El proyecto tendrá que redactarse todavía por lo que las obras no comenzarán hasta mediados del 2020
Los miembros de las Agrupaciones de Tercera Edad han asistido hoy a un acto de presentación para conocer las líneas básicas de la remodelación del Centro Municipal de Cultura que se convertirá en un Centro de Envejecimiento Activo y Saludable, pionero en España. Un diseño costoso, ya que ha habido que ensamblar los cuatro edificios que lo componen. El proyecto todavía debe redactarse y luego salir a contratación, por lo que las obras comenzarán en 2020 con un prepuesto de 4.560.000 euros financiado al 50% por los Fondos Edusi.
Esperanza Molina/ Castellón Información
Once colectivos y más de 70 personas de la Tercera Edad han contribuido, con sus aportaciones, a marcar las líneas básicas de un proyecto tan ambicioso como la remodelación del Centro Municipal de Cultura de Antonio Maura, de Castellón, que se convertirá en un Centro de Envejecimiento Activo y Saludable.
Esta mañana, la gran mayoría de ellos era citada en el Menador de Castellón para conocer el resultado de sus aportaciones y las líneas básicas de ese proyecto, que pretende convertirse en un centro pionero en España, dedicado a la atención, disfrute y ocio de la Tercera Edad.
Ha presentado el acto la alcaldesa de Castellón, Amparo Marco, acompañada por la concejal Mari Ribera y el arquitecto municipal que ha redactado el trabajo.
El Centro Municipal de Cultura es uno de los espacios más emblemáticos de Castellón
Para entender la complejidad del proyecto y su ejecución cabe tener en cuenta que: El Centro Municipal de Cultura es uno de los espacios más emblemáticos de Castellón.
Ubicado en pleno centro del casco histórico, el Centro Municipal de Cultura, tal como se lo conoce ahora, está integrado por cuatro edificios diferentes que confluyen en un patio central. Recae sobre las calles: Antonio Maura, donde se encuentra el acceso principal; calle Enmedio y calle Isabel Ferrer.
Se trata de un edificio recogido en el PGOU como de ‘Interés Local’ y protección parcial, del que no se pueden alterar sus fachadas ni algunos de sus espacios interiores.
La memoria histórica de Castellón lo recuerda como el antiguo Colegio de la Consolación, que también contaba con un área de internado. Algunos de los arquitectos que contribuyeron a hacer de él lo que ha sido, fue Vicente Traver Tomás, alcalde de Castellón y arquitecto municipal.
Tras la construcción de La Consolación actual, el inmueble, reconvertido en Centro Municipal de Cultura, se adaptó a las múltiples necesidades de la ciudad. Su capilla se convirtió en salón de actos, ha sido biblioteca municipal, archivo, ha albergado los ensayos de la Banda Municipal, la sede del Ateneo, Las Aulas de la Tercera Edad, e incluso, la sede de la Junta de Fiestas.
Pero con el paso de los años el edificio de fue deteriorando y muchos de sus antiguos inquilinos cambiaron su ubicación, fundamentalmente porque se trata de un inmueble muy grande, con largos pasillos, falta de luz, incómodo, laberíntico, con importantes desniveles por el complicado ensamblaje de los cuatro edificios que lo conforman. Y es que los forjados de los tres espacios no confluyen a la misma altura.
Por esta razón, lo primero que se ha buscado ha sido la accesibilidad, la modernidad, la facilidad de paso de una zona a otra, pero también la luz y la eficacia.
Para su rehabilitación integral se ha pensado en una intervención que respeta las tres fachadas, los espacios protegidos y prácticamente la reconstrucción integral de todo lo demás.
Con una superficie de 2.200 metros cuadrados, el presupuesto inicial es de 4.560.000 euros cofinanciados por el Ayuntamiento y los Fondos Europeos de Desarrollo Regional (FEDER) en el marco de la estrategia EDUSI-Transforma Castelló.
Desde el punto de vista arquitectónico, el objetivo es convertirlo en un inmueble único, cien por cien accesible. Para lograr esta accesibilidad universal, “al margen de la disposición de ascensores adaptados, se eliminan los desniveles existentes entre las plantas”. Se incluyen además aseos adaptados en todas las dependencias para personas con movilidad reducida que incorporan una litera-cambiador y todos los elementos necesarios para personas con una ostomía y aquellas que requieren tratamientos inyectables.
Se mantendrá el acceso principal por Antonio Maura, y se respetarán las otras dos fachadas, si bien, en la parte que da a la calle Enmedio se creará una fachada paralela interior, para poder acoplar todos los espacios y plantas a la misma altura.
El patio principal que ensambla el conjunto permanecerá como está, pero se crearán también otros patios interiores decorados al estilo japonés para dotar de luz natural al inmueble.
La planta baja acogerá un punto de orientación e información, la cafetería, un salón de actos para cien personas (donde está ahora, en la antigua capilla del Colegio, que es una de las zonas a conservar), una sala de exposiciones y zona ‘housing’, (palabra con la que se identifican espacios que proporcionan cierta autonomía y donde los usuarios pueden disponer de centros de datos compartidos con ordenador y navegador propio) La primera planta desplegará un área de actividades lúdicas, una sala de lectura y otra de estudio y dos aulas polivalentes.
El gimnasio, una sala de actividad física, el servicio de peluquería, fisioterapia y podología, junto a talleres polivalentes y una zona de estimulación sensorial se ubicarán en la segunda planta. La tercera estará reservada a despachos, sala de reuniones y el área de dirección y administración.
Otro de los atractivos del nuevo centro es la recuperación de la azotea, donde se implementarán terrazas y zonas de descanso y un huerto urbano.
Las líneas fundamentales del edificio deberán plasmarse todavía en un proyecto definitivo que después tendrá que salir a contratación, por lo que las obras no comenzarán por lo menos hasta mediados de 2020. El periodo de ejecución es de 18 meses.