Marisol Linares. Exdiputada del PP.
La ocupación de la Moncloa por el señor Sánchez sin haber pasado por las urnas y con un apoyo parlamentario fraccionado en manos de unas minorías con objetivos dispares, está llevando a este gobierno a la deriva. El ejecutivo socialista que basó su moción de censura en que España necesitaba un gobierno ejemplar y las instituciones ser regeneradas, ha caído en poco más de 100 días en una debacle que bate records.
Dando un golpe de efecto mediático se rodeó de un Gobierno basado en el marketing puro y duro, pero no tuvo en cuenta el factor humano y así se han ido sucediendo distintos escándalos, con la dimisión, por el momento, de dos ministros. La ejemplaridad que fue la excusa y el estandarte para la operación Moncloa se le está poniendo, una vez más, en contra. Se le llenó la boca de ejemplaridad, sin el más mínimo pudor sabiendo que el PSOE es el partido con más casos de corrupción en la historia democrática.
Ahora mismo las hemerotecas son el principal enemigo de Sánchez que tenía un discurso cuando estaba en la oposición y otro cuando gobierna, lo que evidencia que quiere mantenerse a toda costa en la Moncloa, ya que su ego personal está por encima de los intereses de los españoles y de la siglas de su propio partido.
La ciudadanía pide elecciones pero el Señor Sánchez hace oídos sordos y el peligro que corre España es que la silla de la Moncloa está en subasta entre nacionalistas y separatista que está sacando provecho de la debilidad de un presidente que “venía” a ejemplarizar la vida pública.
Por suerte la democracia en España está consolidada y los actuales gobernantes no van a hacer que se tambalee. Las elecciones serían la solución para que los españoles pudieran expresar su voluntad legítima y así evitar el deterioro democrático al que actualmente estamos asistiendo.