Juan José Pérez Macián. Concejal delegado del Área de Gobierno de Hacienda, Modernización y Administración Municipal del Ayuntamiento de Castellón.
Lo que hoy motiva mi reflexión me resulta desagradable e incómodo, porque soy un demócrata convencido, de palabra y de obra. Comentar el incidente que genera mi comentario de este domingo me invita a ser breve. Quiero decir lo que exactamente quiero decir, pero quiero decirlo pronto y acabar rápido. Lo intentaré.
Si yo, demócrata convencido, militante del Partido Popular y en la actualidad con responsabilidades orgánicas e institucionales bajo las siglas del PP, dijera que a mis adversarios políticos hay que tirarlos con los votos o con la escopeta, no quiero ni pensar lo que esos adversarios -de la izquierda, por supuesto- dirían de mi. Me destrozarían política, social y personalmente. Que nadie lo dude. Sería mi final. Esas salidas de tono, un tipo de derechas o de centro, no se las puede permitir. Tendría que abandonar la política, no sin antes pedir perdón y mostrar mi más profundo arrepentimiento por haber proferido una expresión antidemocrática, fascista, golpista, desafortunadísima, impropia de un pseudodemócrata que alienta no aceptar el resultado de las urnas e imponer por el contrario su criterio mediante la violencia y las armas.
Eso, exactamente eso, “o los tiramos votando, o los tiramos con la escopeta”, así de claro y bestia, lo ha dicho Joan Sorribes, cabeza de lista en las pasadas municipales por Compromís en Alfafar.
Es sorprendente -o quizá no lo sea tanto- que, en el entorno político de Compromís, la manifestación de Sorribes no solo no ha generado escándalo ni desaprobación, sino que ha merecido comprensión e incluso justificación. Dicen que se trataba de una metáfora y que los del PP tenemos la piel demasiado fina, en palabras de Enric Morera. ¿Alguno de ustedes cree que Morera sería tan comprensivo si eso mismo lo hubiera dicho yo?; ¿verdad que no?. Pues que se metan la metáfora y la escopeta por donde más les duela si se les dispara.