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lunes, 25 de noviembre de 2024 | Última actualización: 23:18

El clientelismo, cáncer de ideas

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Miguel Bataller. Ciudadano del mundo y jubilado.

Tengo que reconocer que este análisis o reflexión, me lo vino a despertar, probablemente la persona menos indicada para hablar del tema.

El 31 de Octubre y en la portada de ‘El Mundo’, Juan Luís Cebrián denunciaba: “EL PSOE es clientelista y eso es el fin de un partido”

Curiosamente, el alma mater de ‘El País’ y de la Cadena SER, denuncia ahora, aquello que practicó durante toda su vida a la perfección.

Quizás se haya dado cuenta de su error demasiado tarde en vista de la situación actual de PRISA.

Más vale tarde que nunca.

Como estoy completamente de acuerdo con su frase, referida a su partido de referencia, al que siempre defendió con capa y espada, hasta que perdió toda su influencia y capacidad de manipulación en el mismo, solo añadiré que si “clientelismo” hay ahora en el PSOE de ese personaje de opereta bufa que es Pedro Sánchez, tanto o más lo hubo antes con Zapatero e incluso con Felipe González sin que nunca se atreviera a denunciarlo.

Al contrario, siempre lo aplaudió con las orejas, al menos el de Felipe.

Aclarado este punto, tengo que denunciar otros dos casos de “clientelismo” más sangrante y canallesco, a los que tampoco nunca se le plantó cara como se debía, para poder evitar llegar a situaciones como las que hemos vivido recientemente.

El peor de los dos, por la cantidad de vidas humanas que nos costó, fue el cobarde clientelismo del Clero Vasco en indudable connivencia con la ETA y sus asesinos, a quienes se les protegió, ocultó y justifico durante medio siglo en las Iglesias de las Vascongadas y desde sus púlpitos, sin que nadie levantara un dedo para denunciar a esa gentuza.

Se quisieron ganar al independentismo asesino y al pueblo vasco independentista, en vez de enfrentarse a ellos, en defensa de la vida de sus conciudadanos.

Sólo ahora, cincuenta años tarde y ante las declaraciones del párroco de Lemona, se le ha llamado al orden sin más consecuencias jurídicas ni penales.

Mucho me temo que no va pasar nada y dentro de cuatro días el tema será olvidado y archivado tanto por las autoridades eclesiásticas como gubernativas.

Los primeros para no soliviantar a los parroquianos independentistas, que tanto han proliferado en el entorno vasco y al Gobierno, para no molestar a sus socios y apoyos parlamentarios que les ayudan a mantenerse en el poder contra viento y marea.

Exactamente lo mismo se podría decir contra el Clero Catalán, cómplice necesario e imprescindible del Independentismo.

Desde Montserrat hasta el último rincón del mundo rural catalán en Gerona, nadie se ha atrevido a denunciar desde los púlpitos a esos paranoicos enfervorecidos que llenaban carreteras, calles y avenidas de todas las capitales hasta las últimas aldeas más recónditas, quemando banderas españolas y expresando un odio profundo hacia todo lo español, tanto sus símbolos, como su lengua e Historia que han tergiversado hasta la saciedad.

No he visto que ningún Obispo, cura párroco o simple sacristán de aldea, salir a defender a España, que a fin de cuentas es Constitucionalmente su única nación y a la que todos de una manera u otra y en algún momento de su vida, habrán prometido fidelidad.

No creo que Jesucristo, se sintiera muy orgulloso de estas dos Iglesias Clientelistas que acabo de denunciar.

Pero como doctores tiene la Iglesia, me limito a denunciarlas, convencido de que poco voy a conseguir.

Y que conste, que esta no es una crítica a la Iglesia Católica, sino a la cobardía de una parte de ella.

Me gustan las personas que tienen criterio propio, formado a lo largo de los años en base a sus vivencias y experiencias y cuyas opiniones difícilmente pueden ser manipuladas.

Personas fieles a sus ideas y no a sus intereses.

Gente capaz de enfrentarse con argumentos y razones lógicas y sensatas a los despropósitos que pretenden vendernos desde el Gobierno y todos los medios de difusión que sobreviven gracias a las subvenciones que reciben de ellos.

No me importan las críticas que me dediquen por no ser fiel a lo políticamente correcto, por la sencilla razón de precisamente por eso, por tratarse de decisiones políticas, ya me resultan altamente sospechosas de ser incorrectas, porque lo políticos actuales, han convertido al clientelismo en su primera arma electoral.

Hasta la semana que viene amigos.