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jueves, 21 de noviembre de 2024 | Última actualización: 19:18

Eurovisión 2013

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Jorge Fuentes. Embajador de España.

Una vez más España ha hecho el ridículo quedándose en el penúltimo puesto en el reciente festival de Eurovisión. Al margen de la escasa calidad del grupo escogido para representarnos, de la floja canción seleccionada y de su pésima y temblona interpretación, los resultados del festival en el último decenio prueban varias cosas.

1. El festival se ha afianzado, tiene una elevadísima audiencia y cada vez conoce un montaje más sofisticado y costoso.

2. Desde el punto de vista musical, Eurovisión ha creado un estilo que los países, con mayor o menor fortuna se esfuerzan por mimetizar, intentando seguir su evolución. Algunos van por delante del proceso y otros van -¿vamos?- siempre a rastras y muchos pasos por detrás.

3. Hay media docena de países –y curiosamente son los de mayor peso geográfico, demográfico, económico y político- que sistemáticamente nos vemos penalizados por el procedimiento de voto; somos Reino Unido, España, Francia, Alemania, Polonia e Italia. Algunos de éstos (Polonia e Italia) tras múltiples humillaciones materializadas en el “zero points” se han retirado temporal, intermitente o definitivamente del festival.

4. La clave de la cuestión, y ello tiene un gran calado político, es que en la Europa salida de la guerra fría, se han configurado tres bloques de solidaridad, con un voto cautivo y fuera de los cuales está resultando difícil triunfar. Se trata en primer lugar de los países nórdicos, en segundo término de los antiguos países del Este que gravitan entorno a Rusia y los países caucásicos y, por último de los estados balcánicos.

5. En el caso de España, este año recibió 6 votos de Albania y 2 de Italia. Al no participar Portugal y Andorra que suelen acordarse de nosotros, nos quedamos incluso sin esos votos. La desagradecida colonia rumana en España, nos ignoró. Total: penúltimos. Y luego, paños calientes a los participantes  que “lo hicieron muy bien”, “representaron dignamente al país”, “España cuenta con vosotros”, “os estamos esperando” etc.

6. No me malinterpreten, no me gusta que España se quede en la cola: quisiera verla entre los diez o quince primeros dignos puestos pero nunca en el puesto ganador. Solo nos faltaría ahora tener que cargar con la costosa organización de esta parranda.

¿Solución al embrollo? Muy difícil, pero se me ocurren un par de ideas. Mejorar aún más el sistema de votos que mitiguen los apoyos automáticos y tomar el festival más en serio seleccionando mejor a los participantes tras detectar inteligentemente las grandes tendencias de la música festivalera. O acaso todo lo contrario: tomar el festival menos en serio y ausentarse de él durante algunos años. O aun mejor: olvidarse de él para siempre.