"El año pasado, en el que algunos comercios lo aplicaron, funcionó", explica Pilar Vicente, dependienta de Castellón. Desde el sector, con todo, se mira con recelo estas medidas, "ya que pueden determinar que los clientes las dejen de ver como algo extraordinario".
La Navidad ha sido el periodo por excelencia del consumismo. Sin embargo, y a causa de la crisis económica, muchos comercios en la ciudad no han podido hacer negocio como en años anteriores. Por este motivo, desde el año pasado, es cada vez más común ver rebajas anticipadas que tratan de incitar al consumidor.
Según explica Pilar Vicente, dependienta de un comercio textil en el centro de Castellón, estos descuentos, a los que oficialmente no se les puede denominar ‘rebajas’, se ofrecen a partir de finales de año. "Hasta hace pocos años las rebajas comenzaban después de Reyes, sin embargo ahora, y pasada la Nochevieja, comienzan a hacerse descuentos para animar a la gente a comprar para el 5 de enero".
Según la dependienta, es a partir de fin de año cuando los comerciantes conocen las cifras de venta de las primeras semanas de vacaciones, “como no suelen ser muy buenas se opta por las ofertas especiales”, explica. De forma que son los más retardados los que disfrutan de los mejores precios, “aunque esto puede implicar algunos riesgos”, puntualiza la trabajadora. “Si se quiere comprar un regalo en concreto, como en cualquier época de rebajas, es posible que se agote para cuando se quiera comprar”, explica, por lo que anima a realizar las compras “lo antes posible”.
Además, según dice Claudia Roffi, también dependienta de una cadena de bisutería en el centro, "los clientes no saben qué tiendas va a aplicar el descuento, qué días o sobre qué productos", ya que estas ofertas se realizan al margen de las rebajas estipuladas.
Por delante todavía queda el ‘sprint’ final de compras con los Reyes. El día 5 se verá si los comerciantes finalmente han ganado el pulso a la crisis.
Lidia Vicente