Doménec Nàcher. Secretario técnico de Asaja Castellón.
¡Vaya por Dios! Vamos a ver si es verdad aquello del cambio climático. Por fin han llegado las lluvias, las nieves y se han traído de la mano a su amiguito el intenso frío que ha refrescado nuestras comarcas tanto litorales como interiores, para alegría de los más pequeños quienes no han dudado en aprovechar las nieves para hacer de ella un esparcimiento divertidísimo ante las inesperadas vacaciones escolares.
Y eso que parecía que la primavera estaba a la vuelta de la esquina. Hay quien pronosticaba que el invierno iba a pasar de puntillas y que la Magdalena iba a ser casi paradisíaca. Hasta los almendros estaban en flor. Pero el invierno nos ha querido gastar una broma que nos puede costar muy cara para el sector de frutos secos. Durante la mañana del pasado 27 y los sucesivos días de nieve y frío han dado al traste con las buenas expectativas, tan sólo ensombrecidas, hasta la fecha, por la falta de lluvias. Del mismo modo las bajas temperaturas se han hecho notar también en las primeras brotaciones de demás cultivos leñosos, los cítricos de segunda temporada pueden verse afectados también de un modo sustancial y ya hay agricultores que pese a que todavía los días de mala climatología pueden prolongarse unos días, han empezado a realizar declaraciones de siniestro en sus parcelas.
No deseo parecer pesimista en este sentido, porque pese a lo descrito hasta el momento no todo son malas noticias. Las nieves y las lluvias acaecidas los dos últimos días, suponen un alivio hídrico de cara a los próximos meses estivales, y van a tener efectos muy positivos en nuestras zonas de pastos y cultivos. El sector forestal, supone otra preocupación, puesto que la sequedad ha generado grandes cantidades de biomasa con altos índices de sequedad, que resultan auténticos polvorines y que la Administración Autonómica haría muy bien de meter mano cuanto antes en él al objeto de realizar planes de limpieza de bosques con el fin de apagar los incendios ahora en invierno.
Mucho me da que la famosa marmota Phil que pronosticó el pasado 2 de febrero en Pensilvania un invierno muy corto, sólo se refería a los Estados Unidos, aquí en la Europa del Mediterráneo, parece ser que el pronóstico todavía se presume reservado. ¿El cambio climático? Bueno, digamos que el invierno tiene esas cosas y utilizando el argot taurino: de las astas al rabo, todo es toro.