con abundante dinero, y cabareteras de lujos que alternaban en esas salas.

 Hoy el número de rameras, multiplica por mil el de entonces, pero estas no son cabareteras de locales de lujo, sino lo que es conocido como 'jineteras' que se ofrecen por el Malecón o por cualquier punto de la isla, a cambio de algo para comer, o de unos vaqueros o medias de seda o cualquier prenda de vestir, que allí nunca podrán comprar.

 Es decir, se ha multiplicado la prostitución y se ha dividido el rendimiento, para las víctimas.

 A las personas hay que avaluarlas siempre por el resultado de sus decisiones.

No quiero extenderme más, pero si he querido aprovechar la desaparición del último icono del Comunismo Latino, para analizar algo tan evidente como inaceptable para quienes siguen con los ojos vendados y los oídos cerrados a la realidad de los hechos.