Noticias Castellón
lunes, 25 de noviembre de 2024 | Última actualización: 23:18

¿Dónde va Vicente? Donde va la gente

Tiempo de Lectura: 5 minutos, 35 segundos

Noticias Relacionadas

Luis Andrés Cisneros.

¡Qué rico y fecundo es el refranero español! Tiene frases y sentencias para casi todos los hechos de la vida. Sin ir más lejos, ¿Dónde va Vicente? Donde va la gente es uno de los más prolíficos en su uso, y más en los tiempos que corren, y si no, veamos como ejemplo la última entrega de los Premios Goya del Cine español, por supuesto.

Año tras año, una serie de personajes, salvo excepciones, se reúnen en un privilegiado y exclusivo escenario, para repartir los premios, que deciden entre los mismos componentes de ese cerrado circulo pero, que en vez de reunirse para celebrar algo, se utiliza para hacer reivindicaciones que no tienen nada que ver con el objetivo de la Gala.

Se ha visto de todo, el No a la Guerra, el baile de la Ceja, los ataques indiscriminados a los Gobiernos de turno, cada año un dislate más chabacano y hortera. Y este año, qué tocaba. El consabido, manoseado y obligado discurso de la discriminación femenina, la desigualdad femenina, el impuesto (género masculino) del IVA.

Es curioso que todas las asistentes a ese evento, lucían trajes inasequibles para la mujer española, muchos de ellos con una gran ausencia de tela y dejando ver, a los espectadores del papel cuché y los programas del cotilleo, amplias partes desnudas de las actrices que, ¡pobrecitas! fueron obligadas por el heteropatriarcado a acudir a este vergonzoso acto machista vestidas de esa guisa.

Nadie tenía ninguna duda de que los premios más suculentos iban a parar a nombres femeninos como el de Mejor Director y Mejor Director Novel. Menos mal que los premios al Mejor Actor y Actor Revelación, no pudieron evitar tener que entregárselos a dos hombres. Aprovecho para felicitar a Javier Gutiérrez que se llevó el premio al Mejor actor, considero que es un pedazo de actor.

Pero no acaba aquí lo políticamente correcto y lo que se puede ver en la, cada día más estrecha ventana de Overton (les recomiendo busquen la Ventana de Overton en Google o en un artículo mío del pasado mes de diciembre) había que dedicar su espacio a la pluralidad y nación de naciones, donde la Película Más Galardonada ha sido una producción rodada y emitida en vascuence. Quiero entender que este avispado elenco de adictos a la subvención tienen un amplio dominio de ese idioma.

Los discursos e intervenciones de la inmensa mayoría de los participantes, así como la nefasta patochada llevada a cabo por los aspirantes a presentadores, siguió los mismos cánones que son políticamente correctos. Sobre todo, lo más gracioso es la fijación patológica que tienen con que se haga casi invisible el IVA en las entradas de cine, ya que, según ellos, visionar en cine sus películas es un artículo de primera necesidad.

Es curioso, uno de los sectores más subvencionados con dinero público, es el cine, por ejemplo desde 13-6-2014 hasta 26-12-2017, las ayudas otorgadas por el Gobierno al Cine español, han ascendido a 226.817.012 euros. Ahora entiendo el vestuario que se gastan. Y encima, pretenden que el Impuesto para adquirir una entrada se quede en una cantidad irrisoria.

Por ejemplo, el señor Trueba, que mira mal a todos los españoles y que dice no haberse sentido nunca español y que hubiera deseado que Napoleón se hubiera asentado en nuestro país, se embolsó, sólo en el año 2015 la cantidad de 1.815.514 euros en subvenciones dadas por aquellos a los que nos mira mal.

La última moda es que la inmensa mayoría de las actrices españolas (siguiendo la moda imperante) denuncian haber sufrido acoso sexual e insinuaciones varias, pero eso sí, sin denunciar a nadie, cómo en su día tampoco hicieron. O sea que la memoria les ha venido de repente.

Claro no se dan cuenta que diciendo eso, ponen a todas sus compañeras de profesión a los pies de los caballos. ¿Están diciendo que todas las actrices de nuestro país han triunfado por acceder a las pretensiones de los machistas hispanos? Flaco favor les hacen. Hay que pensar antes de hablar.

Y también la emprendieron con la manida brecha salarial entre la mujer y el malvado hombre. Pues sí, les voy a dar un dato, en la retransmisión de las campanadas del pasado 31 de diciembre. Telecinco contrato a Cristina Pedroche y Alberto Chicote. Bueno pues el machista cobró 30000€ y la víctima del machismo recalcitrante se embolsó 60.000 euros. Aquí sí se puede decir que la mujer cobró el doble que el hombre y, en esta ocasión, por hacer un mismo trabajo.

Menos mal que personas destacadas del cine como Catherine Deneuve o Brigitte Bardot, y Arturo Valls en España, han criticado ampliamente esta deriva insana que está imperando en Europa y el mundo occidental

Las personas que manejan, torpemente este mantra ideológico, no dudan en perjudicar, de forma clara y manifiesta. Como ejemplo palpable, el movimiento hembrista, ha conseguido que las mujeres azafatas de los Premios de Automovilismo, así como en el tenis hayan sido eliminadas y cambiadas por niños.

Es de suponer que los niños también tendrán emolumentos por trabajar en esos eventos, o ¿a lo mejor no? Y si lo hacen gratis ¿no será un beneficio para los magnates que organizan esos actos? Si es así, la cuenta de resultados de estos últimos será engordada fácilmente. ¿Están las organizaciones feministas al lado de esos próceres del mundo del motor y el tenis? Las hembristas quieren eliminar, a las que dicen defender, de cualquier evento donde pudieran trabajar, o sea que las quieren en el paro, ya que ellas no les facilitarán ni les buscarán ningún empleo alternativo.

Luego alguien pensará que el cambio por niños es una ignominia y una forma de esclavitud infantil. Nuevo giro de tuerca. O a lo mejor la gente ya no va dónde va Vicente y nuestros dirigentes empiezan a usar la cabeza para algo más que no sea pensar en cómo sacar votos para no dejar de vivir a costa del dinero público.

Las subvenciones del cine inviértanlas en las pensiones o en atender, de verdad y en serio a los españoles que requieren ayudas de verdad.

Y, como siempre, y más en los tiempos que corren mi despedida es…….

¡Viva España!