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viernes, 22 de noviembre de 2024 | Última actualización: 22:28

Obsesiones

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Antonia García Valls. Portavoz del PSPV en el Ayuntamiento de la Vall d'Uixó.

Hace algún tiempo, alrededor de una mesa, la ahora Consellera Bonig y entonces alcaldesa de la Vall dijo que “no podía entender cómo en la Vall no había un colegio privado”. No podía imaginar yo, que ésta era una de sus obsesiones, el “colegio privado”. Precisamente ella, cuya formación se la debe  a la enseñanza pública, desde la primaria hasta la universitaria.

Quizás, con esa prepotencia y el pensamiento liberal-conservador que la caracteriza, ella cree que igual habría llegado hasta donde está, “porque ella es la mejor”. Bueno, pienso que no hay nada más miserable que despreciar lo que te ha servido para mejorar, para progresar, para crecer. Así lo entiendo.

Por eso mis convicciones y mi manera de entender la vida son tan diferentes a la suya. Pero, como he dicho al principio, no podía imaginar que una de sus obsesiones personales la llevaría al ámbito político. Y es que en eso, también diferimos. Si no se es capaz de separar el ámbito personal y privado del político, mal anda nuestra democracia y mal andamos nosotr@s mism@s.

Sin que el Ayuntamiento de la Vall sepa nada, o eso es lo que decían, aparece en prensa que Vall d’Uixó es uno de los municipios donde la Consellería de Educación piensa hacer un colegio privado en suelo público; centro de iniciativa social, los llama el PP. Sin que haya constancia de ninguna necesidad de ese tipo en nuestro municipio.

Pero parece que la cercanía de Bonig con la Consellera Catalá les da para alguna que otra confidencia. Y no parece descabellado pensar que esa obsesión personal de Bonig sea el inicio “supuestamente” de todo este episodio. Así, dejaremos lo público como está, los alumn@s del Honori García en barracones, sin ampliar el Rosario Pérez, sin el centro de EPA, sin las aulas de infantil en el Recaredo Centelles… y “los nuestros”, deben pensar ambas dos conselleras, estudiaran en un colegio privado al que habremos regalado, todos los valleros y valleras, el suelo público.

Y no quiero que se interprete que estoy en contra de la iniciativa privada. Lo que no me parece “decente” es que se obvie la enseñanza pública para potenciar la privada, desde la administración “pública”. Parece un juego de palabras, pero no lo es. En absoluto. Y menos un “juego”.

Es la apuesta ideológica de la derecha. Es poner en marcha, regalando recursos públicos, la obsesión personal de una política que, por su trayectoria, hasta el momento, de lo que menos tiene es de “servidora pública”, porque sus intereses particulares, tanto políticos como personales, siempre los ha situado por encima del interés general y de las necesidades públicas.

Y, como dije en una ocasión en el pleno municipal de la Vall d’Uixó, sí que me siento orgullosa de que en mi municipio, todos los colegios e institutos son públicos; y orgullosa de todos mis maestros y maestras y profesores y profesoras de estos centros públicos que han conseguido que valore todo lo que me han enseñado. Todo. Y ese bagaje y ese orgullo no lo borrarán nunca los atentados ideológicos conservadores en contra de la enseñanza pública y de sus profesionales.