Guillermo Miró. Ingeniero Industrial.
El otro día comentaba con un amigo de la carrera que papel tenía actualmente España en el sector aeronáutico, y me estuvo ilustrando sobre la participación española en el consorcio Airbus, y de la importancia que tenía ésta dentro de la compañía. Sin embargo, uno de los exponentes españoles más importantes en la aeronáutica es el personaje que traemos esta semana a la sección de ‘Científicos de por aquí’: el inventor y científico aeronáutico español, aviador e ingeniero de caminos, canales y puertos. El logro por el que pasó a la posterioridad fue nada más ni nada menos que la invención y el desarrollo del autogiro, aparato precursor del actual helicóptero.
Don Juan de la Cierva y Codorniu nació en Murcia el año 1895. Su padre era un político muy influyente, que había sido alcalde de Murcia y ministro en varias ocasiones. Desde su infancia destacó su interés por el mundo de la aviación, y junto a su amigo Tomás de Martín-Barbadillo construyó pequeños modelos capaces de volar. Además, también destacó en matemáticas y física, disciplinadas muy asociadas a la ingeniería, y le auguraban un futuro prometedor.
Como su padre, Juan de la Cierva también tomó una posición política determinada. Al estallar la Guerra Civil, de la Cierva colaboró con las fuerzas sublevadas para conseguir un transporte al general Franco para que pudiera tomar el mando del ejército del Norte de África, punto de inicio de la sublevación. Sin embargo, no pudo conocer el desarrollo de la contienda, ya que falleció poco después, el 9 de Diciembre de 1941 en el Reino Unido. Casualidades del destino, murió en un accidente de aviación comercial.
Como explicábamos antes, desde joven Juan de la Cierva demostró un increíble talento para la ingeniería, y en concreto en el desarrollo de aparatos aeronáuticos. A la temprana edad de 16 años, y junto con dos compañeros fundó la sociedad B.C.D., que fue pionera en el desarrollo aeronáutico dentro de España. En 1912, Juan de la Cierva logró construir y hacer volar un avión biplano, que fue apodado el Cangrejo, que era capaz de llevar un piloto y pasajero a bordo.
Sin embargo, fue el invento del autogiro el que lo consagró. El autogiro es un máquina que permite levantar el vuelo, pero con un principio diferente al del avión. Mientras que el avión es una aeronave con las alas inmóviles fijadas al fuselaje, el autogiro inventado por de la Cierva tiene las alas móviles, que giran fijadas a un rotor. Juan de la Cierva en 1920 de su propio bolsillo su primer prototipo de autogiro C1 a partir de piezas de un avión normal. Sin embargo, éste volcó nada más arrancar. Después de dos intentos infructuosos más, y de una intensa investigación en el túnel de viento al más puro estilo fórmula 1, el prototipo C4 fue el primero en realizar un 'salto' en el aire de 183 metros, probando así la validez del invento. Posteriormente, este prototipo realizó vuelos controlados y desde el Gobierno se financiaron las investigaciones de Juan de la Cierva, hasta el inicio de la Guerra. Éstas contribuyeron sin duda al desarrollo del helicóptero posteriormente.
Juan de la Cierva fue uno de los científicos e ingenieros aeronáuticos más importantes de la historia, y uno de los pocos científicos españoles en este ámbito hasta hace poco. Como siempre, comentarios abiertos para dudas, opiniones… así estas columnas son mucho más ricas y completas. Hasta la semana que viene.