En dos años la institución provincial ha reducido la deuda, la morosidad, el techo salarial de los diputados, el gasto corriente y el coste de personal. Todo ello ha hecho posible que el pasado ejercicio la Diputación arrojase un superávit de 19 millones de euros, que la deuda esté a punto de situarse en los 103 millones a finales de este año y que tenga el récord nacional en el periodo de pago a proveedores, situado ahora en 22 días.
El vicepresidente del área Económica, Miguel Barrachina, de la Diputación de Castellón ha explicado este 20 de junio que esta institución “ha hecho un ingente esfuerzo y trabajo para adaptarse a la realidad económica y social que nos encontramos al inicio de esta legislatura y que nos ha permitido mejorar absolutamente todos los indicadores de eficacia en la gestión. Hemos llevado a cabo la mayor transformación en la historia de la Diputación, una auténtica revolución administrativa”, señaló al hacer balance de los dos primeros años del nuevo equipo de Gobierno.
Barrachina hizo referencia a la crisis generalizada de las administraciones públicas en España y al hecho de que “nosotros nos anticipamos a la reforma que va a aprobar el Gobierno. Nos hemos adaptado a la exigencia de los nuevos tiempos para atender mejor las necesidades de los ayuntamientos”. Precisamente, la Diputación arrojó un superávit de 19 millones de euros del pasado ejercicio gracias a esta gestión.
Así, todos los indicadores económicos de la Diputación de Castellón certifican que ha mejorado la eficacia en la gestión interna en pleno periodo de crisis. En este sentido se ha reducido en 77 el número de trabajadores en la Diputación, la previsión presupuestaria ha mejorado un 46% -el porcentaje de modificaciones presupuestarias ha descendido del 37% al 19%-. El nivel de ejecución presupuestaria, que es del 82%, el más alto de los últimos años, es la mejor prueba de este trabajo.
Esto ha sido posible gracias a la reducción de todas las partidas que hacen referencia a los gastos internos de la Diputación de Castellón. Entre ellos destacan la reducción de la deuda, que en julio de 2011 era de 140 millones de euros “y que la semana que viene será de 110 millones tras pagar otros tres millones de euros, para cerrar el año con 103 millones de deudas pendientes, un 27% menos en apenas dos años y medio”.
Pero, además de la deuda, en este tiempo se han reducido, negociado a la baja o eliminado todos los contratos de la Diputación con sus proveedores, hasta reducir un 28% el gasto corriente. Y ello se ha hecho mejorando notablemente el periodo de pago a proveedores, hasta tenerlo en la actualidad en apenas 22 días, “por lo que somos una administración con récord nacional en tiempo de pago”, ha asegurado Barrachina.
Reducción de gastos
Por otra parte, con el objetivo de disponer más recursos para invertir, también han bajado los costes estructurales. Hoy se paga un 50% menos en intereses y un 12% menos de costes salariales del personal de la Diputación, con un 12% fruto de la amortización de las plazas de las personas que se jubilan, y de hasta el 25% en los sueldos de los diputados, especialmente en el caso del presidente, Javier Moliner, que además ha vinculado el cobro de su sueldo al pago a los proveedores dentro de plazo, como se está haciendo.
Y todo ello ha ido acompañado también de una disolución de los organismos autónomos vinculados a la institución provincial, como la desaparición de algunos como la promotora Vicasdi, del Instituto Provincial de Deportes o del Instituto de Promoción Cerámica, con el consiguiente ahorro de costes.