Susana Ros. Diputada socialista por Castellón en el Congreso.
Si bien es cierto que el mes de enero no es hábil a nivel legislativo para el funcionamiento de las instituciones como el Congreso de los Diputados y Corts Valencianes, la época que vivimos merece cambios para ampliar muchos más los esfuerzos y medidas a ofrecer a los ciudadanos para buscar soluciones. La inoperatividad demuestra pasividad, y eso es lo que está haciendo el PP.
Más que nunca, no ahora, siempre, la política es la calle. Pisar, recorrer el territorio, conocer in situ los problemas y las virtudes de nuestra economía, de las necesidades de nuestros vecin@s: escuchar y hacer. Hablar, hablar y con humildad proponer realidades y no crear falsas expectativas.
Pues bien, durante este mes de Enero, los socialistas valencianos recorremos toda nuestra Comunidad para reforzar y mejorar el hacer diario en nuestras responsabilidades políticas. No es la primera ni la última. Por más que muchas veces se nos pueda observar desde una perspectiva alejada no es cierto.
Más de 40 cargos institucionales del PSPV-PSOE recorreremos las diferentes comarcas de las tres provincias. Mantendremos encuentros con diversas asociaciones, entidades empresariales y ciudadanos.
Esta semana toda mi provincia, Castellón. El paro pega fuerte, el modelo urbanístico sobreexplotado ha puesta en evidencia que las cosas no se han hecho correctamente, que la avaricia rápida no lleva a buen camino. Reuniones con los trabajadores y sindicatos del sector cerámico, pescadores, dependencia, educación, sanidad, incendios, regeneración de costas, turismo, incineradora, residuos, jubilados, impagos de la Generalitat, infraestructuras pendientes para ser competitivos….pero como primera prioridad: empleo y las personas.
Dicho esto, no puedo eludir los escándalos de corrupción política que estos días llenan los medios de comunicación. Soy consciente que la política no atraviesa su mejor momento. Pero no me resigno. Y por eso, porque siempre he creído que la política no es el problema, sino la solución a los problemas, hablo alto y claro. No todos somos iguales. Ya sé que esta frase queda muy bien, pero los hechos de algunos no pueden evidenciar el trabajo de muchos. No me escondo de nada, escucho críticas aunque sean injustas y crueles pero también cargadas de la ansiedad para buscar que se solucionen las cosas por el bien del país. Quien la haga que la pague, pero depurando también responsabilidades políticas. Es momento de cambios. Afrontar nuevos retos. Estas cosas no pueden ni deben pasar. Doy, damos la cara y salimos a la calle.
