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Tras la apertura del nuevo centro de salud de Peñíscola, el pasado mes de octubre, la concejalía de Bienestar Social solicitaba a la Conselleria que desalojase de su mobiliario y equipamientos el edificio de titularidad municipal que, durante décadas, había acogido el consultorio médico.
En el mes de diciembre finalizaba el desalojo y, tras designar un equipo del área de Urbanismo por parte del Ayuntamiento para la reforma y adaptación de este edificio a sus nuevos usos, la Brigada Municipal de Obras y Servicios llevaba a cabo el traslado de equipos y mobiliario, así como las reformas requeridas por los Servicios Sociales para la adaptación del local hasta finales del mes de febrero.
La apertura de este nuevo espacio destinado a la Unidad de Respiro, a principios del mes de marzo, permitía a los usuarios del servicio contar con más salas para la actividad física, talleres, espacio de almacenaje y el desarrollo de actividades al aire libre pues cuenta con dos plantas, un patio trasero y dos accesos en una ubicación privilegiada junto al puerto pesquero y a la entrada del Casco Antiguo.
El alcalde, Andrés Martínez, y la concejala del área, María Jesús Albiol, han supervisado el desarrollo de las tareas y el proceso de traslado que ha finalizado en los últimos días tras la incorporación de “los últimos retoques” tal y como explicaba la concejala del área que ha anunciado aun varias mejoras en la zona exterior “donde vamos a ubicar una barandilla de seguridad y bandas antideslizantes en las rampas para que puedan disfrutar todos del patio y de las actividades al aire libre en el propio recinto”.
Martínez que visitaba esta semana al equipo de trabajo, voluntarios y usuarios del centro ha reiterado “nuestra voluntad de ampliar el servicio sumando horas de apertura durante la tarde”, que destacaba “la importancia de contar con la posibilidad de disponer de este servicio cada vez más y mejor adaptado a las necesidades de las familias del municipio”.
Un servicio de apoyo familiar
La Unidad de Respiro funciona en Peñíscola desde el mes de marzo del año pasado, financiada a través de una subvención de la Diputación de Castellón.
Siendo ésta un recurso público destinado a personas mayores con problemas de discapacidad física o en fase inicial de deterioro cognitivo, su finalidad primordial es proporcionar una atención integral, dinámica e individualizada, de carácter social y de apoyo familiar, con el fin de mejorar su autonomía personal y permitir que continúen en su entorno habitual.
El equipo de la Unidad de Respiro está formado por una monitora y varios voluntarios, bajo la supervisión de la trabajadora social especializada en materia de dependencia con la que cuentan los Servicios Sociales municipales.