La habilidad de la alcaldesa da la vuelta a la polémica de los desahucios y deja a la vicealcaldesa en el peor lugar frente a la PAH
Pleno interesante en el Ayuntamiento de Castellón en el que por primera vez el bipartido ‘plantó’ a CseM con los votos del PP y logró sacar adelante su modificación de Crédito que le permitirá comprar la parte privada del Tetuán 14. La habilidad de la alcaldesa supo dar la vuelta a la recriminación de los afines a Podemos con los desahucios, y puso en un brete a la vicealcaldesa frente a los representantes de la PAH. Según Brancal, la culpa de todo la tiene el PP
Esperanza Molina / Castellón Información
Ya se sabía que el pleno de junio del Ayuntamiento de Castellón iba a tener historia, lo que no se pudo adivinar, (para unos hasta esa mañana y para otros, hasta la misma sesión de por la tarde), todo lo que iba a dar de sí la sesión.
Fue un pleno largo, demasiado. Los grupos huyeron de las explicaciones de voto y se centraron en los debates; y se debatió casi prácticamente todo, hasta lo que se votó por unanimidad. Solo la ‘voluntad’ del GMP evitó que a los señores concejales les tocaran las doce de la noche en el salón de plenos, porque vista la duración, los populares optaron por retirar dos de su mociones.
Pero daba igual, porque después de dos años de legislatura los del PP habían conseguido uno de sus objetivos: evidenciar las divergencias internas del tripartito y obligar a los de PSOE y Compromís a pactar con ellos para sacar adelante una modificación de crédito de más de 14,4 millones de euros.
Y es que el bipartito planteaba una modificación de crédito importante. Más de 14,4 millones de euros que cambiarán el destino de las previsiones iniciales de gasto del presupuesto, sin tocar los capítulos globales de ingresos y gastos.
La modificación de crédito, que ya había pasado por Comisión, no había sido aceptada de forma unánime por los grupos. PP presentó 6 mociones parciales, Ciudadanos, 2; y Castelló en Moviment, ninguna.
Para los afines a Podemos, la modificación podía ser válida, siempre y cuando el equipo de Gobierno cumpliera 'algunas condiciones' relacionadas con los desahucios. Era una forma más de presión de las que han ejercido durante esta legislatura, que partía de la base de que sin sus votos el bipartito no podría sacar adelante sus ambiciosos proyectos.
Y estas condiciones tampoco estaban claras ni eran fáciles de ejecutar.
En última instancia y ante la imposibilidad del bipartito de parar los desahucios o comprar viviendas para usos sociales, los de CseM optaron por plantear unas bases para promover que el Ayuntamiento pudiera mediar entre los propietarios de viviendas para alquileres sociales o desahucios, y familias afectadas.
Unas bases bastante más complejas de lo que permitía la administración.
“¡15 días!”, exclamó en varias ocasiones el portavoz de CseM, Del Señor, "si hubieran esperado 15 días y hubieran transigido les hubiéramos votado a favor”. Y todo esto se lo decía a los de Compromís y PSOE en el transcurso del pleno cuando se abordaba este punto. Y este punto y esta alocución, convencidos todavía de que harían valer su presión para que se pusiera de manifiesto que son imprescindibles para el Gobierno de la ciudad.
Algo debió observar Del Señor, cuando se percató que el equipo de Gobierno aceptaba su negativa con demasiada tranquilidad. Y entonces dudó.
Pero esta vez se torcieron las cosas. Desde el PSOE y, con mucha habilidad, finalmente se recogió el guante que había lanzado el PP en otras ocasiones, y se inició una negociación que llegó a buen puerto esa misma mañana antes del pleno. Ninguna de las partes podía ceder abiertamente y había que escenificar el acuerdo. De esta forma, por parte del PP el primero en intervenir fue Carlos Feliu, que se mostró combativo con el equipo de Gobierno; mientras que en segunda vuelta de réplica, y una vez que Del Señor se había despachado a gusto, fue la portavoz, Begoña Carrasco, la que tomó la palabra para rebajar el tono y presentar oficialmente la propuesta porque su grupo siempre se prestaría a colaborar en bien de la ciudad.
Los puntos que puso el PP sobre la mesa formaban parte de su estrategia como oposición: el apoyo al programa de desempleo de Cruz Roja; el apoyo para el mantenimiento del Asilo; el mantenimiento de la ayuda al proyecto Estela Maris del Grao y la ayuda a los enfermos mentales.
Toni Lorenzo, vicealcalde y concejal de Hacienda, no hizo sangre con Castelló en Moviment, pero justificó la aceptación de las condiciones propuestas por el PP. También su grupo, dijo, consideraba importante el proyecto de Cruz Roja, el trabajo que se realiza en el Asilo y el apoyo a los enfermos mentales, que se pondría de manifiesto con la modificación de crédito y la compra del Tetuán 14, de donde salían los recursos para el Centro de Alzheimer de La Pineda. En cuando al proyecto Estela Maris, se financiaría con remanentes.
No transigieron los de Ciudadanos, cuyo portavoz, Vicente Vidal, acusó al equipo de Gobierno de haber hecho una gestión nefasta porque la compra del Tetuán se financiará con préstamos, mientras el Ayuntamiento, a su vez, amortizará parte de su deuda con los bancos.
La cara de Del Señor y su intervención, una vez en la trampa, tampoco dejó lugar a dudas e, incluso se atrevió a dejar caer que el PSOE tendría problemas con su nuevo secretario general.
Y cerrado el turno de intervenciones se votaron las enmiendas y finalmente la modificación de crédito con las enmiendas pactadas. Una votación algo accidentada, porque se hubo de pedir a la secretaria que especificara cual era cada cual, y no solo las citara por su número, para que los de Compromís, PSOE y PP pudieran votar lo que habían pactado. Ciudadanos se abstuvo y Castelló en Moviment votó en contra. Se había aprobado la modificación de crédito.
Y saldado el asunto, la alcaldesa hizo uso de su privilegio de intervención para decir a los de Castelló en Moviment: “No se preocupen, que los integrantes del PSOE de este equipo de Gobierno se llevan muy bien con su secretario general”.
Sería excesivamente largo transcribir todo lo que pasó en este pleno y, más aún, analizar punto por punto. Pero lo más destacado podría quedar reflejado en una frase, la del portavoz adjunto del PP, Juan José Pérez Macián, cuando, en la defensa de uno de los puntos se refirió sin sorna ni ironía a “nuestra alcaldesa”; o el intercambio de comentarios; o la falta de acritud entre la alcaldesa y la portavoz del PP… y la disculpa de Compromís, cuando su portavoz hubo de excusar la votación junto al PP en el hecho de que lo que pretendía Castelló en Moviment era inviable y 15 días no hubieran modificado las cosas pero si puesto en peligro las cuentas municipales.
Giro de 360 grados en el Ayuntamiento de Castellón con una oposición muy fuerte por parte de Castelló en Moviment; mientras, el portavoz de Ciudadanos perdía los papeles ante la acusación de Del Señor, de que los de Ribera carecían de personalidad y no sabían dónde iban ni quienes eran. Después pidió disculpas.
Las comparecencias de Marco y Brancal
Pero hay dos puntos sobre los que cabe hacer una especial referencia.
Pasaban de las nueve y media de la noche, cuando la alcaldesa propuso un receso. Faltaban todavía por debatir dos mociones del PP; aprobar las declaraciones institucionales; los ruegos y preguntas, las comparecencias solicitadas por Castelló en Moviment y la pregunta del ‘concejal 28’. Aquello pintaba largo, muy largo.
En el receso el PP propuso retirar sus mociones y dejarlas para otro pleno. Se aceptó. No hubo ruegos ni preguntas. Las declaraciones se probaron con prontitud. Pero llegaron las explicaciones solicitadas por Castelló en Moviment acerca de los desahucios.
En el salón de plenos, los integrantes de la Plataforma Anti Desahucios por la Hipoteca.
Marco le da la vuelta a la situación
La primera de ellas, que parecía la más ‘dañina’, iba dirigida a la alcaldesa “sobre la criminalización de las familias afectadas por desahucios con filtración por parte del Gobierno municipal de datos confidenciales”. La segunda era para la vicealcaldesa para que informara sobre la política de vivienda del Ayuntamiento de Castellón.
Tanto la alcaldesa como la vicealcaldesa tenían reconocido un tiempo prolongado de intervención, pero la habilidad de la alcaldesa fue magistral.
Un pacto de ciudad
Amparo Marco, además de reiterar que no se escondía y que respondía sin problemas, negó haber filtrado datos, haber criminalizado a las familias y, citó como origen de las informaciones que se habían publicado en prensa, a los mismos integrantes de Castelló en Moviment, a los que acusó de ser ellos los que, en sus convocatorias con la PAH, daban datos y señales de cada caso, dirección y afectados.
No convenció a Xavi del Señor, que volvió a incidir sobre lo mismo. Pero Amparo Marco consiguió generar dudas y desmontar una acusación que había sonado francamente fuerte… para proponer un pacto de ciudad sobre los desahucios.
Pero además de eso, supo escurrirse y, con la excusa de no querer interferir en las explicaciones de la vicealcaldesa sobre la política de vivienda, pasó de puntillas sobre los desahucios. De nada sirvió que se le recordara que fue ella, la alcaldesa, la que en su momento presumió de hacerse la foto y de decir públicamente que este ayuntamiento, el suyo, había acabado con los desahucios, porque Marco no entró al trapo.
La PAH no acepta las explicaciones de Ali Brancal
De esta forma, fue Ali Brancal, la que intentando dar datos sobre su gestión al frente de la política de vivienda, hubo de tragarse el grueso de las acusaciones de no haber logrado ninguno de los objetivos prometidos durante la Campaña Electoral.
Tuvo que escuchar cómo Castelló en Moviment acusaba al equipo de Gobierno PSOE- Compromís de no haber hecho nada a este respecto, de no haber incrementado la bolsa de viviendas ni los alquileres sociales ni de haber conseguido acuerdo con los bancos.
Sin quererlo, protagonizó la acusaciones que se realizaron desde la oposición de haber basado la política electoral del equipo de Gobierno en promesas que no se podían cumplir, porque ahora, le dijeron, admiten que no tienen competencias suficientes… e incluso, de haber encargado, un análisis de la situación de la vivienda que, como les indicaron desde la oposición, se contrata con una empresa externa y después de dos años de no haber cumplido lo prometido.
Aunque Ali Brancal tuvo el apoyo de los suyos, del portavoz de Compromís y del PSOE, lo cierto es que su discurso no caló; es más, provocó indignación entre los de la Plataforma, que se levantaron y salieron de la sala para no escuchar su defensa. Lo consideraron una burla. Al final, la justificación de la vicealcaldesa se resumió en una frase: la culpa de todo la tiene el PP.
Contado así el Pleno fue lo que parece, una partida de ajedrez que no dejó peón sobre el tablero. Negras y blancas firmaron tablas.
