El Gobierno entrega a Compromís la Resolución de la Secretaría de Estado de Energía en la que se constata que ACS intentó hinchar las facturas y márgenes y autofacturándose por Castor a sus propias empresas
Juan José Benito/Castellón Información
La coalición Compromís plantea al Senado el aprovechar el actual momento de crisis económica para reflexionar y alejar a empresas especializadas en vivir del dinero del Estado.
El senador de Compromís Carles Mulet ha dicho que es el momento de introducir una serie de criterios para que “acaben con las empresas privadas que succionan miles de millones de euros de las cuentas públicas o directamente de los ciudadanos, como consecuencia de concesiones y encargos”.
Mulet añade que “estas empresas viven de sus contactos políticos, convencen a los políticos de turno con proyectos de todo tipo y socializan todas las pérdidas en los ciudadanos o los Presupuestos Generales del Estado”.
El senador castellonense recuerda que “a la hora de la verdad la justicia los deja impunes y acaban recaudando más y más dinero sin ninguna clase de escrúpulos, vergüenza ni reparo”.
Proyecto Castor
Mulet pone por ejemplo a ACS con el almacén de gas Castor, después que el Gobierno haya entregado a Compromís una copia de la resolución de la Dirección General de Política Energética y Minas, “que está detrás del pago de 295 millones de euros en concepto de remuneraciones financieras y costes de operación y mantenimiento entre 2012 y 2014, además de la inversión reconocida por 1.350.729.000 euros por el fracasado almacén de gas submarino situado frente la costa de Vinaròs”.
El senador nacionalista detalla que “en este documento, cuya existencia se conoció por la contabilidad los socios canadienses de ACS en la operación y que no había visto hasta ahora la luz, se constata el grado de dominio y dependencia de esta clase de empresas de los Reales decretos, medidas urgentes, peajes, retribuciones y encargos de la administración, lo que eleva los costes sobremanera y de una forma muy arriesgada si lo comparamos con los criterios que cumple la administración y deben cumplir sus trabajadores”.
Mulet añade que “en el documento consta como, sin ningún rubor, la empresa se autofacturaba a empresas del grupo e hinchaba los márgenes para extraer más y más dinero de un fiasco de proyecto que a la hora de la verdad nadie necesitaba”.