Luis Andrés Cisneros.
Pues sí, queridos lectores, en los tiempos actuales se está demostrando que la violencia es sólo unidireccional, y solamente es considerada como tal, si el que hace uso de la fuerza bruta para cometerla es un hombre y, además, heterosexual.
Es más, todas las preocupaciones de los Ayuntamientos como el nuestra ciudad, Castellón, van encaminadas a erradicar y acabar con la lacra de las agresiones llamadas de género, siendo éstas, los únicos actos de violencia que existen, digo yo.
Recientemente ha habido dos atropellos de ciclistas que han tenido como consecuencia la muerte de algunos de ellos. Hechos lamentables y desgraciados y que, curiosamente, han sido causados por dos mujeres que, al parecer, se encontraban bajo los efectos del alcohol y de las drogas.
Si estos hechos se hubieran producido por la imprudencia de algún hombre, varón o del género masculino, se hubiera desatado una feroz persecución mediática y los epítetos más abyectos hubieran caído sobre ellos, cual espada de Damocles.
Apunten, machistas, hetero-patriarcales, cosificadores, fachas,… y toda la furia incontrolada de los Ayuntamientos, Observatorios, Asociaciones, Partidos Políticos, Sindicatos, Fundaciones de todo tipo y cualquier Agrupación que sea políticamente correcta, se lanzarían sobre los culpables.
Y me parece bien que se haga pero, ¿y qué ha pasado con las susodichas conductoras? No se sabe. Imagino que habrán pasado a disposición judicial, pero no se ha hecho el más mínimo acoso y derribo hacia ellas. Claro, estos accidentes han sido vistos bajo la visión de la perspectiva de género, que es lo que se utiliza para conseguir la igualdad de género. Curioso ¿no?
A mí, lo que me sorprende de manera escandalosa es el hecho de que, contra más dinero se dedica, más campañas se hacen, más organismos se crean (con subvenciones, por supuesto), parece que no se adelanta nada en este tema. Ante lo que cabría preguntarse ¿Cómo explicar que sigamos igual todos los años?
En el equipo de ¿Gobierno? de nuestro Ayuntamiento, y de muchos otros, parece que sólo les preocupa el ideario de la ingeniería social. Es decir, la perspectiva de género, el catalán, desprestigiar a la familia, acabar con el cristianismo y la implantación de los idearios LGTB. Lo demás es secundario o, mejor dicho, no sirve a los objetivos del Nuevo Orden Mundial.
Curiosamente, se les llena la boca de decir que luchan contra los delitos de odio y, ellos mismos, lo alimentan, no olvidemos lo publicado en la redes sociales por, entre otros, la señora Brancal y otros colegas de partido, por ejemplo burlándose de las tradiciones católicas y haciendo todo tipo de vejaciones a los creyentes que, por cierto, dicen ellos representar.
Ahora nos querrán vender que eso que ellos hacen, es respetar a sus conciudadanos y luchar por la convivencia y los derechos y libertades de los castellonenses. Es decir, sólo se puede considerar como odio, lo que los demás hacen, pero no lo que nosotros hacemos. ¡Qué buenos que somos!
Pero, lo más curioso del caso es que, las cabezas rectoras de la Corporación Municipal no fueron los partidos más votados en las últimas elecciones, pero por mor de los pactos (o componendas), alcanzaron el poder y, los que realmente toman las decisiones, no fueron ni siquiera segundos y los otros no quisieron mojarse.
No acabo de entender cómo es posible que inviertan o malgasten parte de su tiempo ¿laboral? a presidir presentaciones de libros sobre las nuevas masculinidades y hombres feministas (algo fundamental y básico para los ciudadanos de Castellón) o a despilfarrar el dinero de los contribuyentes en hacer desaparece la Cruz del Paseo Ribalta, sin ninguna duda un hecho histórico para el desarrollo económico de nuestra ciudad.
Y ya no digo nada cuando se ponen a divagar sobre el uso obligatorio del catalán en las escuelas incluso en infantil, sobre la prohibición de trabajar con empresas que trabajan con paraísos fiscales o las acciones encaminadas a ‘visualizar’ las distintas formas de familia que preconizan. Me surge una pregunta ¿un hombre sólo es familia? Les recomendaría que pidieran para ellos sillones en la Real Academia de la Lengua Española.
Serán capaces de hacer cualquier cosa con tal de que el núcleo, gracias al cual, la civilización occidental se convirtió en motor del progreso mundial, o sea la familia, pierda su identidad. Y todo ello pasa por acomplejar al hombre y hacerlo culpable de todos los males de la sociedad.
Pero claro, para que estemos en la situación en la que estamos, se necesita la complicidad de los partidos políticos que, salvo honrosas excepciones como VOX, tienen claro que la familia, tal como se ha entendido siempre, es el único camino para el progreso y la libertad.
Mal favor están haciendo todas estas políticas tan ‘guays’ a las mujeres y a los hombres. Más que igualdad, están consiguiendo que el enfrentamiento y el resquemor entre ambos se vaya enquistando. Por ejemplo la historia del cupo está resultando nefasta para ellas. Hay que considerar a las personas por su mérito y no por su género.
En otra ocasión hablaré sobre la nula defensa que estas adalides de la defensa de los derechos de las mujeres hacen con las amas de casa o las viudas. Para ellas no existen. ¿Es posible que de no haber cantidades ingentes de dinero no habría tanta gente dedicada a la llamada violencia de género? Un misterio.
Yo sí que estoy orgulloso de ser español. ¡Viva España!
