Guillermo Miró. Ingeniero Industrial.
A pesar del frío reinante durante estos días seguiremos pedaleando a la intemperie con nuestra serie, como los corredores de las carreras populares de nuestra provincia, que hora están en plena temporada. En este especial histórico de la bicicleta, nos quedamos en un modelo de la draisiana con pedales traseros desarrollada por Macmillan en Escocia a mediados del siglo XIX. Como podemos ver, se está comenzando a crear un conjunto de características que definirán la bicicleta moderna.
Corría el año 1861 cuando Ernest Michaux decidió dotar de unos pedales a la rueda delantera de una vieja draisiana, al contrario que Macmillan. El cuadro y las ruedas se fabricaban en madera, los neumáticos de hierro y los pedales estaban colocados en el cubo de la rueda delantera o del conductor, que era un poco más alta que la rueda de atrás. Aunque pudiera tener ciertas ventajas frente al modelo de Macmillan, el problema que representaba este sistema era el de la estabilidad, ya que sólo se conseguía permanecer estable cuando se alcanzaba cierta velocidad, porque la rueda delantera era ligeramente superior a la rueda trasera, y además tenía el inconveniente de la dificultad para realizar los giros. Este diseño se hizo muy popular en Francia a finales de la década de 1860, con algunas mejoras que se fueron incluyendo, como los sistemas de frenado que dependían un poco del fabricante. Además, se mejoraron las ruedas y se introdujeron los neumáticos de goma sólida. Sin embargo, y a pesar de todas las mejoras introducidas, el principal inconveniente de ambos sistema seguía siendo la incomodidad.
Sin embargo, se observó que la velocidad que podía alcanzarse era mayor si se aumentaba el radio de la rueda delantera al estar situada en esta los pedales, lo que llevó a la siguiente invención, la de rueda alta, cuya imagen es todo un icono de la historia de la bicicleta. Se trataba de una bicicleta con una rueda delantera con un radio muy grande, de unos 1,5 metros y una trasera diminuta en comparación (tres veces inferior), y los pedales iban en esta rueda gigante. El aumento de la velocidad fue en detrimento de la seguridad, del equilibrio y del peso ,llegando algunos modelos a pesar 40 Kg, así que los accidentes no tardaron en llegar, sobre todo con fracturas de muñecas al intentar evitar la caída contra el suelo. En la época sólo se consideraban aptas para jóvenes aventureros. Mientras se daba la primera vuelta al mundo en bicicleta, apareció la primera fiebre por la bici y se crearon las primeras competiciones.
Las modificaciones y mejoras en los años siguientes incluyeron el cojinete de bolas y el uso de tubos de acero soldados y los asientos de muelles, llevaron a la bicicleta a la cumbre de su desarrollo. Sin embargo, la vibración excesiva y la inestabilidad de la bicicleta de rueda alta obligaron a los inventores a esforzarse por reducir la altura de la bicicleta. Aquí es donde se decidirá el aspecto de la bicicleta que perdura hasta nuestros días, como veremos en la próxima entrega. Como siempre, los comentarios están abiertos para cualquier sugerencia, opinión, etc. Hasta la semana que viene.