La vacuna tetravalente muestra su alta eficacia preventiva primaria sobre este tipo de enfermedad de transmisión sexual
Castellón Información
El preservativo se convierte en un factor decisivo a la hora de prevenir enfermedades de transmisión sexual, sobretodo en verano, ya que aumentan bastante. Una de ellas está ganando peso en las consultas médicas: las verrugas anogenitales. La virosis es bastante frecuente como enfermedad de transmisión sexual, pero eso no deja de producir preocupación entre quienes lo padecen. Esta enfermedad provoca cambios de estilo de vida sexual, provoca ansiedad, pérdida de autoestima e incertidumbre ante la posibilidad del cáncer.
Ortega no deja de recomendar el uso del preservativo y también recalca la importancia de la vacuna tetravalente, "que ayuda a proteger el cuerpo contra la infección de cuatro tipos diferentes del virus del papiloma humano y que ha demostrado una alta eficacia preventiva primaria sobre las verrugas genitales". Además, la doctora también recomienda para evitar infecciones: "Tras las relaciones sexuales ayuda lavarse los genitales con agua y jabón, es muy importante que se siga fomentando desde las campañas de concienciación entre los jóvenes".
Esta patología son lesiones papilomatosas agrupadas que afectan a todo el trato genital inferior y están producidas por el virus del papiloma humano (HPV) tipo 6 y 11. La doctora y , ginecóloga del Hospital Vithas Rey Don Jaime, Sandra Ortega explica que el lugar inicial de infección es la capa superficial del epitelio, que resulta dañada durante el acto sexual o por otras abrasiones dérmicas menores.
Además, la ginecóloga prosigue: "Una vez que el HPV entra en la célula puede ocurrir que el sistema inmune es capaz de controlar la replicación del HPV, por lo que no hay alteración celular y el paciente está infectado, pero no enfermo", y matiza: "O puede ser que sea una infección productiva donde hay replicación viral".
En el último caso narrado por la doctora Ortega, puede ser que "después de un plazo indeterminado" la respuesta inmune no pueda "controlar" la replicación del HPV, por lo que se producen cambios celulares que dan lugar a la "aparición de lesiones", sigue tratando de aclarar la ginecóloga.
Aún así, tampoco hay que alarmarse del todo, ya que la doctora acepta que cualquier persona que haya mantenido alguna relación ha estado "en riesgo real de contacto con el HPV", y por tanto, de haber adquirido la afección.
La doctora del Hospital Vithas Rey Don Jaime afirma: "En el caso de las verrugas anogenitales, la incidencia en mujeres entre 15 y 24 años ha descendido desde la introducción de la vacuna del papiloma", y ambién añade: "Normalmente el epitelio anal es más susceptible a la infección que el epitelio vulvar". La ginecóloga también manifiesta que los varones entre los 25 y 29 años y las mujeres entre los 20 y 24 años suelen adoptar la infección.
Factores de riesgo y síntomas
Además de la presencia viral, existen otros factores que favorecen la aparición de este tipo de patología vírica, como es la promiscuidad sexual, malnutrición, tabaquismo, depresión del sistema inmunológico o inicio temprano de relaciones sexuales.
Las lesiones pueden variar de pequeñas y asintomáticas a lesiones grandes que producen picor, ardor, sangrado, aumento del flujo vaginal o dolor. "Aparecen en cualquier zona corporal que haya sido expuesta durante la relación sexual, ya que se transmite a través del contacto sexual en forma directa", comenta la especialista.
Tratamiento médico y psicológico
Las lesiones pueden permanecer estables o evolucionar a lesiones cada vez más grandes. "La gran mayoría de la patología causada por el HPV se resuelve con escasa o nula trascendencia y no influye en la capacidad o posibilidad de tener hijos", comenta la especialista y añade: "las verrugas no se transmiten, pero sí el HPV que es el que produce las lesiones".
Desde el punto de vista psicológico, al tratarse de una Enfermedad de Transmisión Sexual (ETS) que genera cambios estéticos, aparecen sentimientos de culpabilidad y ansiedad.
La doctora Ortega valora que el apoyo de la pareja es clave, ya que la vida sexual a veces sufre cambios, como la disminución de la libido, del placer y la espontaneidad debido a "la preocupación por transmitir la enfermedad o el miedo a llegar a tener una lesión de envergadura", concreta la especialista.
