Patricia Mir - Crítica de arte y periodista cultural / Castellón Información
Como de metáforas académicas iba el juego podemos afirmar que Laia Porcar y Núria Vizcarro, creadoras y promotoras de La Ravalera Teatre, han obtenido un sobresaliente entre el público castellonense. Los días 1, 2 y 3 de diciembre La Ravalera ha tomado el IES Ribalta para una nueva entrega de su propuesta de microteatro, coincidiendo con el centenario del edificio que levantó el insigne arquitecto Francisco Tomás Traver. Hora y media donde el público asiste a tres piezas teatrales y una actuación musical como colofón a cargo de Guillem Roma en un ambiente de fiesta final de curso con photocall de graduación incluido, refrescos y votos para el Consell Escolar.
Ni el frío que estos días se ha adueñado de la capital de La Plana ha conseguido acobardar a un público que ha abarrotado las seis sesiones que ofertaba La Ravalera consiguiendo colgar una vez más el cartel de no hay entradas.
La mejor pieza es la que protagonizan Laia Porcar y Cesca Salazar, con texto y dirección de Núria Vizcarro. La escena se desarrolla en un despacho de un instituto en 2067. Una directora convencida de unos métodos pedagógicos algo discutibles tiene que entrevistar a una aspirante a profesora de filosofía. Cuando la directora ve quién se presenta a la entrevista el pasado volverá de golpe. Ambos personajes se enzarzarán en una lucha dialéctica cargada de reproches y sentimientos amordazados. El trabajo actoral de ambas es de lo mejor de esta edición.
Una actuación también más que reseñable para Pau Gregori que interpreta a un profesor que utiliza el aula para hablar más de sí mismo que de un método para soldar metales. ‘Com aprende a unir metalles’ es una pieza de la Família Política (antes Lupa compañía de teatre) con un texto bellísimo. El discurso metafísico se intercala con la lección de forma gradual hasta lograr que las emociones surjan a flor de piel.
Por último la compañía Teatre de Caixó crea una situación surrealista cuando el busto del pintor Francisco Ribalta aparece mutilado y dos profesores, uno titular y otro interino, intentar hallar la manera de solucionar este accidente o no. Los docentes interpretados por Jordi Collado y Marc Escrig tienen dos visiones opuestas de los métodos pedagógicos y de muchas cosas más.