Jorge Fuentes. Embajador de España.
Usted es un buen católico y está convencido que lo que ocurre alrededor del 25 de Diciembre es la etapa más importante de nuestras vidas, a lo largo de todo el año, como personas de fe que somos.
Aunque le moleste la feria mercantil que se ha montado alrededor de esas fechas (Halloween, Black Friday, Papa Noel, Los Reyes Magos), le fastidia mucho más que los políticos estén intentando enredarlo todo y monopolizar la atención para que hasta el fin de año y aún más allá no estemos pendientes más que de sus tropelías.
Sánchez y sus acólitos nos repiten sin cesar que es imprescindible y urgentísimo que salgamos de la interinidad y contemos con un gobierno pleno y no este de reserva que tenemos ahora y que es incapaz de nombrar ni siquiera a un bedel, con perdón para los bedeles.
Estamos en nuestro derecho para preguntarnos, ¿por qué es tan urgente? En el fondo España consigue evitar, gracias a esta provisionalidad que el gobierno cometa demasiados destrozos tales como aprobar un nuevo presupuesto que suba los impuestos, aumente el gasto público y nos lleve a la ruina.
En estos últimos días estamos asistiendo a un desfile político sin precedentes: Sánchez manteniendo llamadas telefónicas a lo Gila, para resolver lo que hubiera podido hacer con una sola llamada a Torra. Conversaciones prescindibles con los líderes del PP y de C,s. Negociaciones secretas entre el PSOE y ERC. Y el abrazo del insomnio entre Sánchez e Iglesias, uno de los hechos más inquietantes y contradictorios de los últimos decenios. Por cierto, ¿hasta cuándo van a seguir mostrándolo en todas las cadenas de televisión?
Siendo patético cuanto antecede por presagiar malas horas para España, hay algunos otros acontecimientos que pueden ensombrecer aún más el panorama de nuestro país. Todos ellos tienen que ver con el tercero de nuestros poderes: el judicial.
En los próximos días y semanas deberá conocerse la sentencia contra Quim Torra por desobediencia al Tribunal Electoral que le ordenó retirar los lazos amarillos del balcón de la Generalidad. Si le inhabilitan, Cataluña se queda sin Presidente lo que puede conllevar o nuevas elecciones o la sustitución por el Vice, Pere Aragonés. Todo ello no saldrá gratis a España.
En Bruselas estamos pendientes de decisiones fundamentales que pueden aceptar la Euroorden y enviar a Puigdemont ante los tribunales españoles. O por el contrario, Bruselas puede hacer una piruleta a nuestro sistema judicial y decir que no somos de fiar y que Puigdemont no merece ir a la cárcel acompañando a Junqueras y al resto. Lo cual debe interpretarse también en clave de que el exquisito juicio protagonizado por nuestro Supremo no estuvo a la altura de Europa.
En Estrasburgo deberán pronunciarse sobre si ambos candidatos al Parlamento Europeo son ya miembros de pleno derecho de aquel distinguido foro o les falta aún el requisito de retirar el plácet del legislativo español como manda nuestra normativa.
Si las cosas van bien, empezaremos 2020 con buen pie en Europa. Si, por el contrario la UE se nos pone en contra, vamos a quedar con cara de palo en Europa y aquí.
Como ven no he querido mencionarles el partido que hoy mismo se juega en Camp Nou entre el Barcelona y el Madrid y en que importa muchísimo menos el resultado deportivo que hasta donde podrán llegar los desmanes del ‘Sunami Democrático’.
En todo caso, lo que ya parece inevitable es que el 30/12 tengamos el gobierno más patético de nuestra reciente Historia, cuya composición no necesito recordarles y que el tripartito de la derecha no ve la forma de enfrentar.
En fin, les deseo de corazón muy Feliz Navidad y que 2020 nos inspire alguna solución para salir del atolladero en que andamos metidos.
