Ana Bella Estévez es para todos el rostro de una mujer maltratada que dio la cara para cambiar la visión social de la violencia de género. Su reivindicación de la "visibilidad" de esas supervivientes la ha hecho merecedora de múltiples reconocimientos, entre ellos el premio Isonomía de Castellón.
Hablar con ella es una inyección de vida. Luchadora, solidaria, valiente y sobre todo, positiva. Ana Bella Estévez ha recogido este jueves el VIII Premio Isonomía contra la violencia de género. Un galardón que reconoce su trabajo al cambiar la visión social de las mujeres maltratadas y luchar por difundir los testimonios positivos.
"Una mujer maltratada no es una víctima, es una mujer, fuerte, luchadora, capaz de reponerse a las frustraciones y seguir adelante. Es un referente y un agente social que puede cambiar los estereotipos de género", afirma con fuerza.
Quizás por eso, porque para cambiar los estereotipos primero también hay que aprender, Ana Bella remarca la importancia clave de la educación en igualdad, el tema sobre el que ha versado el seminario estatal celebrado en Castellón. "Las madres también hemos de aprender a reeducar a nuestros hijos e hijas. Yo tampoco sabía, por ejemplo lo que significaba regalarle una muñeca a una niña y un balón a un niño, no sabía que les estaba inculcando que se repitieran unos patrones que fomentan esa desigualdad y educar en igualdad puede cambiar el mundo".
Las historias de superación
Ahora con charlas por todo el país y el proyecto de la fundación Ana Bella Escuelas de empoderamiento "en las que ayudamos a las mujeres a superarse y en las que un 40% ya ha encontrado trabajo o incluso ha montado su propia empresa", atrás queda esa huída nocturna con sus cuatro hijos para escapar de su maltratador hace ya más de 13 años y el camino que inició al darse a conocer públicamente y convertirse en un ejemplo. Recuerda a Castellón Información que fue su hijo de 11 años el que la animó a contar su experiencia en el instituto y todo lo que estaba haciendo ayudando a otras mujeres.
Hoy sigue su cruzada con más fuerza si cabe. "Una de cada 10 mujeres en nuestro país sufre malos tratos pero el problema se ha de abordar siempre en positivo", insiste en remarcar. "Nuestra experiencia vital ha de hacernos fuertes y felices, por eso se nos tiene que ver. Como trabajadoras se nos considera un colectivo en riesgo de exclusión social, y se nos relega a tareas de limpieza o a puestos donde no existimos sin embargo es todo lo contrario. Somos supervivientes y eso nos hace aún más capaces", añade.
Algo cansada pero aún con la misma vitalidad, Ana Bella termina esta entrevista en la pausa de un encuentro con expertos en igualdad donde más de medio centenar de personas la han escuchado. Aún hay mucha gente que quiere acercarse a ella. Quizás para felicitarla o quizás para confesarle algo. "Cuando venía a Castellón, en el aeropuerto de Valencia me reconoció una mujer, me dijo que hace mucho tiempo la ayudamos, que ahora se ha separado y es ella quien ayuda a otras mujeres. Es feliz. Eso vale la pena".
Rosanna Blasco
