Marisol Linares. Ex diputada del PP.
Según la Wikipedia una mentira es una declaración realizada por alguien que sabe, cree o sospecha que es falsa en todo o en parte, esperando que los oyentes la crean de forma que oculta la realidad de forma total o parcial.
Por lo tanto, mentir implica engaño intencionado o consciente y eso es exactamente a lo que estamos asistiendo en este país desde que el señor Sánchez ocupa la Moncloa. Mintió en el minuto uno cuando aseguró que su ocupación como presidente del Gobierno era momentánea para devolver a los españoles, según él, la dignidad a las instituciones, craso error ya que jamás un presidente de España ha degradado y ha humillado tanto a la nación como el señor Sánchez.
Las hemerotecas cuando del PSOE se trata también existen. “Jamás pactaremos con los terroristas ni con los independentistas”, Sánchez dixit, mintió. Pero las mentiras tienen las patas cortas y su complacencia con el
señor Torra al aceptar los 21 puntos y su ocultación a los españoles demuestran la falta de ética política de un presidente del gobierno que se aferra a la silla en la Moncloa cuando nos dijo que era él quien venía a regenerar las
instituciones.
Las concesiones a los proetarras ha sido quizá la más dolorosa y cruel para todos los familiares de la Guardia Civil, policía nacional y políticos de todos los partidos que han sido abatidos por ETA, y que ahora Bildu con el PNV han
reprobado a los cuerpos de seguridad que tanto han hecho por los españoles sin contar con el dolor de las víctimas.
El Gobierno de Rajoy paralizó dicha ley y la recurrió pero el señor Sánchez con su moral ejemplarizante no solo retiró el recurso, sino que junto con el PNV votó y aprobó esta semana en el parlamento vasco la ley de atención a
víctimas de abusos policiales, una ley que cuenta con el rechazo radical de todas las asociaciones de policías, guardias civiles y ertzainas. Una traición a los principios democráticos que jamás hubiera hecho un presidente, cambiar víctimas por decretos leyes.
Muchas son las mentiras que escuchamos y se podrían rebatir con la hemeroteca en la mano, pero esta última concesión deja a un PSOE que ha sufrido en sus propias filas el tiro en la nuca, a los pies de los caballos. Aun así,
creo que el problema no es del PSOE sino del señor Sánchez que con su irresponsabilidad puede llevar a España a unos derroteros jamás conocidos, solo falta analizar cada una de sus decisiones para ver cómo ha degradado al
Estado.
Por eso, las próximas elecciones se dirimen entre tener un presidente mentiroso y capaz de seguir con las concesiones a proetarras e independentistas o un presidente capaz de unir a la nación, donde la Constitución sea la hoja de ruta para mantener a España unida, siendo el empleo, la educación, la sanidad y bienestar social de quien más lo necesitan los objetivos a seguir.
El voto debe ser más que nunca meditado y responsable pues nos jugamos la unidad y el bienestar de España en los próximos cuatro años.