Casimiro López. Obispo de Segorbe-Castellón.
El domingo, 20 de octubre, celebraremos el Domingo mundial de las misiones, el Domund. Este año será dentro del mes extraordinario misionero, convocado por el Papa Francisco para este mes de octubre. El Papa desea así impulsar en los bautizados el compromiso por la misión en todo el mundo. El Domund de este año debería tener entre nosotros un carácter extraordinario, en su preparación y en su celebración.
El Domund es una ocasión privilegiada para que todos bautizados tomemos conciencia de la permanente validez del mandato misionero de Jesús: “Id y haced discípulos a todos los pueblos” (Mt 28,19). Este mandato y este envío valen para todos los bautizados, porque la misión atañe a todos los cristianos, a todas las Diócesis y parroquias, a las instituciones y asociaciones eclesiales. Francisco nos invita a orar y reflexionar sobre la missio ad gentes, es decir, sobre la misión que Jesús nos ha encomendado a todos los cristianos de todos los tiempos de anunciar y llevar a Jesucristo a quienes no lo conocen. Para preparar el Domund de este año os ruego que en esta semana previa pidamos personalmente a Dios por la misión, las misiones y los misioneros; y a las parroquias y otras comunidades y movimientos eclesiales les pido que tengan momentos especiales de reflexión sobre la misión y momentos de oración comunitaria, vigilias de oración y de adoración ante Santísimo Sacramento para pedir por la misión y las misiones.
La Eucaristía es la fuente y la cima de la misión. El encuentro personal y comunitario con Cristo-Eucaristía y la contemplación de su vida y amor entregados por todos y para todos suscitan necesariamente el deseo de que el Amor de Dios llegue a todos; a la vez, impulsan a todo bautizado a sentirse enviado a llevar a otros el Evangelio, y anunciar a Cristo, único Salvador del hombre. Quien ha encontrado a Jesucristo, Camino, Verdad y Vida, no puede retenerlo para sí solo; siente el impulso de anunciarlo por la palabra y por el testimonio de vida. Gratis hemos recibido el don de la vida nueva y de la fe en el bautismo, y gratis la hemos de anunciar y ofrecer (cf. Mt 10,8), sin excluir a nadie. Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad, por medio de la Iglesia, sacramento universal de salvación. Como antaño a los Apóstoles, el Señor nos dice hoy: “Id por todo el mundo y anunciad el Evangelio” (Mc 16,15). También en tiempos de especial dificultad para la misión hemos de acoger con renovada confianza estas palabras de Jesús y ponernos con nuevo ardor y esperanza al servicio de la Evangelización.
El Domund es, pues, una llamada a la responsabilidad de todos los cristianos en la evangelización en todo el mundo. Y es, sobre todo, el día en que la Iglesia nos llama de modo especial a recordar, amar y apoyar la causa misionera, mediante nuestra oración por los misioneros y nuestra ayuda generosa a las misiones. Ellos dan a conocer el mensaje de Jesús, especialmente en aquellos lugares del mundo donde el Evangelio está en sus comienzos y la Iglesia aún no está asentada, en los así llamados “territorios de misión”. En esta Jornada recordamos con gratitud y oramos por tantos misioneros y misioneras, que, siguiendo la llamada del Señor, lo han dejado todo y entregan su vida para que la Buena Nueva resuene en todos los continentes.
A los misioneros les queremos mostrar también nuestra solidaridad con nuestra generosa aportación económica en la colecta del Domund. Son muchas y, en algunos casos extremas las carencias y necesidades materiales de los misioneros en el cumplimiento de su tarea evangelizadora y social que promueve el desarrollo integral de las personas y de los pueblos, en especial de los más pobres. Mediante la colecta de este día, la Iglesia trata de ayudar a cubrir esas carencias con proyectos pastorales, sociales y educativos. Así, se construyen iglesias y capillas; se compran vehículos para la pastoral; se forman catequistas; se mantienen misioneros y comunidades religiosas; se abren y mantienen hospitales, residencias de ancianos, escuelas, orfanatos y comedores, etc. para personas necesitadas en todo el mundo. Estos proyectos son financiados con los donativos recogidos en la colecta de este día.
Que nuestra aportación este año sea también ‘extraordinaria’. Redoblemos, pues, nuestro compromiso con la misión y las misiones. El Señor nos llama a anunciar y testimoniar el Evangelio; Él nos llama a compartir nuestros bienes y a hacerlo de modo especial con los más pobres y desfavorecidos.