Miguel Bataller. Ciudadano del mundo y jubilado.
Un buen amigo y con una notable capacidad de análisis y síntesis de la política, me recomendaba que me detuviera a pensar en este fenómeno que se ha venido repitiendo de una manera sistemática en los partidos políticos, en lo que llevamos de siglo.
En un principio yo siempre interpreté, que las mal llamadas “corrientes internas de pensamiento” dentro de un mismo partido, venían promocionadas, cuando no financiadas y articuladas por otros partidos interesados en debilitar la imagen de sus oponentes.
Y no necesariamente de izquierdas contra derechas o derechas contra izquierdas, sino incluso de partidos próximos ya fueran más o menos centrados o radicalizados.
Por no remontarme mucho más en el tiempo, empezaré a partir del último Gobierno monolítico de derechas, que fue el de José María Aznar, que nunca tuvo contrapoderes dentro del mismo durante sus ocho años en la Presidencia del Gobierno, que se autoimpuso él mismo y lo cumplió cuando accedió al poder.
Pare evitar las luchas internas y tal como siempre había ocurrido en el Partido Popular, decidió personalmente que el siguiente candidato de su partido sería Rajoy , aunque había otras alternativas válidas en su día como pudieron ser las de Mayor Oreja e incluso Rodrigo Rato, que fueron descartadas por razones que sin duda sopesaría el mejor Presidente del Gobierno que ha tenido nuestra Monarquía en términos absolutos, si los juzgamos por cómo recibieron a nuestra nación y como la dejaron.
En el PSOE la primera confrontación interna, se produce con la llegada inesperada de Zapatero (sin duda el peor candidato posible) apoyado y promocionado por el catalanismo, sabedor de que a nadie le iban a poder sacar más privilegios para Cataluña, en contra del resto de España, como a ese pobre imbécil.
Ni les servía Bono, que fue el segundo más votado a sólo 9 nueve votos de distancia, ni mucho menos Matilde Fernández ni Rosa Diez, que apenas recibieron apoyos pese a ser mucho más inteligentes y estar mejor preparadas que sus contrincantes.
Al PSC de Serra, le bastó articular un “divide y vencerás” dentro del socialismo español, para llevar a cabo la primera fragmentación nefasta por sus resultados a medio y largo plazo, tanto para el PSOE como para España.
Cataluña iniciaba así sus primeros pasos hacia el “procés” del que el mayor responsable, ha sido siempre el PSC, tanto en su origen como en el posterior desarrollo, con todas las implicaciones y por el que la historia juzgara al socialismo, si un día los independentistas alcanzan sus objetivos.
Con el fracaso absoluto del “tonto solemne” que fue Zapatero, que arruinó a España, llegó a España el primer Gobierno de Rajoy con una mayoría absoluta.
Llevó a cabo la única política económica posible, con singular acierto, sacándonos del pozo financiero a nivel estatal en el que habíamos caído.
Recuperó la economía productiva en gran medida pero de nuevo dentro de su propio Gobierno, no supo evitar el mismo problema de la fragmentación, ya que ignoro el quién y el por qué, pero consiguió desde el primer momento que su Vicepresidente Soraya Sáez de Santamaría y María Dolores de Cospedal, se vieran inmersas en un permanente estado de conflicto durante mucho tiempo.
Al parecer la Vicepresidenta, muy preparada e inteligente, no tenía como prioridad los intereses de España ni siquiera los de sus propio partido, ya que dentro de los populares estaba considerada como la quinta columnista que El País, la SER y los medios de comunicación del conglomerado Polanco- Cebrián.
No sé lo que habría de verdad o de leyenda en todo ese tinglado de intereses, pero de lo que no hay la menor duda es de que con todo el poder político de su mayoría absoluta, Mariano y su Gobierno no supieron darle la puntilla definitiva a ese conglomerado, que siempre había sido el apoyo incondicional del PSOE.
Acabó siendo víctima el Gobierno Rajoy de ese grupo de presión, cuando se les presentó la ocasión a Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, que contando con ellos y con todo el poder político y mediático del Independentismo catalán manipulado por Roures y sus medios, así como con la Sexta afín incondicional de Podemos y Cuatro según sople el viento, han acabado por poder consolidar ese Gobierno "Frankistein", que ahora camina por el filo de la navaja, víctima también de su posible fragmentación ya que empiezan a sonar los tambores de la disonancia entre socialismo y neo comunismo y los apoyos del independentismo catalán o del filo terrorismo vasco se tambalean y el mismo PNV se mueve en la indefinición, mientras el prototipo de la fragmentación actual, que es Ciudadanos ya se encuentra al borde la autodestrucción víctima de esa enfermedad, sin que uno sepa si el virus le llegó desde dentro o se lo contagiaron desde los partidos a los que pretendía debilitar en su propio beneficio.
De Podemos no les hablo, porque su proceso de fragmentación ya empezó con la salida de Errejón y su Más Madrid, se ha extendido a los antisistema de la andaluza Rodríguez y el populista Kichi (no sé ni como se escribe) y se consumará con el fracaso de sus Mareas gallegas en pocas semanas.
De momento el partido menos afectado por el fenómeno de las disidencias internas o fragmentación quizás sea VOX, porque su dirección nacional funciona en perfecta sintonía y sincronizada por personas que no son nada contradictorias y trasmiten los mismos principios y sentimientos en todos los sitios, aunque a niveles locales también han surgido discrepancias en algunos puntos de España e incluso en nuestra propia provincia, ya que en Benicasim se ha visto afectado un buen amigo mío, el burrianero Pepe Aymerich.
No quiero hacer de Beltrán Duguesclin, tomando partido por él ni por quienes le han destituido, porque también Llanos Massó y Luis Andrés son personas conocidas y estimadas por mí, por haber sido compañeros de tertulias políticas muchos años, compartiendo bastantes opiniones y debatiendo otras cuando no eran coincidentes.
Sé que tanto unos como el otro, nunca moverán un dedo para perjudicar a VOX, ya que todos ellos han sido la semilla de lo que es hoy VOX a nivel provincial.
Yo que nunca he militado en ningún partido, ni lo hago en VOX les deseo a todos lo mejor.
Porque VOX ha sido y sigue siendo el portavoz de mi pensamiento político.