Las reinas de las fiestas, Estefanía Climent y Berta Montañés, con sus damas, visitaron el almacén de Gaiatas
Las reinas de las fiesta de la Magdalena 2017, Estefanía Climent y Berta Montañés, han visitado esta noche el almacén de Gaiatas. Acompañadas por sus damas, representantes municipales y Junta de Fiestas, han podido comprobar el desarrollo de los monumentos, los trabajos, los últimos retoques de las composiciones que, el domingo al atardecer, desfilarán por las calles de Castellón.
Esperanza Molina/ Castellón Información
La luz de las Gaiatas ya luce en el Almacén (antiguo Matadero), donde los artesanos ultiman retoques, comprueban las fases de luz, añaden elementos de tradición y trabajan a contrarreloj para que todo salga perfecto cuando salgan a la calle el próximo domingo.
Esta noche, las reinas de Castellón, Estefanía Climent y Berta Montañés, acompañadas por las damas de la ciudad, representantes municipales y Junta de Fiestas, visitaban el Almacén de Gaiatas.
Noche de trabajo, de bautizos, de nervios y de comparaciones en cada uno de los habitáculos donde los monumentos acaban de cobrar forma.
La gran ausente, la 12, el Grau, que esta noche celebraba su bautizo en su localización natal, el Grao de Castellón.
Protocolos
Todas ellas tendrán que cumplir los protocolos obligatorios. Elementos imprescindibles:
‘El gaiato’ que representa a la caña tradicional, a la gaiata que los padres de familia utilizaron en su descenso de la montaña al llano.
El escudo de la ciudad, plasmado dentro del monumento.
Y las medidas: seis metros de altura y una base que no debe exceder de los 3,5 x 3,5 metros, para las gaiatas grandes.
Solo se puede reutilizar un 20% del material de monumentos de otros años.
Y sobre esta fórmula, brazos, farolillos, vidrieras, símbolos de la ciudad que deberán aguantar durante los nueve días de fiesta y lucir con todo su esplendor.
Lejos de los intentos innovadores de otros años, la mayor parte de 
los monumentos, por no decir casi todos, rinden homenaje a las fórmulas clásicas que se explotan una y otra vez.
Brazos que simulan las ramas del árbol de la fiesta, que se doblan y bailan en torno al eje central.
La luz de la modernidad
Son el símbolo de la luz. Una luz que le ha salido muy ‘costosa’ a los gaiateros, porque “las luces de antes iluminaban más”.
Ahora todas son de led, y afortunadamente, comentan algunos, la tecnología ha aportado posibilidades que antes no se conocían, como los leds de colores cuando antes todo eran farolillos blancos que había que repintar para dar forma al proyecto.
Las hay con más y con menor presupuesto. Las hay que son verdaderas obras 
de arte en cada uno de saus elementos. Y las hay que todavía esta noche presentaban apenas un eje central que se completaba a toda prisa para cumplir los tiempos y los plazos.
Los presupuestos lo deciden casi todo.
En el ‘mon de la festa’ de las gaiatas, se acabó hace más de un mes la cuenta atrás para disponerlo todo. Van a destajo, corriendo, trabajando todos los fines de semana desde hace meses; invirtiendo el poco tiempo libre para cortar maderas, pintar detalles, decorar la base, añadir luces y controlar las fases de luz.
Porque las gaiatas tienen dos componentes básicos, la estructura y la luz.
Una gaiata oscura desmerece su objetivo, por muy trabajada que esté su estructura. Tanto como su estructura, la luz es fundamental, y con la luz, las 
fases, los cambios y los ritmos.
Aquí, lejos de la pretensiones de otros tiempos, apenas hay artistas gaiateros especializados y, desde luego, no existe un taller de formación para ellos.
Por eso, y porque al final la fiesta será la fiesta, ahora hay que trabajar duro. Tenerlo todo a punto.
Más gente en unas gaiatas que en otras. Unas abiertas a la calle. En algunos contenedores se trabaja a puerta cerrada. Trabajan mayores y pequeños. Los unos utilizan las herramientas, los pequeños decoran luces. Y llegado el anochecer, bocadillo con la familia y los amigos para hacer un alto en el camino.
La visita de las reinas de la Magdalena originó un verdadero júbilo entre los gaiateros.
Orgullosos, entre clavo y farolillo, aplaudieron a sus reinas. Las 
madrinas las saludaron afectuosamente. Y así, de gaiata en gaiata, a puerta cerrada o abierta, todos saben lo que hacen los demás. Comparan sus posibilidades; algunos incluso presumen de sus logros mientras otros le echan la culpa a los presupuestos.
Y en ese ambiente de fiesta tampoco faltan los colaboradores y la buena voluntad, los que pasan de un habitáculo a otro para ‘echar una mano’, porque “no llegan, y no los vamos a dejar así”.
Se cumplen los plazos.Ya no queda cuenta atrás.
Porque el sábado, a medio día, comenzarán las fiestas de la Magdalena 2017. El día será apoteósico, lleno de actividad. Y el domingo, por la noche, ya en la madrugada del domingo, los artesanos sacarán sus gaiatas a la calle, con esfuerzo pero con ilusión, empujando.
Se quedarán ya a la espera de su momento cumbre.
Porque en el anochecer del tercer domingo de Cuaresma, cuando la torná de la Romería acabe su procesión de entrada a la ciudad, les llegará el turno a ellos.
Y entonces comenzará el Desfile de Gaiatas. Los monumentos de luz desfilarán por las calles de Castellón acompañados por sus madrinas, sus niños, sus comisiones. Como la exhibición del mejor trabajo de la fiesta con el que los sectores rinden homenaje a Castellón.
Y no debe fallar nada, ni el empuje de las gaiatas, ni su estructura y mucho menos sus fases de luz.
Y los habrá, entre el pñublico, que critiquen si son clásicas o modernas. Los que hagan ascos a las innovaciones o las repeticiones, los que ignoren todo lo que se guarda detrás de cada monumento…
Las gaiatas, símbolo de la luz de la fiesta, inundará Castellón.
