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viernes, 22 de noviembre de 2024 | Última actualización: 22:28

Agradecido al buen fútbol de España

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Miguel Bataller. Ciudadano del mundo y jubilado.

Dos veces a la semana, suelo devanarme los sesos en busca de noticias o situaciones que merezcan ser analizadas y comentadas.

Hoy, miércoles 18 de Noviembre del 2.020, no he tenido que rebuscar mucho entre los acontecimientos recientes, para poder elegir algo gratificante que comentar.

Anoche, pasé probablemente la hora y media mejor en mucho tiempo, viendo un partido de fútbol.

Una selección española que venía dando palos de ciego en los últimos partidos, bordó sobre el césped del Estadio de la Cartuja de Sevilla, el mejor y más completo partido de futbol que recuerdo en mi vida, sobre todo teniendo en cuenta al adversario que teníamos delante.

Era esa selección que como se conoce en el argot futbolero, “el futbol, es un deporte en el que juegan once contra once y siempre acaban ganando los alemanes”

En este caso falló la teoría.

Enfrente teníamos a una selección alemana en transición, a la que no se le dio opción desde el primer momento.

A fuer de ser sincero, cuando vi la alineación me quedé un poco decepcionado al no ver en el once titular a Gerard Moreno, al que le bastaron apenas quince minutos en Basilea para certificar su olfato goleador en Estadio Saint Jakob, para empatar un partido prácticamente perdido que nos obligaba a ganarle a los alemanes en Sevilla, para alcanzar la final de la Nations League dentro de un año aproximadamente.

En este caso, me cuidaré mucho de enmendarle la plana a Luis Enrique, que puso sobre el tapete verde sevillano a un equipo que ejecutó la mejor sinfonía de futbol que yo he visto en mi vida desde el primer minuto hasta el final del partido.

Salieron motivados, organizados, sabedores cada uno de su papel dentro del grupo y con un plan perfectamente diseñado, en el que cada cual, supo poner tanto su capacidad física, como su técnica al servicio de un grupo solidario, que no escatimó ni una sola gota de sudor.

Habrá quien diga que se aprovecharon de las deficiencias y lagunas defensivas de los alemanes, pero a mí, siempre me quedará la duda de si unos rayaron la perfección por las carencias de los otros, o estos se vieron desbordados por al caudal de excelente futbol elaborado por los españoles.

Ni un solo balonazo sin sentido.

Desde que ponía el balón en luego Unai Simón se veía a los jugadores españoles perfectamente posicionados, abiertos los centrales (Sergio Ramos y Pau Torres) a las bandas y colocado Rodri entre ellos y con los laterales( Sergi Roberto y Gaya) a su misma altura algo más avanzados preparados para empezar a desgastar al rival en su propio terreno cuando salían a presionar y a partir de ahí se escalonaban estratégicamente en un movimiento continuo los otros dos centrocampistas (Koke y Canales primero hasta que se lesionó y salió Fabian) para recibir el balón al primer toque abriéndolo por banda o mandándolo a un Morata omnipresente, que se encargaba de pivotar sobre sí mismo y permitía el despliegue profundo de Ferrán Torres en una noche inspiradísima e inolvidable por la banda derecha y Olmo por la izquierda, que se veían acompañados y desdoblados perfectamente por Sergí Roberto y Gaya, para acabar creando un caudal abundante de ocasiones de gol, de las que se materializaron seis, pero se desperdiciaron otras tantas, que o bien se estrellaron contra la madera o fueron goles anulados de dudosa factura o fueron sacados en última instancia por Neuer , el portero alemán, que fue el mejor jugador de los alemanes y sacó varias veces balones con marchamo de gol, a remates de nuestros jugadores.

Fueron seis y fácilmente pudieron ser diez.

Los alemanes apenas inquietaron a Unai Simón con un remate de Gnabry que hizo temblar el larguero y nuestro guardameta ejerció prácticamente de libero todo el partido, jugando con el pie casi siempre, dando salida al balón.

Se me hizo muy corta la exhibición y tardare mucho tiempo en olvidarla.

Pero lo que más me emocionó, fue el papel trascendental que tuvieron tres deportistas valencianos, representantes de nuestras tres provincias, en el resultado con sus extraordinarias intervenciones.

Pau Torres, representando a Vila-real, Gaya de Pedreguer y Ferrán Torres nacido en Foios, llenaron de orgullo a nuestras tres provincias, con la calidad y cantidad de su futbol en defensa, en transición y en ataque.

Pau no cedió nunca un palmo de ventaja a los delanteros alemanes, Gayá se hartó de entrar como un cuchillo en la mantecosa línea defensiva germana, dando dos asistencias de gol, mientras el espigado Ferrán Torres se llevó el balón a casa al conseguir tres goles como tres soles en la noche de su confirmación como jugador de primerísimo nivel, como ya se veía venir desde que estaba en la cantera del Valencia y estalló esta temporada como goleador en el Manchester City, donde Guardiola, le ha permitido expresar su versatilidad en el área.

Si a eso añadimos que fueron también protagonistas importantes otros dos jugadores formados en la cantera del Villarreal como Rodri y Gerard Moreno, la noche no pudo resultar más emocionante. Sólo eche de menos en la convocatoria a Paco Alcácer.

Espero y deseo de corazón que todos esos jóvenes jugadores que nacen, se forman y cuajan en la Ciudad Deportiva de Miralcamp, se miren en el espejo de estos internacionales formados allí y sigan progresando espléndidamente para que muy pronto podamos enorgullecernos de Fer Niño, Baena, Yéremi Pino y otros muchos que ya empiezan a despuntar, para llegar a la misma meta que los que allí están hoy.

En una España deslavazada, deprimida por la pandemia, hundida económicamente por un Gobierno lamentable y con muy pocos motivos de alegría, hoy recurro al futbol para poder sonreír y mirar al futuro con algo de optimismo.

Hasta la semana que viene amigos.