Para la rehidratación oral se debe utilizar soluciones específicas que repongan el agua y los electrolitos que se pierden con los vómitos y/o la diarrea
Castellón Información
Llega el verano, el calor y con la época estival aumentan los casos de gastroenteritis infantil principalmente por intoxicación alimentaria. Muchos padres dudan en cuando llevar a su hijo al servicio de urgencias en el caso de una gastroenteritis, una de las infecciones más frecuentes en niños, que afecta al estómago y al intestino y que suele ir acompañada de fiebre, vómitos, diarrea o dolor de barriga.
Según el doctor Javier Miranda, responsable del Área Pediátrica de los hospitales Vithas Nisa Virgen del Consuelo y 9 de octubre y del Hospital Vithas Nisa Rey Don Jaime "estaría indicado acudir a Urgencias en el caso de una gastroenteritis cuando hay signos de deshidratación, o cuando hay signos de que la causa pueda ser bacteriana, como fiebre, alteración del estado general o presencia de sangre y/o moco en las deposiciones".
En casos de niños de corta edad, una pérdida abundante de líquidos por los vómitos o la diarrea, aunque no haya signos de deshidratación, "también podría ser motivo de acudir a Urgencias, de forma preventiva, ante el riesgo de que apareciese", afirma el doctor Miranda.
Pero, ¿Cómo notamos los padres síntomas de deshidratación en los niños en verano?, ¿cómo debemos actuar?
Tal como explica el doctor Miranda, "los signos de deshidratación varían ligeramente en función de la edad del niño. En neonatos y lactantes pequeños, una irritabilidad con depresión de la fontanela, junto con ojos hundidos y mucosas secas indican una deshidratación. El organismo ahorra en la eliminación de líquidos, con lo que aparece un llanto sin lágrimas y disminuye el volumen urinario" y añade "en los niños más mayores, además, se puede producir una sensación de sed que el paciente es capaz de expresar verbalmente". En ambos casos se produce una pérdida de peso que es proporcional al grado de deshidratación.
¿Qué tipos de gastroenteritis existen?
La mayoría son causadas por virus, pero algunas lo son por bacterias. Una tercera posibilidad es que esté causada por una alergia o intolerancia alimentaria. Esta distinción es la que marca las diferentes opciones de tratamiento. "En las gastroenteritis bacterianas (Salmonella, Campylobacter) complicadas, -afirma el Dr. Miranda-, puede ser necesario el uso de antibióticos. De lo contrario, la gastroenteritis no suele requerir tratamiento medicamentoso". "Sospechamos que puede tratarse de una infección bacteriana cuando la fiebre es muy alta, aparece sangre o moco en la caca o la gastroenteritis no mejora tras 3 días de tratamiento adecuado".
Para confirmar que es bacteriana, se debe averiguar cuál es el causante y a qué antibiótico es sensible. Para ello debe hacerse un coprocultivo (examinar una muestra de heces de la que se hace un cultivo en el que crecen los gérmenes que causan la infección y se comprueba su resistencia a diferentes antibióticos). "El problema del coprocultivo, -puntualiza el doctor Javier Miranda-, es que puede tardar bastantes días en dar resultados, por lo que ante la sospecha de que sea bacteriana, cuanto antes lo pidamos mejor.
Cuando la causa es una infección viral el tratamiento consiste en aliviar los síntomas hasta que los niños se recuperan de la infección evitando la complicación más frecuente: La deshidratación.
Hidratación para el tratamiento
El pilar fundamental de tratamiento es evitar o corregir la deshidratación. Lo ideal, cuando la deshidratación es leve o moderada, es la rehidratación oral, para lo que se debe utilizar soluciones de rehidratación oral específicas que reponen el agua y los electrolitos que se pierden con los vómitos y/o la diarrea. El doctor Javier Miranda insiste en que "no se debe utilizar remedios caseros, infusiones, limonadas, zumos, bebidas deportivas ni refrescos, cuya composición es muy diferente, y pueden llevarnos a complicaciones. En caso de deshidrataciones severas, o de no tolerancia por vía oral, puede ser necesaria la rehidratación intravenosa, que se realiza siempre en medio hospitalario".
Además, según las indicaciones médicas del especialista pueden usarse algunos probióticos, bacterias beneficiosas para el organismo que han demostrado su eficacia fundamentalmente disminuyendo el tiempo de recuperación de la diarrea, y sobre los que existe actualmente una recomendación acerca de su empleo. "El otro pilar, no medicamentoso, es una adecuada dieta astringente en función de la severidad de la diarrea", concluye Miranda.