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domingo, 24 de noviembre de 2024 | Última actualización: 14:11

¡La mayor sorpresa del Gobierno!

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Miguel Bataller. Ciudadano del mundo y jubilado.

Hasta el pasado lunes, pensaba que ya no podía verme impactado por ninguna decisión del Gobierno, porque para mí ya habían alcanzado tales grados de cinismo, de mentiras y de tergiversar los hechos, en función de sus intereses que nada de lo que hicieran o dijeran me podría causar sorpresa.

Han manipulado los datos referentes a la crisis sanitaria que nos ofrecen cada día, de una forma tan torticera, sumando o restando muertos, infectados, analizados, ingresados en las Unidades de Vigilancia Intensiva o salidos de las mismas, que uno ya ni le prestaba atención a los datos facilitados cada día por el doctor Simón.

De hecho, al verle con un aspecto tan lamentable, me parecía algo así, como el “hombre propaganda del coronavirus” y una escenificación de cómo podríamos llegar a deteriorarnos físicamente, si ese virus coronado que tanto nos ha preocupado y nos preocupa, llegara a invadirnos de una forma sintomática.

Durante dos meses y medio aproximadamente, poco a poco nos han idiotizado o al menos lo han intentado de todas las formas posibles, con sus medios de difusión públicos o concertados a base de millones de euros.

Pero el bombazo final a toda esa traca interminable, ha tenido lugar el fin de semana próximo pasado, cuando algún iluminado del Ministerio de Sanidad de alto rango, ha considerado que para dejar de ser los líderes de todos los parámetros negativos de muertos e infectados por millón de habitantes entre los países europeos, nos sobraban más o menos 2.000 muertos de los que estaban contabilizados hasta entonces y que ya eran alrededor de 28.000 (en realidad eran muchos más, porque los de los ancianos muertos en Residencias de la Tercera Edad y no hospitalizados, víctimas del coronavirus, no estaban contados).

Para demostrar nuestro Gobierno Social-Comunista, que a ellos no les han faltado ni les faltarán recursos para conseguir sus objetivos, han optado por:

¡Recurrir al milagro de resucitar a 2.000!

Y sin el menor rubor por su parte, porque un buen socialista y comunista puede ser agnóstico o ateo, pero no por ello dejar de utilizar los remedios en los que según ellos sólo creemos los cristianos y especialmente los católicos, se bautizaron una noche y en un acto de fe sin precedentes entre socialistas y sobre todo comunistas, a la mañana siguiente esos 28.000 muertos, quedaron reducidos a 26.000 oficialmente, con lo que bajaron un puesto y en vez de ser los peores de Europa, pasamos a ocupar el segundo lugar por detrás de Bélgica, que por cierto contabilizan a mucha gente como víctima de la pandemia, que aquí queda excluida.