Juan Giner. Militar en la Reserva e Investigador Histórico.
Cuando la ética de la responsabilidad; cuando la ética de la convicción; cuando la ética de la moral; cuando la ética del tiempo que nos ha tocado vivir marca el paso de derecha o izquierda en función de la ‘cofradía’ política de turno; cuando la ‘nueva clase’ política hace de la vanidad virtud pretendiendo encaramarse por encima de la ley y de la justicia se socavan los cimientos de la democracia y por ende de este tambaleante estado que día a día asiste a la deplorable sensación de falta de confianza en la justicia de los gobernados.
Corrupción, prebendas, privilegios políticos y toda clase de sortilegios acuñados bajo el eufemismo de institucionales en toda la geografía española, causan a vistas del ciudadano de a pie una visión de ‘cosa nuestra’ de esa ‘nueva clase’ que bien parece haber renunciado a la seriedad, al rigor, al compromiso y en no pocos casos a la ética y la moral encumbrados a un Olimpo reservado solo para ellos.
Asistimos a clamorosas y aberrantes justificaciones de enriquecimientos no dilucidados de esta ‘nueva clase’ política en todas las regiones españolas y digo regiones por no descender a autonomías que haría interminable mi artículo. Justificaciones hilarantes que bien se ajustan dentro de la ‘cofradía’ política a aquel verso de Luis de Góngora que decía:
Oveja perdida ven
sobre mis hombros, que hoy
no sólo tu pastor soy
sino tu pasto también.
