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domingo, 24 de noviembre de 2024 | Última actualización: 13:27

El caso Semedo, una oportunidad para volver a aguas tranquilas

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Rafa Mezquita

El pistolero ha vuelto. No señores y señoras, no se trata de Sonny Anderson y sus goles, sino del ‘flamante’ fichaje de este verano del Villarreal CF, Ruben Semedo. El central se enroló en junio en el Submarino procedente del Sporting de Portugal por la ‘módica’ cantidad de 14 millones de euros. El los apenas ocho meses que lleva en el conjunto de la Plana Baixa, el futbolista --si se le puede atribuir este término-- ha sido más veces noticia fuera de los terrenos de juego que por su buen hacer sobre el césped. De hecho, fue muy criticado a principio de temporada por sus constantes errores defensivos, cuando la realidad es que llegó para convertirse en un jugador de referencia en el engranaje amarillo.

El nombre de Sonny Anderson me sirve de ejemplo para recordar jugadores que llegaron al Villarreal, y que, antes de ser futbolistas eran magníficas personas. Como el también exjugador del Olympique de Lyon --rival del Villarreal en la Europa League-- podría poner decenas de ejemplos. Tuvieron mayor o menor suerte sobre el campo, pero se ganaron el cariño de la grada por su buen carácter. Desde los más recientes Fornals y Bacca, pasando por Bakambu, Martín Palermo, Robert Pires, Josico, Cani, Capdevila, Rossi, Fabricio Fuentes o Pascal Cygan, e incluso el mismo Calleja, son algunos de los que marcaron un antes y un después en el corazón de la hinchada amarilla.

El caso más especial es el de Marcos Senna. Ahora una de las personas más importantes en el organigrama institucional del club y para muchos --junto a Juan Román Riquelme-- el mejor futbolista de la historia del Villarreal.

Lejos quedan aquellos tiempos en los que emisarios del Submarino viajaban a Sudamérica para reunirse con los familiares y abordar los requisitos del fichaje mientras pasaban las 24 horas del día con el futbolista para conocerlo mejor.

Tras los sucesos en los que se ha visto involucrado Semedo, me pregunto, ¿qué le ha pasado al Villarreal?, ¿qué hizo pensar a sus ojeadores que el de Amadora era un jugador en el que confiar y que no era el ‘nuevo Miguel Brito'?

La decisión de abrirle expediente es ahora la más acertada. No volverá a jugar de amarillo y nos alegramos.

Lo malo: El nombre del club queda manchando y el dineral que costó acabará en el limbo, o mejor dicho, en el bolsillo de los portugueses.