José Antonio Rodríguez. Asesor Fiscal.
Me recuerdan a las esculturas y pinturas del antiguo Egipto algunas de las ministras de Pedro Sánchez , ya que tanto su hieratismo como su impasibilidad después de soltar aquello que les viene en gana sobre cualquier tema, mezclando conceptos y creando confusión y el consiguiente desvío de la atención del personal, son más que notables.
Cuando se anuncia el nombramiento de un relator o mediador “imparcial” para Cataluña, qué vergüenza, y qué éxito para los independentistas medio de tapadillo, se anuncia a bombo y platillo que los dos millones de familias que educan a sus hijos en colegios de iniciativa social y sostenidos con fondos públicos son unos defraudadores y a ver que está haciendo la AEAT que no les reclama las cantidades desgravadas ilegalmente.
En sus declaraciones han lanzado un montón de titulares que no son más que 'fake news', entre los que cabe destacar "las cuotas a los colegios no son desgravables”, o esta que no tiene desperdicio “las donaciones no son desgravables”.
Vamos a ver señoras ministras, más rigor, más profesionalidad y menos poner el ventilador en marcha. Estoy totalmente de acuerdo con Ud. las cuotas aportadas a los colegios no son fiscalmente deducibles, no lo han sido nunca. Pero su afirmación presupone que se están cometiendo dos ilegalidades no por parte de las familias, sino por los titulares de los centros educativos.
Por una parte que están cobrando cuotas a las familias por la educación que imparten, lo que está expresamente prohibido, pues la educación obligatoria en España, si se tiene concierto educativo, es gratuita, no se puede cobrar por ella.
De otra que están cometiendo los centros educativos, una falsedad en documento público, es decir , están declarando anualmente como donaciones en el modelo 182, lo que según la ministra, son cuotas.
Acusaciones muy graves vertidas desde la inconsciencia y desde el discurso amarillista, que pretende complacer a todos y no contenta a nadie. A sus socios de gobierno no les basta con este comportamiento hacia la escuela de iniciativa social, quieren que desaparezca simple y llanamente y que el modelo educativo sea el de escuela única, pública y laica, casi nada, por cierto lo mismo que pretende el Conseller Marzá y que ha repetido machaconamente durante tres años.
Se olvidan las ministras que una donación, no deja de ser un acto voluntario, por el que colaboras con un proyecto de índole social, sanitaria, educativa, de cooperación internacional…, sin contraprestación directa, y eso es lo que muchas de esas familias, en torno a doscientas mil en la Comunitat Valenciana, llevan a cabo cuando conocen los proyectos de las Fundaciones o de las mismas órdenes religiosas titulares de los Colegios.
Otro tema distinto y que no es motivo de este artículo es hablar del concierto educativo y de las prestaciones que las familias piden a los Colegios, de largo debate. Uno de los últimos informes del Consejo Escolar del Estado (más fiable que las encuestas del Sr. Tezanos) dice que una plaza escolar en un colegio de iniciativa social cuesta tres mil Euros menos que una en un colegio de titularidad pública.
Por cierto, ¿saben cuanto cuesta una línea de educación infantil de 3 años hasta sexto de primaria ociosa, es decir aquellas que se mantienen innecesariamente y que suponen aulas semivacías, aún con la bajada de ratio? Pues en torno a un millón de Euros al año, y de esas hay unas cuantas en la actualidad.
