José Antonio Rodríguez. Asesor Fiscal.
Hoy comienza el programa oficial de las fiestas de la Patrona de la capital de la Plana y que finalizará los últimos días de mayo con el rosario de las antorchas, aunque lo cierto es que el domingo siete de mayo alrededor de la Basílica y por las partidas de Taxida, Ramell y LLedó se producirá un año más el acto culminante de las fiestas en su honor, la Procesión , en la que portada por devotos barreros será jaleada por el 'perot' y por todo aquel que así lo desee, como manifestación de su amor, fe y devoción.
No es este un tema menor a la hora de considerar las obligaciones y el compromiso que los gobernantes de nuestra ciudad, más allá de su credo, deben a estos festejos que anualmente se repiten la primera semana de mayo.
Cierto es que nuestro Estado es a confesional, que no laico, que el respeto a las creencias de todo tipo, incluso a la no creencia, merecen respeto, pero no deja de ser menos cierto que los orígenes de nuestra actual lo están en la civilización judeo cristiana, por ello en cada pueblo, en cada ciudad hay celebraciones religiosas arraigadas en el pueblo, en muchos de nosotros, de esos los que vamos a depositar el voto a la urna cada cuatro años o menos.
En Castellón de la Plana LLedó es parte insustituible e indisoluble, unida a sus orígenes desde tiempo inmemorial, recordada cada año en nuestras fiestas fundacionales, en la 'Tornà de la Romería',
Del mismo modo la ciudad se vuelve a la Basílica el segundo sábado de las fiestas para manifestar su devoción en una ofrenda de flores en la que los participantes se incrementan anualmente de forma exponencial por no mencionar la multitud de actos, el Magdalena Vitol incluido en el que hay referencias al santuario.
Existe una percepción por parte de muchos 'castelloneros' que nuestros actuales gobernantes han confundido la a confesionalidad de sus partidos con el apoyo y participación institucional en las fiestas de la Patrona.
Se ha hecho chanza y se ha magnificado la baja del rector de la basílica como empleado del Ayuntamiento, tema menor que hubiera debido tratarse desde un principio como un mero cumplimiento de los acuerdos entre Iglesia y Estado.
Ahora bien, de un modo burdo, medio escondido y con una actitud que al menos a los meros espectadores parece de 'cumplimiento forzado', se da la espalda a LLedó.
Si gobiernan para todos, lo hacen también para los que quieren que las fiestas a la Patrona de la ciudad se realicen con el apoyo y la presencia institucional adecuada tanto en las formas, que han dejado que desear en alguna ocasión, como en el fondo.
Así como se está presente, apoyando a multitud de colectivos, algunos bastante desconocidos, la señora Marco y su equipo no deben olvidar que la devoción a Santa María del LLedó es transversal, de muchos ciudadanos con ideología distinta, por lo que no atenderlas adecuadamente es, además de un desaire para los creyentes, un error político.
