José Antonio Rodríguez. Asesor Fiscal.
El gobierno de la Generalitat Valenciana ha anunciado y presentado un nuevo proyecto de Ley de Plurilingüismo que cuenta con el apoyo de los miembros del Pacte del Botànic.
La esencia que se vende de este proyecto es que castellano y valenciano tendrán al menos el 25% de presencia en las aulas y el tercer idioma, mayoritariamente el inglés, el 15%. De aquí se extraen dos lecturas fundamentales, una que tanto la enseñanza del castellano como la del valenciano pueden llegar hasta el 60% del total de las 22,5 horas lectivas en educación infantil y primaria, etapa fundamental de la formación de los alumnos en competencias lingüísticas y la otra es que en cualquier caso hay al menos el 25% de las horas que se impartirán en ambas lenguas cooficiales en la Comunitat.
En otro momento profundizaremos sobre esta propuesta de Decreto, y tratarlo con mayor profundidad.
Además de reconocer claramente el fracaso de un decreto suspendido por el TSJCV por su clara ilegalidad y tendenciosidad, hay que añadir que el refuerzo de la lengua autóctona se mantiene en la ley, y que la diversidad de las comarcas de nuestra comunidad no se tiene en cuenta. Marzá da un pasito, solo un pasito hacia atrás en su proyecto de educación única, laica y en catalán en nuestros territorios.
Marzá no está descubriendo la pólvora, ni tan siquiera la sopa de ajo, sencillamente lo que ha pretendido es copiar literalmente el modelo catalán, pero con una diferencia, El señor Pujol no tuvo ninguna impugnación de la ley de normalización del catalán allá por el año 83 y durante los años posteriores. Ojalá seamos conscientes todos los valencianos y decidir si este modelo es el que queremos, con toda seguridad no.
En Catalunya se ha impuesto durante los últimos 30 años un sistema educativo, cuya base fundamental ha sido la lengua, en la que se han conculcado sistemáticamente el derecho a recibir educación en castellano y no solo eso, sino el recibir los mínimos establecidos reiteradamente en sentencias del Tribunal Supremo.
Convergencia i Unió ha hecho durante años lo que le ha venido en gana en el sistema educativo, con el único fin de formar a varias generaciones con programas curriculares radicalmente distintos a los del resto de España, sin los mínimos comunes y lo que es peor, con contenidos, fácilmente comprobables en textos de varias editoriales, falsos, haciendo referencia a la historia de Catalunya con una parcialidad y despreciando la realidad objetiva que debe primar en los libros de texto.
El fruto ha sido generar a catalanes mal formados, con una información e instrucción que conlleva claramente ver con naturalidad esta charada de referéndum sin contar con el resto de españoles.
Los grandes culpables de todo esto no hay que olvidar que han sido el PP y el PSOE, ya que ambos permitieron, y más aún miraron hacia otro lado, tanto el señor González como el señor Aznar, ante las tropelías en materia educativa que allí se instauraron, a cambio de apoyo necesario para gobernar. Aquellos polvos han traído estos lodos.
El uso, una vez más de escuela, tanto ideológicamente en la formación, como en el día de hoy como lugares de votación, por no hablar de la utilización de los menores en diversas acciones, desde manifestarse, hasta montar actividades extra escolares con ellos, es deleznable.
Ojalá que todos vayamos tomando buena nota, que en España no se puede permitir, por mucho que lo diga el señor Iceta, que la competencia en educación debe traspasarse al 100% a Catalunya, probablemente habrá que hacer una reflexión justo en sentido contrario.
Con relación a nuestra querida Comunitat, ser realistas y reconocer que cuando las barbas de tu vecino veas cortar,….
