Los socialistas pedían la rescisión el contrato con la empresa y el PP prefiere iniciar una vía de negociación
La mayoría absoluta del PP ha servido para tumbar una moción del PSOE, que pedía la disolución del contrato del concesión a la empresa que gestiona el termalismo de Benasal, y para su sustitución por otra moción, que acuerda comunicar a la empresa sus incumplimientos y la amenaza de que se puedan adoptar medidas por parte de los servicios jurídicos. De esta forma, y como Sales ha reconocido en el pleno diputación pretende no abrir otro frente como el de la piscina y buscar una solución pactada al conflicto.
Esperanza Molina/ Castellón Información
Pleno ordinario de la Diputación de Castellón que pasó sin pena ni gloria pese a que ciertos puntos podrían haber tenido más historia.
Entre lo anecdótico, los debates, iniciados una y otra vez por el portavoz de Compromís, Xavier Trenco, en los puntos de dación de cuentas. El presidente de Diputación, Xavier Moliner, que no le negó la palabra, en ninguna ocasión, le instó varias veces a que debatiera en los puntos que se prestaban a ello. No llegaron a un acuerdo. Por su parte, el portavoz del PSOE Toni Lorenzo llegó a indicar a Moliner que hiciera valer su autoridad para evitar este tipo de situaciones o excesos de oratoria que no aportan nada a los plenos.
Entre los puntos tratados cabe indicar el relativo al Centro de Termalismo de Benasal.
Sobre el particular, el Grupo Socialista había presentado una moción en la que solicitaban la resolución del contrato con la empresa explotadora por incumplimientos de contrato.
Según la explicación de motivos presentada por el diputado socialista Santiago Pérez, la misma contratación de esta empresa por parte de Diputación, habría sido considerada nula de pleno derecho por parte de la Sindicatura de Cuentas. Esto habría sucedido, indicó Pérez, en un Gobierno anterior al de Moliner.
Pero lo que si afectaría a la Diputación actual, comentó, son las irregularidades y constantes incumplimientos de la empresa que gestiona el centro, denunciados tanto por el Ayuntamiento de la localidad como por los empresarios del sector turísticos.
Estos incumplimientos, según Pérez, estarían relacionados con el periodo de apertura, que en la actualidd apenas se reduce a tres meses, y con los horarios de prestación de servicios, todo eso desde el año 2013.
Pérez llegó a afirmar, que la empresa, titular de otros centros termales, desvía las ofertas dirigidas a Benasal a otros locales de su gestión.
Por todo ello, el grupo Socialista proponía:
La resolución del contrato con la empresa de gestión actual, la realización de una nueva licitación del centro, que el informe encargado a la UJI integre también la documentación de la Sindicatura de Cuentas y las denuncias del Gremio hotelero de Benasal.
Frente a la moción socialista, el grupo Popular presentó una Enmienda de sustitución.
Así las cosas, y como figura en el reglamento de Diputación, el procedimiento pasaba por votar primero la enmienda de sustitución para, en caso de ser rechazada, poder debatir y aprobar si procedía la moción original.
La mayoría absoluta del PP sacó adelante su propuesta sustitutoria y dejó la moción socialista en el tintero.
Frente a todo lo indicado anteriormente, el texto aprobado indicaba: “dada la preocupación detectada con respecto al servicio que presta el Balneario de Benasal, la Diputación acuerda: Reiteras a la empresa la presentación de las alegaciones respecto a la queja formulada y, de acuerdo con esas alegaciones, emitir una resolución por parte de los servicios jurídicos de la Diputación de Castellón”.
Y se zanjó de esta manera. Eso si, el diputado socialista pidió poder informar y debatir sobre los motivos que los habían llevado a presentar la moción y el resto de los grupos también tuvieron ocasión de intervenir en una explicación de voto sin medida de tiempo.
Y lo que subyace a lo que ocurrió no fue ni una broma ni una pasada de tono, sino más bien, el intento de llegar a acuerdos para evitar que se repitan sucesos como el de la Piscina Provincial que mantuvo a la Diputación en jaque hasta finales del año pasado.
Así lo entendieron también los otros miembros de la Diputación que, pese a no votar o abstenerse ante la enmienda sustitutoria de la Diputación, no presentaron más batalla.
Durante la sesión se abordó también por mayoría la propuesta del bilingüismo presentada por Ciudadanos y defendida por Cristina Fernández, que aceptó una enmienda del PP.
Salió a colación la campaña de bienvenido a casa, puesto en marcha por la Generalitat Valenciana, tema que el PP calificó de positivo y aceptable, al tiempo que rechazaba la famosa carta que insta al cambio y valencianización de los apellidos. La enmienda del PP tuvo como consecuencia que no se modificara el logotipo oficial de la Diputación Provincial, en valenciano, para hacerlo bilingüe. Quitando esto salió adelante la propuesta que, en el fondo, tiene su mayor eco en el conflicto del topónimo de Castellón, aunque esto no saliera a colación en el debate provincial.
Se rechazó por mayoría una propuesta de Compromís sobre Castelló Ruta del Sabor, y una moción de Castelló en Moviment y Ciudadanos para invertir en transporte público con cero emisiones; realizada sobre un texto más que confuso que volvía a sacar a colación el Tram de Castellón. Y finalmente se rechazó también la moción presentada por el Grupo socialista para atender todas las Unidades Respira solicitadas en el 2018.
Sobre este particular y, según explicó la diputada popular, Elena Vicente, lo mejor es que todos los partidos están de acuerdo en la base del tema y en la eficacia de estas unidades. El PP se comprometió a volver a sacar la propuesta para nuevas Unidades Respira cuando la entidad pueda disponer de los remanentes presupuestarios del año 2017.
