Jorge Fuentes. Embajador de España.
Pocos países como España presentan una actitud tan crítica hacia los Estados Unidos de América. Probablemente ello es debido a diversas circunstancias históricas que paso a enumerar.
-Los EEUU es la parte de América que, junto con Canadá, España no colonizó exclusivamente. Utilizo este último adverbio porque gran parte de lo que hoy constituye aquel país -todo el Suroeste- fue en otros tiempos hispano y aunque hoy más de 50 millones de residentes de los EEUU son de habla hispana, no cabe duda de aquel es un país de cultura básicamente anglosajona.
-Los EEUU fue la potencia emergente que en el tramo final del siglo XIX desplazó a España -potencia declinante- de sus últimos reductos coloniales como fueron Puerto Rico, Filipinas y Guam derrotándonos fulminantemente en el campo de batalla cubano.
-Y, por último, argumento válido únicamente para mentes progresistas, los EEUU perpetuaron el franquismo firmando el Acuerdo Hispano-Norteamericano que convirtió a nuestro país en pieza bilateral importante, desde fuera de la OTAN, de la defensa occidental, es decir, del imperio norteamericano.
Por todas estas razones y quizá por alguna otra, la España de hoy mira con recelo a los Estados Unidos. Ello no impide que todo cuanto proviene de aquel país sea acogido en Europa y especialmente en España, con los brazos abiertos. Ya se trate del cine, de la música, de la pintura, la literatura, los vestidos, las costumbres sociales, la política etc...
Den por seguro que cualquier ‘ismo’ que nazca en los EEUU, en cuestión de años o de meses se implantará en Europa y en España.
Dos fenómenos resultan particularmente llamativos: Halloween y Black Friday. Hasta no hace mucho, el 1 de Noviembre era, y sigue siendo, el día de difuntos o de Todos los Santos. Cuéntenselo a las nuevas generaciones para quienes en esas fechas lo único memorable son los disfraces de horror, las calabazas y el ‘Treat or Trick’ (trato o truco).
Mas grotesco resulta aún el mimetismo respecto al Black Friday cuyo sentido en América es rebajar los precios (antaño de los esclavos negros, hogaño del de todos los productos comerciales) tras el día de Thanksgiving (Acción de Gracias), una de las mayores celebraciones del país para el que las familias habían echado el resto.
En España y en Europa no hay Thanksgiving pero los comercios han considerado oportuno importar la moda y abrir un periodo de rebajas como tradicionalmente se abren desde hace años en la cuesta de Enero post navideña.
Dejémonos de monsergas y aceptemos sin rubor que los EEUU son un gran país, un país amigo del que -Trump aparte- podemos aprender mucho y que posee un folklore moderno y atractivo para las nuevas generaciones. Y para las menos nuevas, también.
