Miguel Bataller. Ciudadano del Mundo y Jubilado.
Parece ser desde hace unos años, que los términos se invierten y en esta España de nuestros pesares, es mucho mas conveniente hacerse el tonto e ignorante que demostrar que uno sabe leer y escribir y que comprende todo lo que se le dice en cualquier momento, sobre todo cuando firma un contrato delante de un notario o fedatario público y se le leen las cláusulas del mismo, antes de firmarlo.
Viene esto al caso, por el tema de las clausulas suelo y techo, del mismo modo que pudo venir antes en los casos de las acciones preferentes.
Aquí parece ser que nadie sabe nada cuando le conviene no saberlo y yo he llegado a la conclusión de que esos teóricos tontos e ignorantes se están pasando de listos sistemáticamente, con el beneplácito y la complicidad culpable del poder político del momento, que les ampara por miedo a perder sus votos.
Quizás a ellos contribuya también el sentimiento de culpabilidad de nuestros políticos, por haber legalizado situaciones de dudosa legalidad, como las preferentes o las hipotecas con cláusulas suelo y techo, pero de lo que no cabe la menor duda es que cuando se autorizaron tanto unas como otras, estaban dentro de la mas absoluta legalidad y cuando se firmaban los contratos delante de los fedatarios públicos, todo el mundo las firmaba sabiendo lo que hacía y buscando una mayor rentabilidad para su inversión o un menor coste para la financiación que recibía de las entidades financieras.
En épocas en las que llegamos a pagar unos intereses a los bancos superiores al 15 % era todo un ‘chollo’ suscribir una hipoteca, en la que en el peor de los casos nunca se pagaría más de un 9 % que era el techo máximo que tendríamos que pagar aunque por otro lado tampoco pagaríamos menos de un 3,5 %, que era el suelo mínimo a pagar y que entonces nos parecía a todos excelente, pues estábamos pagando a veces hasta cuatro veces más.
O sea que se firmaba conscientemente en la inmensa mayoría de los casos aunque yo añadiría que incluso en el caso improbable de que la gente no se enterará, era suya la responsabilidad, ya que la ignorancia de lo pactado no eximía de su cumplimiento.
Posteriormente algunos bufetes de abogados conocedores de la Legislación Europea a este respecto, empezó a mover la situación, y como las cosas de palacio van despacio, ahora pasados bastantes años los Tribunales de Justicia Europeos dictan sentencias y nos encontramos ante el curioso hecho, de que la legislación europea prevalece sobre la española y encima se aplica la retroactividad y se avecinan multas mil millonarias en euros, a todo el sistema bancario español.
No creo que ningún español tenga la menor duda, que esos miles de millones en último termino, vamos a pagarlos entre todos los españoles que nada tuvimos que ver con la legislación que regía en su momento.
La banca ya ha sido rescatada (como en mi opinión era imprescindible hacerlo) para no colapsar totalmente la economía nacional.
También entonces la responsabilidad fue de nuestros políticos, que al manipular de una forma inconsciente las Cajas de Ahorros, obligaron a la banca privada a absorber las ruinas de las Cajas que los políticos habían generado y para ello crearon un sistema de rescate y financiación oficial de la banca privada, para hacerse cargo de todo el sistema de Cajas de Ahorros que ellos habían llevado a la mas absoluta de las ruinas.
Y si hace apenas unos pocos años se les inyectaron tantos miles de millones para mantenerles a flote, la mas pura lógica nos hace pensar que al no haberles dado aún tiempo para devolver la inmensa mayoría de la financiación pública que recibieron, ahora tendrán que acudir de nuevo a atender los miles de millones que se estima que van a tener que devolver las entidades financieras a los suscriptores de los prestamos hipotecarios afectados.
¿Saben eso que significa?
Yo se lo explicaré.
Que nos van a seguir crujiendo a impuestos, a los españoles aparentemente listos, que ni suscribimos acciones preferentes ni créditos hipotecarios con cláusulas suelo o techo, por no tener necesidad de hacerlo o por entender que no nos interesaba correr esos riesgos.
Automáticamente y en una prueba evidente de que cinco siglos después, esta España de nuestros pesares, sigue siendo la de la picaresca del Lazarillo de Tormes o la del Villano en su Rincón sigue vigente.
Y no hay listo más listo, que el pícaro disfrazado de ignorante, ni tonto más tonto, que el español honrado y bien informado, que no aprovecha la misma picaresca para escapar de toda esta injusticia social que sufrimos los españoles de bien.
Parece ser, que en España el desconocimiento de la Ley, si exime de su cumplimiento, al menos a los pícaros, a los ‘listillos’ y a una clase política que se esfuerza en contentar a todos…dejándonos descontentos a la mayoría que conoce la legalidad vigente y trata de cumplir con ella, sin aprovecharse de los recovecos legales que siempre quedan para escapar y son los que utilizan los demás.
Hasta la semana que viene.