Domingo Vicent. Portavoz de Ciutadans en el Ayuntamiento de Vila-real.
Perseguidos al más puro estilo inquisitorial. Así es como nos sentimos los autónomos en España. Así es como nos sentimos los emprendedores, como nos etiquetan ahora, desde que el PP llegó al Gobierno, a finales de 2011. En especial aquellos que, pensando en la mayor seguridad jurídica, optaron por constituir una sociedad mercantil para desarrollar su actividad.
Las primeras medidas negativas que puso en marcha el nuevo Ejecutivo fue la eliminación de los recargos reducidos por el ingreso fuera de plazo de los Seguros Sociales. Hasta el RD Ley 20/2012 de 13 de julio, si no podías pagar los Seguros Sociales el día 31 y lo hacías el día 2 del mes siguiente pagabas un 3 por ciento, a partir de ese momento se pasó a pagar directamente el 20 por ciento. Por otra parte, se eliminaron casi todas las bonificaciones de contratación, destacando la desaparición de aquella que premiaba la conversión de un contrato temporal en indefinido. Toda una declaración de intenciones.
Pero la persecución acababa de empezar, y lo peor estaba por llegar. Para 2014, siguiendo la larga tradición de algunos de nuestros políticos de demonizar a todas las sociedades mercantiles, aunque se trate de microempresas, se obligó a los autónomos societarios a cotizar por una base muy superior a la que lo hacían hasta ese momento, pasando su cuota de 256,72 euros a 314,40 euros, casi 58 euros más cada mes. Esto como “pago” por el establecimiento de la tarifa plana de 50 euros para los nuevos autónomos, a la que los societarios no tenían ni tienen de momento derecho.
Por suerte, o por desgracia, los autónomos son ese ser al que siempre se le puede exprimir más, y para 2017, el Sr Montoro ha logrado superar todas sus marcas. Ha endurecido notablemente los aplazamientos de deudas tributarias para los contribuyentes, siendo el IVA el impuesto más afectado y los pequeños empresarios los más perjudicados. Y ha completado su particular caza al autónomo, volviendo a subir las bases y disparando la cuota mínima a pagar por un administrador de una SL a 344,71 euros.
Entre 2010 y 2017 el IPC ha subido un 6,1 por ciento, en cambio el importe del recibo de un autónomo ha subido un 37 por ciento, escalofriante.
Así, cada vez son más los autónomos que tienen que tener otro trabajo para sobrevivir, situación similar a un minijob, más propio de los jubilados alemanes. De lo contrario, estos trabajadores por cuenta propia se encuentran con que no pueden completar sus ingresos o ni siquiera pagar la cuota.
Podría seguir ahondando en esta cruda descripción de a dónde nos han traído las políticas del Ejecutivo popular los últimos años, pero creo que es más importante dar esperanza y motivación a quienes optan por jugarse su patrimonio personal y su futuro profesional.
Ciudadanos ha planteado desde el primer momento una cuota de autónomo en función de los ingresos. Es justo y necesario. Es la única vía para que haya emprendedores, pero sobre todo para que perduren y para que creen empleo.
Sé qué para los diputados del PP o del PSOE es muy difícil de entender. Con un 44 por ciento y un 47 por ciento de funcionarios entre sus filas, difícilmente se habrán enfrentado nunca al reto de hacer prosperar una actividad empresarial, ni mucho menos conocerán el significado real de la palabra incertidumbre. Pero todo tiene un límite, ha llegado el momento de acabar con la persecución.