El éxito de la gesta de Magallanes y Elcano: tres años de navegación con motines, engaños y temporales
Con motivo del V Centenario de la Vuelta al Mundo de Magallanes y Elcano, el edificio Moruno del Grau de Castelló ha acogido una conferencia del comandante Naval para Valencia y Castelló, Miguel Cordón. Con su relato, en el que no han faltado motines, traiciones, ajusticiamientos y conquistas, Cordón ha inaugurado la exposición, organizada por el Ministerio de Defensa, que permanecerá abierta durante tres semanas.
Esperanza Molina/Castellón Información
La vuelta al Mundo de Magallanes y El Cano, de la que se cumplen 500 años, es una de esas historias que, por mucho que se escuchen nunca resulta aburrida porque siempre añaden algún detalle nuevo, y siempre impresionan al publico.
El Edificio Moruno del Grau de Castelló ha sido el lugar elegido para la presentación de una exposición organizada por el Ministerio de Defensa, donde se recogen escritos, planos y detalles de aquella proeza, y que permanecerá abierta durante tres semanas.
Y para su inauguración, además, se ha ofrecido una conferencia realizada por el comandante naval de Valencia y Castellón, Alfredo Cordón.
Cordón se ha remontado en el tiempo para describir las circunstancias que se daban a finales del siglo XV y principios del XVI, cuando España y Portugal se enfrentaron en el mar y en los despachos por el dominio de la ruta hacia las Molucas, la Ruta de las Especias.
El mercado de las especias y el dominio de los mares
Las especias, que ahora ocupan un importante lugar en las cocinas de todos los hogares, eran un lujo que solo algunos podían permitirse y se pagaban más caras que el oro. Algunas de ellas solo se cultivaban en las Molucas, al otro lado del mundo, en Asia. Se utilizaban para condimentar y conservar los alimentos, en medicina y también para la industria de cosméticos.
Cuando el imperio turco se hizo con el dominio del Mediterráneo, Venecia, que comerciaba con ellas y las importaba para Europa, se quedó sin mercado. Portugal y España compitieron por encontrar una ruta segura por mar para llegar a ‘las indias’ y dominar el mercado. En aquella competición no solo se llegó a las Molucas, se llegó a repartir el dominio marítimo del globo terrestre, con la iglesia como mediadora, y se grafió gran parte del mundo desconocido hasta el momento.
Los antecedentes de aquella vuelta al mundo se gestaron mucho antes, con la ‘Escuela de Traductores de Toledo’ de Alfonso X el Sabio, donde se compilaron conocimientos de todas las culturas y los hechos se fueron sucediendo. Portugal y España constituían las potencias más avanzadas en navegación. El cierre del Mediterráneo impulsó a Portugal a buscar una ruta alternativa bordeando el continente africano para luego cruzar el Índico. España no se sumó a esta aventura hasta dejar zanjada la conquista de Granada. Para entonces, los portugueses ya habían salido con ventaja… fue entonces cuando un navegante, rechazado en Portugal, Cristóbal Colón, ofreció su proyecto a los reyes católicos, una ruta nueva hacia el oeste, circunnavegando el globo.
Si Colón no encontró ‘las indias’, si descubrió la existencia de un continente desconocido, América, que todavía tardaría años en explorarse.
Con la mediación del Papa de Roma, se establecieron límites al mar para repartirse lo descubierto y por descubrir… sobre planos más teóricos que reales, a un lado y otro del meridiano y por encima y debajo del paralelo.
Tras el descubrimiento de América se fundó la Casa de Contratación de Sevilla donde también se guardaba todo el saber procedente de todas las culturas, se fabricaban e inventaban instrumentos de navegación y se dibujaban los mapas.
Magallanes, nacido portugués y castellanizado con juramento a la Corona española
Cordón ha descrito las personalidades de Magallanes y Elcano.
El primero, Magallanes, nacido en Portugal, de ascendencia noble y formación náutica y militar, que participó en varias expediciones hasta quedar lisiado de una pierna en una batalla.
Magallanes presentó su proyecto al rey de Portugal, Manuel I, pero el monarca no quiso saber nada de él y cuentan que el trato fue muy descortés. Tampoco consiguió una ayuda para completar su pensión y finalmente se le autorizó para servir a otros reyes.
Se presentó en España, en la Casa de Contratación donde explicó su proyecto al obispo Fonseca y obtuvo el apoyo de Carlos I. Se castellanizó y juró fidelidad al rey español.
La expedición española estaría bajo el mando de Magallanes y contaría para ello con 5 barcos, naos.
Elcano, el navegante que circunnavegó el mundo
Juan Sebastián Elcano era un navegante vasco, de una familia adinerada pero no de linaje noble, que tenía incluso barco propio. Con su nave, Elcano participó en varias de las campañas del rey de España, entre ellas, la expedición contra Argel, o en la campaña de Italia con el Gran Capitán.
Pero la corona española, siempre endeudada no le pagó sus servicios. Acuciado por sus deudas, Elcano hubo de hipotecar su nave a unos banqueros saboyanos. Y como el rey siguió sin pagar, los banqueros le arrebataron su barco. En España, ceder un barco a otra nación y más si era enemiga, se calificaba como delito. Elcano fue detenido, juzgado y considerado culpable.
La tripulación y la desconfianza de Magallanes
La aventura que proponía Magallanes era arriesgada y peligrosa, nadie en su sano juicio embarcaría en una odisea de la que era dudoso retornar. Por esta razón, cuando hubo que buscar tripulación, el problema fue más que importante. Fueron marinos de muchas nacionalidades, entre ellas, portugueses, aunque se intentó limitar su número, y también muchos condenados, como era el caso de Elcano.
La escuadra partió de Sevilla el 10 de agosto de 1519, y zarpó del Puerto de Sanlucar de Barameda el 20 de septiembre de ese año.
Hay quien cuenta que Magallanes era huraño y desconfiado, y como relataba Cordón, también se le había calentado la cabeza, desde Portugal, con historias como que la corona española le arrebataría la gloría de aquella expedición.
Si a eso se le suma, que se nombró director conjunto de la expedición a un noble español, Juan de Cartagena, del que se dice que era hijo ilegítimo del cardenal Fonseca, cabe entender que la relación de Magallanes con sus capitanes de la flota no fue la más cordial y ya generó enfrentamientos en el transcurso de la primera parte del viaje, entre España y América.
Además, la flota tenía orden de no tocar la zona de dominio portugués, y Magallanes, en lugar de seguir una ruta directa desde Tenerife a Brasil, inició el trayecto acercándose a al continente africano, hasta llegar a Cabo Verde.
Los conflictos entre Magallanes y Juan de Cartagena comenzaron pronto. Magallanes aprovechó una reunión de capitanes convocada a bordo de la Victoria para arrestar al noble español y sustituirlo en el mando de su nave.
En busca del paso al mar del oeste
Casi cuatro meses después, la flota llegó a la costa de Brasil y comenzó a bajar de latitud en busca de un paso, del que Magallanes al parecer tenía noticias, que conectara el océano Atlántico con los mares que había al otro lado, en el oeste.
Magallanes tenía noticias, pero solo eso, porque los geógrafos de la época escribían y dibujaban sus mapas ‘de oídas’ a partir de lo que contaban navegantes y exploradores. Nadie conocía realmente lo que había de verdad ni como era el mundo.
De esta forma pasaba el tiempo, nadie conocía realmente los planes de Magallanes, los capitanes castellanos estaban más que alterados. A medida que bajaban bordeando el continente se sucedían las borrascas y se incrementaba el frío.
Revuelta contra Magallanes
El 30 de marzo de 1520 llegaron a un golfo donde pudieron resguardarse, le llamaron el Puerto de San Julián. Magallanes decidió hacer allí la invernada. Para entonces, los marineros y capitanes estaban desanimados, se habían racionado los víveres… había malestar y descontento. Fue allí donde estalló la revuelta. Corrió la sangre. Al final se quedaron de un lado la San Antonio, la Concepción y la Victoria (por parte de los rebeldes) y de la otra la Santiago y la Trinidad, al lado de Magallanes.
Magallanes actuó con audacia, mandó al alguacil Gonzalo Gómez de Espinosa con una carta dirigida a Mendoza, jefe de los descontentos a los que ofrecía conciliación. Pero tras de ellos iba otra barca con hombres que irrumpió por sorpresa. Mendoza fue apuñalado, el resto de los leales de Magallanes subió a la nave y tomó la Trinidad. Hubo batalla naval, porque la San Antonio intentó huir, pero Magallanes les cerró el paso. La San Antonio se rindió y también la Concepción.
Juicio, sentencias de muerte y destierro
Hubo juicio y sentencias a muerte, entre ellas la de Elcano, que estaba al lado de los rebeldes. Magallanes comprendió que sin hombres no tenía flota y perdonó la vida a la mayoría de ellos después de hacer un escarmiento. Juan de Cartagena fue abandonado en tierra con el clérigo Sánchez de Reina.
La Santiago encalló y se hundió en el santuario de Santa Cruz en el mes de mayo de 1520. La expedición de Magallanes por fin encontró el estrecho a finales de octubre de 1520 y penetraron en él el 1 de noviembre. Fue entonces cuando desertó la San Antonio, capitaneada por Esteban Gómez, después de haber partido en una misión de exploración. La nave retornó a España y ofreció una versión de los hechos que tardaría dos años en ser desmentida.
El estrecho de Magallanes es un gran laberinto que pese a todo las naves pudieron recorrer en unas semanas.
El Pacífico y la navegación interminable
Ante ellos se abrió un nuevo mar, que denominaron El Pacífico porque después de todo lo vivido les ofreció buenas condiciones de navegación, buen viento y días soleados.
Atravesar el Pacífico no resultó sencillo. Hasta entonces nadie había navegado aquellas aguas y se esperaba que su amplitud fuera relativamente pequeña. De hecho, estaban convencidos de que estaban a punto de llegar a la zona de las Molucas. Desconocían que el Pacífico ocupa una tercera parte de la superficie terráquea. La mayor parte de las provisiones se habían ido con la San Antonio, el resto de la flota se enfrentaba a la falta de agua y de alimentos y a enfermedades como el escorbuto. Tampoco encontraron una isla donde aprovisionarse.
Tardaron casi cuatro meses. En marzo de 1521 toparon con las Marianas y la que denominaron ‘isla de los ladrones’, porque la población que lo compartía todo, también quería hacer lo mismo con las propiedades de la flota.
Muerte de Magallanes
Y llegaron a las Filipinas, que entonces se llamaron islas de San Lázaro, donde tuvieron por un periodo de 10 meses. Se ha dicho que Magallanes pensaba que era una zona de riquezas, también quería hacer descubrimientos y quién sabe si asegurarse un futuro con alguna de aquellas concesiones. Fueron bien acogidos.
En la isla de Cebú catolizaron a los nativos, que decían querer ser parte de la corona. Pero se mezclaron en la reyerta que el rey tenía con otros reyezuelos de las islas cercanas. El 27 de abril de 1521 Magallanes se comprometió a defender sus intereses y desembarcó con una dotación de 40 hombres en la isla de Mactán, convencido de su superioridad, pero allí les esperaban más de 1.500 guerreros. Cuando se apercibieron de la encerrona trataron de huir a los barcos, perseguidos por los indígenas. Magallanes se dejó la vida protegiendo a los cuyos.
De regreso a Cebú, el esclavo de Magallanes que tenía promesa de su señor de quedar en libertad tras la expedición y que servía como traductor, se alió con el rey de Cebú al conocer que, muerto amo, sus sucesores no le iban a permitir recuperar su vida. El rey de Cebú invitó a lo mejor de la expedición a una cena en la isla. Era el uno de mayo de 1521. Resultó ser una trampa, todos cuantos desembarcaron murieron en la encerrona.
Rumbo a las Molucas
Quedaban 115 tripulantes y tres barcos. Lopes Carvalho se convirtió en el capitán de la expedición. Por lo pronto, se sacrificó la Concepción, porque estaba maltrecha y no había tripulación suficiente para mantenerla, por lo tanto, la quemaron para que no cayera en manos de sus enemigos.
Después de haber pasado por Borneo, en septiembre de 1521, Carvalho fue destituido y se eligió Juan Sebastián Elcano como piloto de la Victoria y navegante, mientras que la Trinidad quedaba al mando de Gonzalo Gómez de Espinosa, como autoridad militar.
Ambos barcos pusieron rumbo por fin a las Molucas y llegaron a la Isla de Tidore el 27 de noviembre de 1521. Allí fueron muy bien recibido por el rey, Almansur y sus habitantes, que estaban más que disgustados por el trato recibido por los portugueses (los lusos habían llegado ya a las Molucas en 1511).
De vuelta a España
El 8 de diciembre de 1521 con los navíos cargados de clavo zarpaban la Victoria y la Trinidad. La Trinidad descubrió una vía de agua y hubo de ser volver para su reparación. Posteriormente, el 6 de abril de 1522, la Trinidad emprendió camino de vuelta por la misma ruta que los había llevado a las Molucas. La Victoria, con Elcano al mando, había tomado el camino contrario, decidió continuar la ruta y acabar la circunnavegación del globo para regresar a España.
En su travesía, la Trinidad fue sacudida por enormes temporales y tormentas hasta el punto de que se vio obligada a regresar a Tidore. Los portugueses la descubrieron e intentaron abordarla. La nave no resistió y se hundió con su cargamento, los hombres se salvaron, pero fueron capturados por los portugueses que los trataron como esclavos. Fueron rescatados por el rey de España en 1527. De los treinta hombres apenas quedaban cuatro.
La Victoria buscó el océano Índico y luego el cabo de buena Esperanza para doblar África de este a oeste. Era una tarea casi imposible en aquella época del año, porque las corrientes y los vientos eran justamente los contrario a los que necesitaban para la navegación.
Conseguir doblar aquel cabo les costó lo indescriptible; azotados por las tormentas rompieron parte del aparejo y la nave hacía agua. Faltaba agua y comida. No pudieron desembarcar en la costa porque el litoral no lo permitía. Los hombres enfermaban y morían.
Llegados a este punto, Elcano decidió arrumbar a Cabo Verde, de dominio portugués simulando ser una embarcación procedente de América que necesitaba reparación y provisiones.
Al principio el truco funcionó bien, pero como estaban agotados y enfermos, decidieron comprar esclavos para que les ayudaran a gobernar la nave. Como no disponían de dinero, alguno ofreció pagar con clavo y eso los descubrió ante los portugueses.
Hubieron de abandonar a los últimos hombres que habían desembarcado, tomar rumbo sur para engañar a los lusos y luego volver a subir buscando las costas españolas. Ya a la altura del cabo de San Vicente, se quedaron completamente desventados por las calmas… cuando ya tenían la costa casi a tiro de piedra.
Finalmente, conseguían arribar a San Lucar de Barrameda el 6 de septiembre de 1522. Habían pasado tres años desde la partida. Eran 18 hombres famélicos y destrozados. El barco fue remolcado por el Guadalquivir hasta Sevilla donde se entregó la dotación que portaban en las bodegas.
La venta de aquel cargamento en el mercado pagó por entero la expedición y todavía sobró para para pagar a los tripulantes que habían regresado con vida un jornal para vivir el resto de sus vidas.
La expedición de Magallanes y Elcano había circunnavegado por primera vez el globo terrestre; sentó las bases para para otras expediciones en las que se conseguiría encontrar la ruta del tornaviaje de las Filipinas a las Américas y, con ello, una ruta comercial tremendamente provechosa para España en la que el Pacífico se convirtió en ‘el lago español’.
En cuanto a las Molucas, la corona española acabaría vendiéndolas a Portugal.
Esta muestra itinerante de paneles gráficos, producida por la Secretaría General Técnica del Ministerio de Defensa a través de la Subdirección General de Publicaciones y Patrimonio Cultural, tiene como objetivo conmemorar el quinto aniversario de la primera Vuelta al Mundo y está organizada por la Subdelegación de Defensa en Castellón, con la colaboración de la Autoridad Portuaria de Castellón y la Comandancia Naval de Valencia.