La temperatura media ha sido de 23.6º C y los días más cálidos, entre el 23 de julio y el 10 de agosto
Castellón Información
El verano climático de 2018, en concreto el trimestre de junio, julio y agosto, ha resultado muy cálido y muy húmedo en la Comunidad Valenciana. Las precipitaciones del trimestre veraniego suelen ir asociadas a tormentas y este trimestre estival ha sido especialmente tormentoso. El mapa de número de días de tormenta del verano de 2018 muestra zonas del interior de Castellón en las que se han superado los 25 días de tormenta, y en amplias zonas del litoral y prelitoral de Valencia y Castellón se han superado los 12 días de tormenta.
La temperatura media ha sido 23.6ºC que es 0.6ºC más alta que la del promedio normal (23.0ºC), es el octavo verano más cálido de la serie, y la precipitación media es un 72% más alta que el valor climatológico de referencia, según ha informado la Agencia Estatal de Meteorología en la Comunidad Valenciana.
Los días más cálidos del verano se registraron en plena canícula, entre el 23 de julio y el 10 de agosto, resultando posteriormente un final de agosto relativamente suave y sin que se haya registrado en esta ocasión (como sí ocurrió en años anteriores), un gran pico cálido o incluso una ola de calor en junio o septiembre.
En valores absolutos, las precipitaciones del trimestre han sido inferiores a 25 l/m2 en el sur de Alicante: Santa Pola, 17.4 l/m2; Rojales, 18.3 l/m2; Aeropuerto de Alicante-Elche, 24.9 l/m2, sin embargo, ya fuera del trimestre veraniego, en la primera quincena de septiembre en estos observatorios las tormentas han dejado abundantes precipitaciones. En Rojales, donde en todo el trimestre se habían acumulado 17.4 l/m2, en septiembre ya se han registrado 114.6 l/m2, aunque con una gran diferencia entre lo que se ha acumulado en este mes algo más al norte (37.7 l/m2 en el aeropuerto de Alicante-Elche) y algo más al sur (48.1 l/m2 en Torrevieja).
El máximo acumulado entre junio y agosto se ha observado en el interior de Castellón. En El Toro se han acumulado en el trimestre 231.2 l/m2, 212.9 l/m2 en Vilafranca y 191.2 l/m2 en Morella. Otras localidades de la provincia de Valencia destacan mucho respecto a su entorno próximo debido a tormentas de intensidad muy fuerte o torrencial que descargaron en la zona pero que no afectaron a localidades vecinas. Es el caso de Alginet, donde en el trimestre se han acumulado 188.2 l/m2, de los cuales 155.3 l/m2 en una tormenta de unas pocas horas de duración en la madrugada del 3 de junio.
Ya en septiembre, fuera del trimestre veraniego, se han acumulado 156.1 l/m2 en Picanya, 155.2 l/m2 en Silla y 134.6 l/m2 en el observatorio de València. En la provincia de Castellón, el acumulado de septiembre hasta el día 20 supera los 100 l/m2 en observatorios como les Alqueries (115.5 l/m2) o Torreblanca (111.0 l/m2), y en la provincia de Alicante, los 114.6 l/m2 citados anteriormente que se han registrado en Rojales.
Año hidrológico
A falta de 10 días para finalizar el actual año hidrológico, que transcurre entre el 1 de octubre de 2017 y el 30 de septiembre de 2018, éste está teniendo un carácter pluviométrico seco en la Comunidad Valenciana. La precipitación media en la superficie del territorio entre el 1 de octubre de 2017 y el 20 de septiembre de 2018 ha sido de 386.3 l/m2, que es un 24% inferior a lo que se considera normal en estos doce meses (507.8 l/m2).
La causa fundamental del déficit pluviométrico del actual año hidrológico reside en que el pasado otoño 2017 fue extremadamente seco, el más seco de la serie, y ese déficit pluviométrico se ha ido arrastrando durante todo el año, a pesar de que el comportamiento pluviométrico del invierno y de la primavera fue normal, y el verano ha sido muy húmedo.
Todo el litoral y prelitoral presenta déficit pluviométrico en el actual año hidrológico, déficit que resulta más acusado en el norte de Alicante donde el acumulado no alcanza ni a la mitad de lo que suele ser normal en 12 meses. En el otro extremo, hay superávit pluviométrico en comarcas de interior, sobre todo del interior de Valencia, debido a las abundantes de lluvias del final del invierno y de la primavera.